Medio ambiente

Terremoto de San Juan de 1944: Recordando el peor desastre natural de Argentina

El fuerte seísmo que sacudió el 15 de enero de 1944 la provincia argentina de San Juan, causando la muerte de unas 10.000 personas y destruyendo casi por completo la capital provincial sigue siendo, ocho décadas después, la peor catástrofe natural en la historia del país suramericano.

Alerta Sísmica: San Juan en el Epicentro

Cuando la tierra empezó a temblar, faltaban poco más de diez minutos para las nueve de la noche en San Juan, una ciudad principalmente vitivinícola, situada en la región argentina de Cuyo, al costado oriental de la cordillera de los Andes.

Según los censos de la época, la capital provincial contaba con unos 80.000 habitantes en 1944.

La mayoría de ellos residían en casas de adobe que no pudieron resistir la fuerza del terremoto principal, que tuvo una potencia de 7,0 grados en la escala de Richter, con la que se cuantifica la energía liberada por los sísmos.

De acuerdo con los testigos, el suelo de San Juan y sus alrededores tembló durante treinta segundos.

Varias réplicas durante la noche y el día siguiente agravaron aún más la situación.

Los análisis posteriores al terremoto calcularon que el epicentro del mismo se situó a unos veinte kilómetros de la ciudad, en el departamento de Albardón, a una profundidad estimada de 16 kilómetros.

Inundaciones, fiebres e inseguridad

En los días posteriores al seísmo, una serie de lluvias torrenciales asoló lo poco que quedaba de San Juan, donde el 80 % de los inmuebles ya habían sido completamente destruidos.

Los cadáveres y los heridos sin hogar se amontonaron en las calles, las autoridades procedieron a la cremación de cuerpos y fue necesaria la actuación de los servicios médicos para detener la propagación de la fiebre tifoidea.

Los hospitales de las provincias vecinas de Mendoza y San Luis, donde también se sintieron los temblores, atendieron durante varias semanas a los afectados por la catástrofe.

La seguridad en lo que quedaba de San Juan también se quebró por completo, y fue necesario decretar el toque de queda para prevenir los actos de pillaje.

“¿Dónde debe reconstruirse la ciudad?”

A medida que la fatídica jornada del terremoto se alejaba y los edificios restantes se derrumbaban por completo o eran reducidos a escombros por motivos de seguridad, los sanjuaninos empezaron a preguntarse por el futuro de su ciudad.

La opinión pública se dividió en dos sectores, los “trasladistas”, dispuestos a reconstruir San Juan en otro punto de la provincia; y los “quedistas”, partidarios de levantar los cimientos de la capital sobre los restos de la urbe original.

“¿Dónde debe reconstruirse la ciudad?”, se preguntaba la dirección del diario Tribuna de San Juan en un editorial publicado el 29 de marzo de 1944.

“Son muchos los que -sin saber ni una palabra de urbanismo, ni de política ni de sociología- hablan con autoridad de sabios, como si en su vida no hubieran hecho otra cosa que reconstruir ciudades”, criticaban.

Finalmente, los sanjuaninos decidieron volver a establecerse en el emplazamiento de la antigua capital.

El Gobierno argentino, liderado entonces por el presidente de facto, Edelmiro Farrell (1944-1946), creó un Consejo de Reconstrucción específico para el caso de San Juan.

Este órgano, junto al Banco Hipotecario Nacional y el Instituto Provincial de la Vivienda continuaron afrontando el complejo proceso de reconstrucción de San Juan ya durante la primera presidencia de Juan Domingo Perón (1946-1955).

San Juan, experimento arquitectónico

Durante las siguientes décadas, San Juan vivió un verdadero proceso de transformación.

Las características fachadas barrocas de edificios como la Iglesia Catedral de San Juan fueron sustituidas por sobrias paredes de hormigón, en línea con las tendencias arquitectónicas de la época.

San Juan fue un manifiesto urbano del movimiento moderno antes de que Lúcio Costa y Oscar Niemeyer proyectaran el plano piloto de Brasilia en 1957 o el suizo Le Corbusier hiciera lo propio con Chandigarh (India).

Ochenta años después de su terremoto más devastador, la provincia de San Juan ha seguido sufriendo temblores periódicos de distinta fuerza y gravedad, el último en 2021, en el denominado Oasis del Tulum, donde no hubo fallecidos, pero sí se registraron daños materiales.

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Según el Instituto Nacional de Prevención Sísmica de Argentina (Inpres), la provincia de San Juan es la que presenta un mayor peligro de terremotos en todo el país.

El límite entre las placas tectónicas de Nazca (al este de los Andes) y la Sudamericana (al oeste) es uno de los puntos de mayor actividad sísmica del planeta, pero los terremotos suelen concentrarse en el lado chileno de la cordillera.

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