Con la reelección del primer ministro Viktor Orbán, el país europeo fortalecerá sus políticas antimigratorias

El domingo 8 de abril fue el día en el que el tres veces primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, consiguió su cuarto mandato -y tercer consecutivo- al frente del país del este de Europa. El político de 54 años, líder del partido conservador Fidesz, ganó las elecciones con el 49% de los votos y es probable que alcance a controlar la mayoría del Parlamento, es decir, que su partido obtenga 133 escaños.

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El partido vencedor aumentó en cuatro puntos porcentuales sus resultados de las elecciones de 2014. Por su parte, los ultraderechistas de Jobbik solo alcanzaron un 20% de la votación. La coalición de la izquierda, conformada por el partido “Diálogo” y los socialdemócratas, obtuvieron un 12% de los comicios. Fue una jornada con una de las más altas tasas de participación en la historia democrática de ese país, casi un 70% de los habilitados ejercieron su derecho al voto. 

“Es una oportunidad para proteger a Hungría”

Ya en la celebración de su victoria, Orbán dijo que esta es “un oportunidad para poder proteger a Hungría”. ¿Pero qué exactamente quiere proteger? Este país lidera en Europa la corriente anti inmigración, pues Hungría se opone a aceptar refugiados de Oriente Medio que huyen de conflictos como la Guerra de Siria o Yemen. 

La Unión Europea le exige a sus miembros que adopten un número de refugiados para alivianar el flujo que manejan países como Italia y Grecia. No obstante, Orbán ha rechazado el abrir sus fronteras a los inmigrantes y ha hecho de esto su lema de campaña. Así, la defensa de valores cristianos, en contraposición de ideales musulmanes -como ejemplo-, la exaltación de la identidad nacional y el rechazo al multiculturalismo se han erigido como las banderas de Orbán.

En el pasado, durante su cruzada por “proteger” su país, ha perseguido ONGs cuya misión se relacione con la ayuda a refugiados. A través de un paquete de leyes denominado “Stop Soros” -nombrado así por George Soros, multimillonario de origen húngaro- Orbán busca obligar a todas estas organizaciones a registrarse en un proceso que dura al menos nueve meses. De aprobarse el proyecto las ONGs también estarían bajo contínua vigilancia estatal y sus donaciones serían gravadas hasta en un 25%. El proyecto de ley podría aprobarse en el parlamento en menos de un mes.

Soros, quien amasa una fortuna cercana a los 24 mil millones de dólares, es partidario del asistencialismo a través de cuantiosas donaciones manejadas por las fundaciones que le pertenecen. Orbán ve esto como una amenaza de Occidente a los ideales de su país, tanto así que en 2017 cerró la Universidad Centroeuropea de Budapest, financiada por Soros. 

Este no es el único ataque a la pluralidad que Orbán ha protagonizado en sus mandatos. En 2011, se aprobó una ley de medios en la que se creó una institución reguladora, con facultades de multar e incluso cerrar medios de comunicación. La interpretación de tales casos quedan en manos de dicha institución, llamada Autoridad Nacional de Medios de Comunicación, pues no hay términos claros en la ley. En 2016 suspendió el tiraje y sitios web de periódicos como el Nepszabadsag, uno de los más importantes del país. Según Reporteros Sin Fronteras, ese periódico fue luego comprado por una compañía con relaciones cercanas al partido de Orbán.

Es difícil predecir qué depara el futuro de Hungría, sin embargo, crecen las dudas en la Unión Europea puesto que este país lidera exitosamente las corrientes antiliberales que los miembros del organismo busca frenar. Se vieron roces con la ultraderecha en Italia, Austria y Francia, mientras que crecen los sentimientos nacionalistas en el pensamiento de los ciudadanos europeos. Estas conductas pueden desencadenar, en un futuro cercano, en la desestabilización del orden y la credibilidad de la UE.

Latin American Post | Iván Parada Hernández

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