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Play de Moby: 20 años

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Este viernes 17 de mayo cumple veinte años uno de los discos más importantes no solo de la electrónica, sino de la música en general. Esta es la historia de cómo Moby logró conquistar el mundo

Play de Moby: 20 años

Hace veinte años, Richard Melville Hall, un nerd, calvo, vegano con gafas de marco ancho, favorito no solo de la escena electrónica sino del rock, lanzó lo que sería el trabajo discográfico que lo catapultaría al éxito mundial. Moby, apodado así por ser descendiente de Herman Melville, el autor de la célebre obra Moby Dick, publicó bajo los sellos Mute y V2 Play, su quinto disco de estudio. Uno podría pensar que el disco fue un éxito de la noche a la mañana y que Moby ya era un artista exitoso y reconocido, al menos en su país natal, Estados Unidos. Nada dista más de la realidad.

Play de Moby: 20 años

En los noventas, década en que Moby inició oficialmente su carrera musical solista, el joven Richard tuvo altibajos que casi lo convencen de abandonar por completo la música y dedicarse por completo al estudio. En la década anterior, en su época como bachiller y recién graduado, participó en algunas bandas de punk tanto como guitarrista como bajista. Esas bandas no prosperaron, ni siquiera sacaron más de una producción discográfica.

En 1989, Richard se mudó a Nueva York y consiguió varios trabajos como DJ de bares y clubes. Era una cara reconocida para los asistentes frecuentes a las fiestas de techno. Le podía ir peor, al menos le alcanzaba para pagar la renta y el mercado en una ciudad tan difícil como la denominada Capital del Mundo.

Lanzó tres discos bajo Moby, entre 1992 y 1995, enfocados en derivados de la electrónica como el techno y el breakbeat, primero en la independiente Instinct y luego en Elektra, hija de Warner. Moby logró conformar un grupo fiel de seguidores, incluso logró posicionar su sencillo Go del disco homónimo en el número 10 en los listados británicos.

Lentamente estaba ganando la notoriedad de actos británicos como Chemical Brothers o los Prodigy, hasta que en 1996 decido lanzar el controversial Animal Rights. No digo que es controversial por su contenido, sino por su sonido. En ese disco, Moby le quitó protagonismo a los sintetizadores por las baterías y las guitarras del punk. Este no cayó para nada bien en su fanaticada technera, por lo que le costó su lealtad y un salto al abismo del olvido.

Play de Moby: 20 años

Los medios musicales, a excepción de uno o dos, lo destruyeron. Moby promocionó el disco siendo telonero de la gira de Soundgarden, pero la audiencia estaba desinteresada en su acto. Si bien fue un fracaso en todos los sentidos de la palabra, en declaraciones dadas a la Rolling Stone, Moby recibió apoyo tanto de Bono como de Axl Rose, que en los noventas era la estrella de rock más popular del planeta. Nada mal, ¿no?

Sin embargo, esto no fue suficiente. Según su manager en declaraciones recogidas por The National, Moby estaba decidido a lanzar un último disco antes de dejar la música por completo y enfocarse en sus estudios. De hecho, Elektra había suspendido su contrato con el productor por el fracaso de Animal Rights. Su madre murió al año de ser lanzado este disco. Todo era un desastre.

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Junto a su manager Eric Harle, decidieron volver a la electrónica. Todo empezó cuando su amigo Dimitri Ehrlich le prestó una recopilación de blues norteamericano de principios del siglo XX curada por Alan Lomax. A varias de esas composiciones, la mayoría acapellas, les metió otros elementos ya creados como riffs de bandas de postpunk o rapeos ochenteros. Inicialmente lo grabó todo en el estudio de su apartamento pero, insatisfecho por su propia mezcla, decidió buscar ayuda profesional, como de Mario Caldato jr., que había trabajado bastante con los Beastie Boys y que venía de asistir en la producción de Hello Nasty.

Play de Moby: 20 años

Ya tenían el disco listo pero nadie le quiso colaborar, ni Warner, ni Sony, ni EMI ni niguna disquera grande, hasta que obtuvo apoyo del sello independiente Mute y V2, fundada por el creador de Virgin, Richard Branson. El primer sencillo encargado de promocionar el álbum, Honey, que salió medio año antes del lanzamiento de Play, fue ignorado tanto por los medios musicales, radiales y escritos, como por el público en general. Cuando se lanzó el disco, todo fue igual. Todo apuntaba a que Play iba a ser un fracaso al igual que Animal Rights.

La primera presentación de Moby promocionando el disco fue en una tienda de discos frente a los clientes. A lo largo del año y a principios del 2000, nada parecía cambiar. Tuvo algunas presentaciones sin muchos espectadores, tuvo pocas reseñas en columnas espichadas junto a decenas de otros discos (aunque las reseñas eran buenas), y sonaba en alguna radio universitaria. Moby estaba convencido de que la música no era lo de él y que era mejor ponerse a estudiar arquitectura

Hasta que su manager lo llamó, casi un año luego del lanzamiento de Play, a decirle que su disco había llegado al número uno en el Reino Unido.

Luego en Francia.

Luego en Alemania

Luego en Australia.

Según la Rolling Stone, la semana que Play fue publicado, logró vender seis mil ejemplares. Un año después, lograba la monstruosa cantidad de 150,000 discos vendidos por semana, y así hasta llegar a doce millones de ventas a lo largo del mundo hasta el día de hoy. Los DJs radiales que antes lo ignoraron, ahora ponían diariamente los sencillos del disco que lanzaba. Los periodistas que antes lo rechazaban, lo llamaban sin cesar para que les otorgara una entrevista. Si antes a sus conciertos iban no más de cincuenta personas, ahora llenaba clubes inmensos.

Play de Moby: 20 años

Lo particular de este disco fue que cada una de las 18 canciones que componen Play, fueron licensiadas para ser usadas en películas, comerciales y series de televisión, una hazaña que ningún disco ha logrado hasta el día de hoy. Incluos este disco ha vendido más que los más vendidos de los mosntruos de la electrónica como Daft Punk o Chemical Brothers. Una gran historia de superación y de nunca darse por vencido.

No siendo más, en el vigésimo aniversario del disco que catapultó a Moby al estrellato, los invitamos a que escuchen de principio a fin los 63 minutos que ofrece uno de los discos más importantes no solo de la electrónica, sino de la música en general.

 

LatinAmerican Post | Pedro Vergara

Copy edited by Vanesa López Romero

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