ANÁLISIS

Elecciones Ciudad de México 2018: un candidato intolerante

El precandidato del PRI, en su cierre de precampaña, afirmó que su campaña se centrará en el apoyo a la familia tradicional, condenando cabalmente el matrimonio igualitario, entre otros

Elecciones Ciudad de México 2018: un candidato intolerante

El pasado 11 de febrero se dio por finalizada la precampaña electoral en el estado mexicano; todos los aspirantes a la presidencia, el senado de la república, la cámara de diputados, gobernadores y alcaldes terminaron de dirigirse hacia sus adeptos, posicionándose como los futuros candidatos oficiales a los puestos que desempeñarán, al menos los próximos tres años.

Ha llamado la atención el cierre de precampaña de un personaje muy conocido, pero poco atendido en el proceso electoral: Mikel Arriola.

Arriola aspira a posicionarse como jefe de gobierno (gobernador) de la capital del país azteca, el partido que representa es el Partido Revolucionario Institucional (PRI), mismo que nunca ha gobernado la Ciudad de México (antes Distrito Federal) desde que se celebran elecciones en la capital.

Sus principales contendientes son la exalcaldesa de una de las delegaciones de la ciudad Claudia Sheinbaum Pardo (del movimiento de regeneración nacional) y la exdirigente del Partido de la Revolución Democrática (PRD) Alejandra Barrales.

Los punteros desde el inicio de la precampaña apuntan a que la futura jefatura capitalina estará a cargo de una de las dos aspirantes de izquierda, tal como es tradición en la Ciudad de México. Mikel Arriola no tiene casi ninguna posibilidad de ganar según los números de las encuestas; sin embargo, es indignante que atente contra los derechos adquiridos de los capitalinos con tal de aumentar su popularidad, o en un desesperado intento de ganarse como adeptos a un sector tradicionalista de la sociedad.

El precandidato del PRI en su cierre de precampaña afirmó que su campaña se centrará en el apoyo a la familia tradicional, condenando cabalmente el matrimonio igualitario y por consiguiente la adopción entre parejas del mismo sexo; aunado a ello condenó el aborto y el uso de la marihuana para fines lúdicos. De llegar a ser jefe de gobierno, afirma él, pondrá estos temas en la agenda pública de la ciudad y los someterá a consenso ciudadano a través de una consulta popular.

Tal vez a Mikel Arriola, también ex director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), se le olvida que aspira a ser dirigente de una de las ciudades más multiculturales, cosmopolita y abierta a los derechos de las mujeres y la comunidad LGBTTTIQ. Por muchos años se luchó activamente porque la Ciudad de México sirviera como ejemplo a nivel nacional de tolerancia y respeto hacia las minorías y los grupos vulnerables de la sociedad civil; si bien las pasadas administraciones dejaron mucho que desear en tópicos como seguridad, obras públicas o igualdad de oportunidades, hay que aceptar que se tienen libertades que muchas ciudades de la región latinoamericana desearían disfrutar.

En los diferentes actos de precampaña Arriola manifestó su descontento con los gobiernos del PRD que han manejado la capital, pero tal vez no se ha detenido a analizar que el partido al que representa gobierna desde la presidencia, con mayoría en el congreso y diversos gobernadores en los estados de la república; misma cúpula de poder que ha hundido al país en violencia, desigualdad y corrupción. Si lo que desea este personaje es aumentar su presencia en los medios de comunicación lo ha logrado, pero si está esperanzado en ganar la jefatura de gobierno con dichas declaraciones, está tomando un rumbo contrario al pensamiento predominante en la ciudadanía de la capital mexicana, que no sólo le costará su campaña, sino su futuro como político mexicano.

Latin American Post | Jorge Francisco Vuelvas Lomeli 

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