ANÁLISIS

Chavismo: Cómo se mantiene en el poder un movimiento que se quedó sin pueblo

Durante casi 20 años el chavismo ha gobernado a Venezuela, incluso sin ser mayoría

Chavismo: Cómo se mantiene en el poder un movimiento que se quedó sin pueblo

Todas las encuestas lo reflejan: el chavismo es la minoría política en Venezuela y, sin embargo, se mantiene en el poder pese a sanciones internacionales, manifestaciones internas y una devastadora crisis económica que ha causado el éxodo masivo de más de tres millones de ciudadanos. ¿Cómo lo logra?

La concentración de poderes

Desde que Hugo Chávez asumió el poder en 1999, cambió la Constitución y logró la mayoría parlamentaria que le permitió reformar leyes y nombrar a sus partidarios en el resto de los poderes públicos: Consejo Nacional Electoral, Tribunal Supremo de Justicia, Fiscalía y Defensoría del Pueblo. 

De esta manera, se aseguró de mantener el poder a lo largo de su gobierno, heredado por Nicolás Maduro tras la muerte de Chávez en 2013, y poder seguir en el mando hasta cuando el voto popular ya no le favoreciera. 

Así, el Consejo Nacional Electoral dicta medidas que benefician al partido de gobierno, como adelantar las elecciones presidenciales, ilegalizar partidos de oposición dejando solo tres vigentes y cambiar centros electorales con mayoría de voto opositor a zonas consideradas inseguras por su alto índice de criminalidad.

No obstante, cuando la oposición ganó en 2016 la mayoría del parlamento por más de 7 millones de votos, entró en acción el Poder Judicial. El Tribunal Supremo de Justicia, cuyos magistrados también fueron electos por el anterior parlamento chavista, se dedicó entonces a emitir sentencias que inhabilitaban a la nueva Asamblea Nacional, de mayoría opositora.

Entre el 30 de diciembre de 2016 y el 2 de septiembre de 2017, el TSJ emitió 30 sentencias limitando las funciones y derogando leyes del parlamento. Posteriormente, Maduro convocó una Asamblea Constituyente formada por los chavistas de carrera que además tiene poderes absolutos, por encima de cualquier otro órgano gubernamental electo o no por voluntad popular.     

El descrédito de la oposición

La oposición converge en la Mesa de la Unidad Democrática partidos que van desde la derecha radical hasta la izquierda, que han tenido que formar un frente único que actualmente se ha fragmentado. 

Entre malas decisiones políticas y constantes llamados a diálogo que no han mejorado la crisis en el país, los políticos opositores son impopulares. El mismo gobierno alienta la idea de que estos colaboran con el chavismo o hacen tratados fuera de la vista pública.

Como resultado, las encuestas demuestran que la mayoría de los venezolanos votaría por un presidente no político, como Lorenzo Mendoza, uno de los mayores empresarios del país.

El uso de la fuerza

Y cuando al chavismo no le alcanzan las leyes a su medida o la ineptitud de sus adversarios políticos, todavía puede hacer uso de su brazo armado.

Entre abril y agosto de 2017 protestas diarias paralizaron el país, luego de que el Tribunal Supremo despojara de sus funciones a la Asamblea Nacional. El gobierno movilizó a la Fuerzas Armadas para reprimir estas manifestaciones usando gases lacrimógenos, perdigones y otros métodos violatorios de los derechos humanos.

Como resultado, hasta el 13 de agosto se contabilizaron 121 muertos y más 2.000 heridos en el contexto de manifestaciones, saqueos y represión, de acuerdo al Ministerio Público venezolano.

La acción de los uniformados no se limitó a la reprimir marchas. Decenas de allanamientos y arrestos sin orden judicial se practicaron durante los cuatro meses de conflicto. De acuerdo al Foro Penal venezolano, 5.326 personas fueron detenidas.

Como complemento a los militares, el chavismo utilizó a los llamados “colectivos”, grupos armados que operan con la venia del gobierno y que durante las protestas amedrentaron manifestaciones y a políticos opositores y a sus familias.

Como resultado, los venezolanos se encuentran esperando unas elecciones presidenciales para las que el primer candidato confirmado fue Nicolás Maduro, mientras la oposición participó en un diálogo en el que no se firmaba ningún acuerdo, hasta que el opositor Henri Falcón decidio presentar su candidatura. Además de Falcón y Maduro, han presentado formalmente sus nombres: Francisco Visconti, general retirado que participó en el alzamiento militar chavista de 1992; el pastor evangélico Javier Bertucci; Reinaldo Quijada del partido Unidad Política Popular; y el empresario Luis Alejandro Ratti. 

 

Latin American Post | Gabriela Caldera 

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