ECONOMÍA

Dolarización en Argentina: ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de esta idea de Javier Milei?

Mientras que algunos dicen que con la dolarización Argentina disminuirá su inflación, otros aseguran que el paso a dólar traería más desigualdad al país austral.

Javier Milei

Foto: TW-JMilei

LatinAmerican Post | Christopher Ramírez Hernández

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En los últimos años, Javier Milei se posiciona en el espectro político argentino y latinoamericano como uno de los personajes más disruptivos e irreverentes de la región. Gracias a su discurso ultra neoliberal, el hoy precandidato a la Presidencia de la Argentina se coloca como uno de los contrincantes a vencer por la política tradicional de su país.

De hecho, es tal la influencia de Milei en la coyuntura del sur del continente, que en las últimas semanas ha puesto a hablar a toda la región sobre la idea de transformar la economía argentina tal como se conoce hoy, por medio de la dolarización.

Posibles ventajas de la dolarización

Para el político que se autodenomina como “independiente”, es claro que basar la economía de su país en el dólar y no en el peso, sería un avance que permitiría mejorar este sector de la sociedad de forma rápida y bien dirigida.

"Cuándo hagamos esta recomposición, el PIB (Producto Interno Bruto) en dólares va a ser muchísimo más grande y los dólares van a ser más grandes", expresó. Así, según Milei, con el aumento de la economía, también “los ingresos en dólares empezarán a crecer”, por lo que “la cantidad de indigentes y de pobres se va a achicar”.

Ahora, la dolarización que llegaría de la mano de Milei al poder traería consigo la desaparición del Banco Central, idea que el político liberal ha defendido desde hace tiempo. La meta es asegurarse por todos los medios posibles que la economía se base sí o sí solamente en el dólar y en el mercado, por lo que sin Banco Central se podría “eliminar el peso”.

En ese sentido, el economista e historiador Emilio Ocampo y Nicolás Cachanosky, coautores de Dolarización, una solución para la Argentina”, explicaron en su libro que la dolarización en Argentina podría significar una mayor independencia económica por parte de los ciudadanos, que verían cómo la economía de su país se basa en una moneda mucho más estable e internacional que la que tienen hoy en día.

Para los escritores, la dolarización traería consigo una profunda reforma del sistema bancario, lo que pondría “los ahorros de los argentinos fuera del alcance del poder político”.

Ahora, uno de los puntos más importantes para ver el cambio al dólar como una solución a la actual crisis argentina, es precisamente la esperanza de que este viraje reduzca considerablemente la inflación; y para explicarlo, Ocampo, en conversación con Infobae, citó el ejemplo más famoso de la región: Ecuador.

“La tasa de inflación de Ecuador era parecida a la nuestra, el país estaba en default, el sistema bancario estaba quebrado, la pobreza era del 60% y el salario real era de 50 dólares. No podían ser condiciones menos favorables. Pero hoy Ecuador tiene una de las inflaciones más bajas de América Latina y una mejor tasa de crecimiento”, indicó.

Así, al propiciar la supuesta reducción paulatina de la inflación, la dolarización ayudaría también a mejorar los acuerdos económicos con grandes ejes del mundo político actual como la Unión Europea.

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Posibles desventajas

Por supuesto, las declaraciones de Milei, así como de Emilio Ocampo, quien sería el encargado de establecer la ruta hacia el dólar en caso de que el político llegue a La Casa Rosada (sede presidencial en Argentina), despertó temor entre varios sectores políticos y académicos. De acuerdo con opositores, el mayor miedo es que la dolarización que pretende Milei sea “unilateral”, un término que pondría en entredicho el éxito de este proyecto.

Según indicó a CNN la directora de C&T Asesores Económicos, María Castiglioni, “sería dejar de tener moneda propia y adoptar el dólar”, es decir, perder una parte de la soberanía económica que se tenía al dejar la moneda propia por una extranjera.

Por supuesto, más allá del discurso patriótico, esta apreciación no demostraría un riesgo de la dolarización a la economía argentina, sino que fuese por una realidad que explica un informe compartido al público por el director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), Hernán Letcher:

“Dolarizar implica reemplazar los pesos existentes por dólares”, y en el caso de la estrategia unilateral que pretende Milei, esto se logra cambiando todos los pesos en circulación por las reservas en dólares con las que cuenta el Banco Central de Argentina; y es ahí donde radica el mayor problema, ya que dichas reservas no son muy amplias.

En términos de cifras, el economista y director asociado de Eco Go, Sebastián Menescaldi, aseguró que “si hoy canjeamos la base monetaria por las reservas internacionales netas, el tipo de cambio necesario sería de 4.632 pesos argentinos”. Esto, traducido en un espectro general, crearía la necesidad de obtener aproximadamente 23 mil millones de dólares para poder dejar la paridad a los valores actuales.

La problemática recae en que, de acuerdo con el también economista Gustavo Reyes, aunque “el Banco Central tiene reservas por unos 36.500 millones de dólares”, gran parte de estos corresponden a depositantes, otra a China (prestamista) y otra muy importante a los organismos internacionales. “Entonces (el Banco Central) tiene menos de 2 mil millones propios”, añadió en entrevista con la agencia de noticias Télam.

Entonces, si las reservas que se tienen para intercambiar los pesos por dólares no son lo suficientemente altas, tocaría inclinarse por una devaluación extrema de la actual moneda, es decir, los argentinos deberán entregar más pesos por menos dólares. Esto derivaría en una enorme caída de los salarios, y por ende en pérdida de competitividad por parte de las empresas locales.

Así lo muestra el informe de la CEPA, en el que se explica que el mejor de los escenarios es aquel en el que el dólar pudiese costar 224 pesos, ya que el salario sería de 840 dólares, similar al promedio actual privado en el país.

Ahora, todo empeora con una mayor devaluación: con un dólar a 705 pesos el salario disminuiría en un 68%; a 2.430 pesos (-90%); a 2.860 (-92%); a 9.880 (-98%), lo que afectaría considerablemente al pueblo argentino.

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