ANÁLISIS

¿Cuánto le cuesta a la economía no dormir bien?

Se sabe que el sueño insuficiente es un problema que afecta la salud y la productividad, pero nuevos estudios sugieren que también es un problema económico

¿Cuánto le cuesta a la economía no dormir bien?

Un reciente estudio del “think tank” RAND Europe titulado “Why sleep matters – the economic costs of insufficient sleep” reveló que, a raíz del sueño insuficiente de sus habitantes, la economía de un país puede llegar a tomar un golpe significativo. El estudio reconoce que el sueño insuficiente es un problema de salud pública antes que uno económico, por lo que busca llamar la atención de los tomadores de decisiones y por eso traduce el perjuicio del sueño insuficiente a montos de dinero.

El estudio de RAND Europe se enfocó en cinco países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE): Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Alemania y Japón; y descubrió que, en total, el sueño insuficiente les cuesta hasta 680 mil millones de dólares anuales.

¿Cómo se llegó a esta cifra?

Para llegar a esta cifra, el estudio consideró los daños que el sueño insuficiente le puede traer a la fuerza de trabajo de un país. En primer lugar, se sugiere que dormir menos de seis horas diarias incrementa el riesgo de mortalidad en un 17%, pues aumenta la incidencia de siete de las 15 principales causas de muerte en los países desarrollados. Esto es problemático para la economía, ya que se reduce el tamaño de la fuerza laboral del país y por lo tanto su capacidad productiva.

En segundo lugar, el sueño insuficiente aumenta el absentismo entre los trabajadores, ya sea por enfermedad o por cansancio, lo que lleva a que se reduzca la productividad promedio de cada trabajador. Finalmente, el sueño insuficiente durante la infancia y la adolescencia tiene un impacto negativo sobre el desempeño escolar, lo que limita el desarrollo de habilidades entre los estudiantes, algo que también resulta en productividad perdida en el momento en el que la persona ingresa a la fuerza laboral.

Estados Unidos, el mayor perdedor

El estudio de RAND Europe explica que Estados Unidos sostiene las mayores pérdidas, debido a los malos hábitos de sueño entre su población: hasta 411 mil millones de dólares anualmente. En comparación, la exportación de autos y autopartes le trajo a Estados Unidos alrededor de 53 mil millones de dólares en 2017, apenas una octava parte de lo que RAND Europe estima que le costó el sueño insuficiente.

Sin embargo, en términos relativos a su tamaño, Japón padece los mayores problemas con respecto al sueño insuficiente, pues le cuesta 2,9% de su PIB anual, en comparación a Estados Unidos que puede perder hasta el 2,3%.

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¿Qué soluciones se proponen?

Con el fin de mejorar los hábitos de sueño entre la población, y aliviar el sueño insuficiente ya categorizado como un problema de salud pública por el Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, el estudio hace algunas recomendaciones para que los países adopten, si es posible, como políticas públicas.

En primer lugar, se aconseja a las personas reducir el uso de los dispositivos electrónicos antes de dormir, pues la luz que estos emiten tiene un efecto negativo sobre la producción de melatonina, hormona clave para la regulación del sueño. Además, sugiere reducir el consumo de sustancias como la cafeína y la nicotina, que tienen un efecto adverso sobre el sueño, así como hacer más ejercicio, algo que se ha correlacionado con mejores patrones de sueño.

También el estudio incluye recomendaciones para los empleadores, pues se asegura que estos deben entender que juegan un papel importante en los hábitos de sueño de sus empleados. Además de ayudar a reducir el uso de dispositivos electrónicos, particularmente en horas de la tarde, se plantea que las empresas deben incorporar rutinas que favorezcan la calidad del sueño de los empleados.

Finalmente, el estudio concluye con recomendaciones de políticas públicas para los gobiernos que, según RAND Europe, deben contribuir a la capacitación de los profesionales de la salud para que estos puedan lidiar con los males relacionados a la falta de sueño, así como promover los buenos hábitos de sueño entre sus pacientes. Igualmente, se propone incorporar un inicio de clases retrasado, de forma que se reduzca el impacto del sueño insuficiente entre los estudiantes.

 

LatinAmerican Post | Pedro Bernal

Copy edited by Diana Rojas

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