Bienestar

Dieta de la eliminación: ¿qué es y cómo aplicarla?

Te contamos todo lo que necesitas saber sobre la dieta de la eliminación y poder empezar a llevarla de una manera adecuada.

Persona comiendo de un plato

La dieta de eliminación es una de las principales herramientas usadas en la Medicina Integrativa Funcional para identificar sensibilidades a diferentes tipos de alimentos. Foto: Unsplash

LatinAmerican Post | María Fernanda Ramírez Ramos

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Read in english: The Elimination Diet: What it is and How to Do it?

La dieta de eliminación es una de las principales herramientas usadas en la Medicina Integrativa Funcional para identificar sensibilidades a diferentes tipos de alimentos. Se trata de una dieta que evita por completo, por al menos 21 días, la ingesta de comida comúnmente asociada con alergias, intolerancias e inflamación. Luego de este periodo, se reintroducen, uno a uno, los alimentos eliminados para detectar si al consumirlos causan síntomas negativos en el organismo. 

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Aunque su nombre lleve la palabra dieta, no tiene nada que ver con bajar de peso. No obstante, su uso se ha popularizado por su difusión en redes sociales. Se trata de un proceso que requiere de una correcta planeación, mucha disciplina y monitoreo. No obstante, puede ser una gran aliada para conocer mejor tu cuerpo y establecer patrones alimenticios que generen bienestar y vitalidad. 

 

Latinamerican Post habló con Margarita Sanz, médica Funcional, Miembro del American College of Lifestyle Medicine, quien afirma que la dieta de eliminación puede beneficiar a muchas personas: “Muchos de los síntomas asociados a la presencia de sensibilidades alimentarias no son gastrointestinales, como lesiones en piel (desde acné hasta eczema), dolor articular y muscular⁠, fatiga, falta de energía, sensación de cansancio, dolor de cabeza, migrañas⁠, problemas de concentración, congestión nasal, depresión y alteraciones metabólicas. Asimismo, no todas las personas con disfunciones en el sistema digestivo tienen síntomas gastrointestinales. Por ejemplo, puedes tener como único síntoma lesiones en piel y la causa subyacente está en alteraciones en tu sistema digestivo”, explica la médica.

Las alergias e intolerancias a los alimentos cada día aumentan en la población y aunque existen pruebas de laboratorio para detectarlas, estas suelen ser costosas. Por lo tanto, la dieta de eliminación es una alternativa a pruebas especializadas, que puede hacerse en casa y a un bajo costo. Al respecto, la Dra. Sanz explica que tanto la dieta de eliminación, como las pruebas de sangre, tienen pros y contras. De allí la importancia de aplicarlas con un acompañamiento médico: “Identificar si existen sensibilidades alimentarias es un paso muy importante pero no es el único, es igual de importante determinar si existe una adecuada digestión de las proteínas que consumes, si hay un aumento en la permeabilidad intestinal, mejorar la tolerancia oral del sistema inmune y aumentar la diversidad de la microbiota intestinal”.

De acuerdo con una investigación publicada en Journal of the American College of Nutrition, la dieta de eliminación tiene un impacto positivo en pacientes con Síndrome del Intestino Irritable, permitiéndoles reducir sus molestias y mejorar su calidad de vida.  Sin embargo, la Dra. Margarita Sanz indica que es importante entender que no se trata de una dieta para hacer durante tiempos prolongados

Por otra parte, The Institute for Functional Medicine ha señalado que la dieta de eliminación además de ayudar a identificar las comidas que desencadenan reacciones negativas, tiene beneficios para disminuir la fatiga, reducir la inflamación, el estrés y el dolor, incrementar los fitonutrientes en el cuerpo y apoyar el correcto crecimiento de la microbioma.

En el libro la dieta de eliminación: descubre qué alimentos te hacen daño y siéntete como nunca, se ofrece un plan diseñado en 3 etapas: desintoxicar el organismo, identificar y eliminar los alimentos que hacen daño, además de personalizar una dieta a largo plazo rica en nutrientes. Sus autores, los expertos en nutrición Alissa Segersten y Tom Malterre, aseguran que existe una profunda relación entre lo que comemos y cómo nos sentimos, incluso a nivel emocional. Por lo tanto, plantean la necesidad de que cada persona se haga consciente de la relación de su cuerpo con la alimentación.

Las investigaciones en el campo de la nutrición están apuntando a que las enfermedades y trastornos comunes inician en el intestino porque allí se encuentran células del sistema inmune. 

¿Qué alimentos se eliminan?

Según una guía publicada por la Facultad de Medicina y Salud Pública de la Universidad de Wisconsin, los alimentos a eliminar, por un tiempo de 2 a 4 semanas, son:

  • Lácteos y sus derivados.

  • Cítricos. 

  • Huevos. 

  • Alimentos con gluten. Es decir, aquellos elaborados con trigo, centeno o cebada. 

  • Soya.

  • Nueces y maní.

  • Carnes rojas y mariscos.

  • Maíz.

  • Azúcares refinadas y endulzantes artificiales.

  • Alimentos procesados o con conservantes.

  • Alcohol.

No obstante, los alimentos a eliminar pueden variar en cada paciente, dependiendo de sus síntomas iniciales y sus necesidades nutricionales. Sin embargo, durante la dieta de eliminación deben consumirse principalmente alimentos de origen 100% natural, con abundantes porciones de frutas, verduras y proteínas de calidad.

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Por ello, es importante planificar el momento en el que se va a iniciar el proceso, pues es necesario que los alimentos eliminados no se incluyan de ninguna forma, ni siquiera en pequeñas cantidades. Después de terminar la fase de eliminación, se introducen pequeñas porciones de cada uno de los alimentos suspendidos. Para ello, debe establecerse un calendario que permita organizar las pruebas, dejando un día de descanso entre cada alimento reintroducido. Es decir, que si pruebas el gluten un lunes, debes descansar el martes de la reintroducción de alimentos.

Es necesario llevar un registro de las reacciones o síntomas causados por cada alimento para mencionarlas al médico tratante y determinar si es conveniente eliminarlo de la alimentación. Es decir que, una vez probados todos los alimentos previamente eliminados, se debe establecer un plan nutricional que se adecue a los resultados. 

 

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