AMÉRICAS

Venta de sangre: otro fenómeno de la frontera México-EE.UU.

¿Por qué los mexicanos cruzan la frontera para vender su plasma?

Venta de sangre

Cada semana cientos de mexicanos cruzan la frontera estadounidense para donar plasma a cambio de dólares, sangre que se usa en territorio estadounidense para salvar la vida de personas con problemas de coagulación, con inmunoglobulina, quemaduras, receptores de órganos o pacientes con enfermedades como rabia o tétano.  

Un donante puede recibir entre 25 y 50 dólares a cambio de su plasma, líquido que se extrae de la sangre que contiene glóbulos blancos, rojos, plaquetas y otras sustancias que pueden convertirse en farmacéuticos. Aunque este monto no se considera un pago oficial, ya que la ley lo prohíbe, sí se convierte en un ingreso considerable para algunos mexicanos que encontraron en su sangre una fuente de dinero.

El proceso para convertirse en donante por primera vez es riguroso: tener tatuajes, pierciengs, haber sufrido determinadas enfermedades, haber estado en prisión o haber viajado a Inglaterra son algunas de las causas que impiden que una persona pueda convertirse en donante. Pero una vez pasadas las pruebas, el usuario puede donar sangre hasta dos veces por semana. Por lo tanto, en regiones como en Piedras Negros, Coahuila, cientos de personas cruzan la frontera con Texas para intercambiar su sangre por dólares.

Muchos de estos donantes son obreros o trabajadores mexicanos que en su país natal solo devengan el salario mínimo mensual. Con el dinero que reciben por entregar plasma completan sus ingresos para alimentar a su familias, pagar la universidad de sus hijos o comprar aquello que no alcanzan a pagar con su sueldo. En Estados Unidos existen al menos 400 centros de donación de plasma, 25 de los cuales están ubicados a lo largo de la frontera con México. En estas 25 clínicas, el 80% de los donantes son mexicanos y provienen de zonas como Piedras Negras, Nava y Zaragoza.

Solo una pequeña parte de la población americana es elegible para donar plasma, pero la mayoría no lo hace, mientras para muchos mexicanos de clase trabajadora la donación de plasma se ha convertido en una opción para suplir necesidades. Esta situación refleja dos aspectos: el primero, la brecha económica y el bajo nivel de vida que puede obtenerse con un salario mínimo en México; el segundo, la relevancia del papel de los mexicanos en un Estados Unidos que cada vez rechaza más su participación en el país.

 

Latin American Post | Krishna Jaramillo

Copy edited by Laura Rocha Rueda

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