ANÁLISIS

¿Qué esperar sin la intervención militar de las Naciones Unidas?

Haití se prepara para tomar las riendas del país

Haití se prepara para tomar las riendas del país

Read in English: What to expect without the military presence of the United Nations?

La Misión de la Organización de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití, MINUSTAH, concluyó la semana pasada. Durante 13 años ayudó a normalizar al país más pobre del continente americano. Sin embargo, su labor estuvo salpicada por escándalos que impulsaron una mala imagen ante la sociedad. Por esta razón, la ONU estableció una nueva misión para apoyar la paz compuesta únicamente por policías y civiles que cumplirá un mandato exclusivo de acompañamiento a la policía.

Para la ONU, una de las grandes prioridades para el país será el seguir reforzando el estado de derecho, la democracia y la credibilidad en las instituciones. “Es de una importancia crítica crear un marco que atraiga inversiones”, señala Sandra Honoré, directora del MINUSTAH, y hace hincapié en la necesidad de generar empleos que mantengan a los jóvenes en el país.

Para Honore, los jóvenes haitianos profesionales abandonan Haití ante la falta de oportunidades; muchos de ellos terminan en la República Dominicana o buscan llegar a Estados Unidos.

Para la delegada de las Naciones Unidas, Haití es un lugar diferente al que llegaron hace trece años; “el país está en las capacidades de asumir la responsabilidad y las riendas de manera total. Sin embargo, este todavía necesita de la comunidad internacional para consolidarse como estado”, afirmó ante los periodistas. Pese a estas declaraciones, la sociedad está dividida ante la salida de la misión de paz. Por un lado, están aquellos que la califican como un fracaso total. Otros ven la posibilidad del resurgir de los militares debido a que son los autores de algunos de los crímenes atroces.

Para las Naciones Unidas, reconstruir las Fuerzas Armadas es una decisión soberana de Haití, pero que no debe dejar sin los recursos necesarios a la Policía Nacional, pues la organización internacional ha trabajado en su profesionalización desde que llegaron en 2004.

Pero la presencia militar de la ONU tampoco es bien recordada, ya que de estos surgió el brote de cólera que afecto al país y dejó un saldo de 8.000 muertos. De manera complementaria, se presentaron reportes de abusos sexuales que solo fueron aceptados recientemente.

El país caribeño ahora enfrentara uno de los retos más grandes de su historia, pues si bien la ONU retira la misión de paz más grande que ha habido en el continente americano, la estabilidad no es 100% clara. Para el director de la Red Nacional para la Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH), Pierre Esperance, el Gobierno actual no tiene preocupación alguna por los derechos humanos, lo que dificultará que la sociedad se sienta a gusto y tranquila.

El presidente de Haití Jovenel Moise se encuentra en las capacidades de dar respuesta a los desafíos que suscita la salida de los cascos azules. Si bien la decisión de volver a crear las fuerzas militares no es muy bien aceptada, este tendrá que demostrar que su decisión es fundamentada y solo con el pasar de los años la aceptación podrá consolidarse. Así mismo tendrá que asegurar el crecimiento de la nación en todos sus ámbitos.

Para el politólogo canadiense Nicolas Lemay-Hébert, de la universidad de Birmingham, los cascos azules dejaron una sensación de invasión internacional entre los haitianos, por lo cual su salida es vista de manera positiva y con interés de sobrepasar cualquier crisis con el fin último de evitar una nueva misión con ese trasfondo. “Ahora, MINUJUSTH tendrá la posibilidad de no sobrepasarse como su antecesor y demostrar que las misiones de la ONU tienen un objetivo plausible, verídico y cercano”, afirma Lemay.

 

Latin American Post | Carlos Eduardo Gómez Avella

Copy edited by Susana Cicchetto 

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