Atrévase a probar métodos de entrenamiento acrobático que ponen su cuerpo en óptima forma

¿Debo pagar una suscripción al gimnasio? ¿Debería entrenar en casa con video tutoriales de YouTube? ¿Compro un libro de fitness y sigo el plan que propone?

El dilema al momento de elegir cómo y dónde entrenar es recurrente. Al momento de tomar una decisión de entrenamiento, es importante considerar el impacto general que tendrá en la condición física. Una forma bastante efectiva de conseguir un cuerpo completamente funcional es a través del entrenamiento para acróbatas y artistas de circo, comenzando desde el nivel ‘no acróbata’.

Antes de empezar es importante mentalizarse positivamente y saber que es posible iniciarse en el mundo de las acrobacias sin ser un acróbata. El aumento de la exigencia es progresivo y al comenzar deben conocerse con cuidado las ventajas y desventajas corporales de cada uno. Las mejoras en resistencia, fuerza y elasticidad son algunos de los resultados que pueden apreciarse a las pocas semanas de haber iniciado.

Si en la primera clase no es posible realizar un salto mortal, subirse a la tela aérea como un experto o estirarse a tal punto que tocarse las puntas de los pies con los dedos sea muy sencillo, no hay que desanimarse. Naturalmente nadie nació con habilidades innatas de este tipo, todo se logra con constancia y poco a poco.

Lo más atractivo de estos tipos de entrenamientos es que son dinámicos y divertidos. En general, una clase grupal en un gimnasio o rutinas muy estrictas tienden a ser monótonas. Durante las sesiones es posible contar con un tiempo para el calentamiento, seguido de ejercicios funcionales variados y estiramientos iniciales. Esto con el objetivo de poner en disposición al cuerpo y despertar los grupos musculares que responderán al momento de aprender movimientos nuevos.

Para continuar, siguen las técnicas específicas que permitirán aplicar la fuerza y elasticidad ganadas en los ejercicios anteriores. Al finalizar se realizan nuevamente estiramientos finales para restablecer las alineaciones naturales del cuerpo y evitar rigidez.

Existen varias opciones para iniciarse: técnicas aéreas, movimiento acrobático o equilibrio de manos. En todas las técnicas se trabaja la totalidad de la musculatura corporal, pero con aplicaciones distintas. Todas las técnicas permitirán expresarse corporalmente al que las practica, ya que tienen un componente artístico.

Las técnicas aéreas buscan conocer los elementos protagonistas de las alturas: tela, lira, cuerda y trapecio, entre los cuales es apropiado elegir el que le llame la atención. En la tela se busca como principio subir por la misma y realizar secuencias que fortalecerán el cuerpo. La tela por lo general tiene una longitud mayor a cuatro metros, es semi-elástica y cuelga verticalmente. La lira es un aro metálico en el cual también podrán realizarse secuencias y figuras que implican trabajar el cuerpo de forma intensa. La cuerda es ligeramente más rígida y guarda una cierta similitud con la tela por la verticalidad de ambas. Por su parte, el trapecio combina la verticalidad y horizontalidad en suspensión.

La versatilidad de cada elemento se va descubriendo entrenamiento tras entrenamiento. En las técnicas aéreas puede sentirse cómo el cuerpo se entrena a través del contacto constante con el elemento aéreo. La sensación de colgar y agarrarse del elemento desde distintas partes del cuerpo obliga a grandes grupos musculares a tener una respuesta integral desde la suspensión, logrando un fortalecimiento y formando una figura. Al pasar de una figura a otra, es decir, cambiando la acomodación del cuerpo en el elemento, se logra una mejora en la resistencia.

El movimiento acrobático se concentra en los saltos, desde sencillos brincos que servirán de base para lograr saltos mortales, hasta botes que pueden hacer parte de una interesante secuencia de movimientos. Tener la fuerza explosiva necesaria en los saltos para ir mejorando la altura y la posibilidad de tener más impulso es el trabajo constante que se realiza. Inicialmente, para poder realizar botes es necesario apoyar las manos y la columna vertebral al rodar de frente. Progresivamente se conseguirán más habilidades que permitirán tener más control sobre el uso del apoyo de las manos, la expansión y la compresión del cuerpo al momento de saltar.

Si el equilibrio de manos es la elección, el trabajo se concentrará en el apoyo en las manos para invertirse y ver el mundo desde una perspectiva diferente. El cuerpo es trabajado en su totalidad, ya que se procura la alineación correcta al invertirse. Así que, a pesar de tener un énfasis en los apoyos de las manos, el cuerpo en su totalidad trabajará de forma activa prácticamente todos los grupos musculares. La finalidad es lograr sostenerse en las manos sin ayuda, y si es posible llegar a caminar de forma invertida. En esta técnica se emplean ejercicios que gradualmente van permitiendo apropiarse de la sensación de entregarle el peso del cuerpo a los brazos. Una vez se logra dominar la parada de manos es importante obtener una línea perfecta al invertirse, esto para evitar lesiones.

Ser un acróbata 'no acróbata’ implica sumarse a una nueva experiencia y no haber tenido un contacto previo con entrenamientos o técnicas de este tipo. Estas formas de acondicionamiento corporal no sólo tienen efectos altamente positivos en el rendimiento físico de quienes las practican, también a nivel psicológico logran aumentar la autoconfianza y el deseo de buscar nuevos retos en la cotidianidad.

Sin embargo, recuerda que al elegir un estudio o lugar de entrenamiento para aprender alguna de estas técnicas expuestas, es importante contar con instructores certificados que cuenten con la experiencia necesaria en técnicas avanzadas de circo o gimnasia.

Latin American Post | Sergio Parrado Landazábal

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