Atentados sobre ruedas: la modalidad ‘barata’ del terrorismo
¿Por qué esta nueva forma de causar terror es cada vez más preferida?
El ataque terrorista del pasado 31 de octubre en Nueva York que cobró la vida de ocho personas, entre ellas cinco argentinos, evidencia la existencia de una nueva modalidad de atentados ‘low cost’ que pone en jaque a las autoridades antiterroristas y amenaza a la población civil de las principales ciudades del mundo de manera inesperada y letal.
Vehículos que arrollan deliberadamente personas en los andenes o vías peatonales es una escena que se ha vuelto cada vez más común en los últimos dos años. El primer ataque de este tipo se registró el 14 de julio de 2016, cuando 87 personas perdieron la vida y otras 434 quedaron heridas luego de que un camión arrollara de manera deliberada a una multitud que celebraba el Día Nacional de Francia en Niza.
Cinco meses después, el atropello masivo en un mercado navideño de Berlín acabó con la vida de 16 personas y dejó otras 56 heridas. Este mismo escenario se vivió el 17 de agosto de 2017 en Barcelona, España, cuando una furgoneta embistió a una multitud de personas en el paseo de La Rambla, uno de las zonas más turísticas de la ciudad. Dicho evento cobró la vida de 13 y dejó centenares de heridos.
El lamentable patrón evidencia que los terroristas han encontrado, en este tipo de ataques, una efectiva y económica manera de propiciar terror en el mundo. Es precisamente esta facilidad para perpetrar el atentado la que convierte esta modalidad en una de las más preocupantes y letales. De acuerdo a expertos antiterroristas, los ataques sobre ruedas son “uno de los mayores desafíos a largo plaza que enfrenta occidente”, porque para llevarlos a cabo solo se requiere de un auto y un conductor radicalizado, extremista y lleno de odio.
“Terror barato”
Los atentados sobre ruedas son difíciles de rastrear. Solo en el caso de Niza, las autoridades habrían podido minimizar los daños y las pérdidas humanas al haber previsto este tipo de amenaza durante la celebración del Día Nacional de Francia. Sin embargo, los demás incidentes se presentaron en un día normal, en los cuales las autoridades no advertían la intencionalidad de dichos atentados.
Según explicaciones de Seth Cantey, experto en terrorismo y profesor de la Universidad de Washington, los ataques sobre ruedas no se pueden evitar, puesto que “es una forma de terror barato que cualquier persona puede llevar a cabo”. Perpetrar estos atentados no requiere del desarrollo de intricadas estrategias o la elaboración de artefactos. Su planeación puede ejecutarse mediante redes sociales y la ejecución de la macabra maniobra es simple e inadvertida.
La informalidad y sencillez de estos atentados convierte a casi cualquier lugar en un lugar de riesgo. El 70% de la población mundial vive en zonas urbanas y por tanto está en riesgo de ser víctima de un ataque como estos en cualquier momento. Autoridades, expertos antiterroristas y seguridad nacional trabajan para dar una solución a estos ataques, pero encontrar una salida definitiva es complejo, requiere un trabajo conjunto y el apoyo de la comunidad.
Algunas de las propuestas sobre la mesa para frenar la perpetración de terror en EE.UU. y Europa son bastante polémicas. Disminuir el tránsito de inmigrantes, principalmente de personas provenientes de países musulmanes es considerado xenofobia; aumentar la vigilancia contradice el esfuerzo de las naciones hacia una sociedad en libertad; rastrear comunicaciones es equivalente a violar los derechos de privacidad y la individualidad. Todo esto sumado a la masiva propaganda que promueve la radicalización en el mundo, hace más complejos los esfuerzos para encontrar una derrota definitiva contra el terror. Así que por el momento la salida más efectiva parece ser luchar contra la intimidación.
Latin American Post | Krishna Jaramillo
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