AMÉRICAS

Las universidades latinoamericanas necesitan reforzarse

A pesar del aumento en los registros y la asistencia a las instituciones de educación superior, la educación en Latinoamérica está rezagada

Las universidades latinoamericanas necesitan reforzarse

Desde los años 2000 la educación en América Latina ha mejorado considerablemente. De acuerdo a un reciente estudio del Banco Mundial, hay 2.300 nuevos centros de educación superior y la tasa de inscripción (entre los 18 y 24 años) aumentó de 21% a un alentador 43%. Estas son cifras para sentirse orgulloso. Otro hecho para tener en cuenta en el aumento en la inclusión socioeconómica: los estudiantes de bajos recursos económicos aumentó de 16% a 23% de acuerdo a las cifras  recolectadas por el BM.

Sin embargo, América Latina aún está lejos de una educación superior ideal. Paralelamente al aumento en las inscripciones, el número de deserción también se ha elevado. El Banco Mundial, al igual que analistas de la revista británica The Economist, aseguran que la condición de la educación superior en Latinoamérica no es enteramente favorable para los estudiantes (más que todo para los de menores recursos). La duración de una carrera universitaria (entre 4 y 5 años) es desalentadora, teniendo en cuenta la inversión que debe hacer cada uno de los estudiantes.

A parte de la duración, que de por no es suficiente para abandonar, los altos costos de la educación privada y el salario que empiezan a ganar a penas se gradúan. No hay duda de que los colegios en Latinoamérica (sin incluir los colegios públicos) la correlación entre calidad y precio es persistente y muchas veces no da los resultados que los estudiantes esperan.

Usualmente es difícil equiparar el costo de un programa de pregrado y el salario que el estudiante devengará en el mercado laboral. Siendo realistas, durante un crisis económica personal o familiar, resulta mucho más fácil salirse de los estudios y empezar a trabajar (que resulta más fácil y rápido).

Además, la educación superior en la región -adicional al alto costo para los estudiantes- aún tiene una desventaja en comparación con universidades en Estados Unidos y Europa. Mientras que las 2 mejores universidades en Colombia (la Universidad Nacional y la Universidad de Los Andes) han subido en el ranking global, aún no ocupan los primero 250 lugares de las mejores universidades del mundo. De acuerdo con el ranking realizado por QS Quacquarelli Symonds,

La Universidad Nacional ocupa el puesto 254 y Los Andes es la número 256. A parte de esas 2, solo hay 11 universidades latinoamericanas entre los primeros 14 puestos.

Expertos sugieren que en América Latina, además de los buenos resultados en inscripción, es necesario mejorar las opciones de financiación (mediante programas estatales) y la completa mejoría de la calidad. Perú, Chile, Colombia y Brasil han implementado estrategias que han que mejoran la eficiencia en los recursos públicos.

Aún es necesarios responsabilizarse más de lleno en mejorar los estándares, la calidad de los maestros y, sobre todo, los programas que deben ofrecer las instituciones para mejorar el retorno de lo invertido para cada estudiante. Las universidades latinoamericanas parecen estar inconscientes de las necesidades del mercado laboral que está lastimando, no solo a los estudiantes, sino a la economía como tal.

 

Latin American Post | Juan Sebastián Torres 

Translated by Santiago Gómez Hernández  

Copy edited by Susana Cicchetto

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