Bienestar

Comunidad LGTBI: La transexualidad ya no es una enfermedad mental

Según la Fundación Americana para la Prevención del Suicidio, 44% de la población trans latina en EE.UU. ha intentado suicidarse por no estar conforme con su género

Comunidad LGTBI: La transexualidad ya no es una enfermedad mental

La Organización Mundial de la Salud (OMS) excluyó la transexualidad de la lista de enfermedades mentales tras actualizar la Clasificación Internacional de Enfermedades que durante casi 30 años permaneció intacta.   

El término ‘transexual’ hace referencia a una persona que no se identifica con el género de nacimiento y empezó a escucharse a mediados del siglo XIX, cuando algunos especialistas de la época comenzaron a interesarse por los trastornos de identidad y a tratarlos como una deficiencia mental.

En 1953, el endocrinólogo alemán, Harry Benjamin, clasificó la conducta dentro de un cuadro clínico y propuso un tratamiento con hormonas del sexo con el que se identificaba sus pacientes para aliviar los problemas causados por el desorden de identidad de género. Desde entonces, la población transexual en el mundo no solo ha tenido que enfrentar rechazo cultural, desigualdad social y agresiones físicas, sino también desafíos sanitarios que afectan su bienestar mental y físico. 

Durante casi una década, la comunidad LGBTI había reclamado a los organismos internacionales dejar de considerar la transexualidad como una enfermedad mental. Esto empezó a ser analizado por la OMS desde 2007 y tras casi 11 años de trabajos en el tema, la organización decidió retirarlo de su lista. No obstante, seguirá siendo considerado un desorden de comportamiento sexual, con el objetivo de permitir las ayudas médicas en diferentes países. 

Según lo explicó durante rueda de prensa el director del departamento de Salud Mental y Abuso de Substancias de la OMS, Shekhar Saxena, “no hay evidencias de que una persona con un desorden de identidad de género deba tener automáticamente al mismo tiempo un desorden mental, aunque suceda muy a menudo que vaya acompañado de ansiedad o depresión".

Para Saxena, esta asociación incorrecta que durante años se había manejado, puede ser la responsable de la estigmatización social, la ignorancia o temor de la población al respecto y la falta de ayuda sanitaria orientada para esta población. 

 

 

Una esperanza de vida que no supera los 35 años 

Aunque algunos países de América Latina ya reconocen plenamente el derecho a la identidad de las personas transexuales, las cifras de violencia, discriminación y rechazo a esta comunidad son alarmantes. 

De acuerdo con datos recogidos por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el 80% de las mujeres trans en Latinoamérica mueren a los 35 años o antes por causas de homicidio, crímenes de odio o suicidio. Esta población es desde edad temprana rechazada por la comunidad, razón por la cual se ven obligadas a abandonar sus estudios. El sistema de salud las bloquea, no pueden acceder a trabajos dignos y terminan en condiciones de pobreza vendiendo su cuerpo en las calles.

Según una investigación realizada por Trasgender Europacitada en el medio CNN, América Latina tiene las tasas más altas de violencia contra la comunidad LGBTI en el mundo, pero a la vez ostenta leyes progresistas que promueven la igualdad y protección de los derechos de tal comunidad.

Uruguay, Argentina, Colombia, México, Bolivia y Ecuador son las naciones de la región con leyes que reconocen el derecho a la identidad y permiten el cambio de género y nombre en la partida de nacimiento sin necesidad de someterse a tratamientos hormonales o cirugías. A estos países se sumó Chile este 20 de junio tras aprobar la misma medida incluso en menores de 14 años de edad, quienes podrán acudir a un tribunal de familia con sus padres para realizar el cambio de sexo. 

Si bien Bolivia y Ecuador cuentan con regulaciones que pretenden asegurar la igualdad de esta comunidad, una encuesta realizada en 2016 por la Organización Internacional LGBTI, demuestra que Bolivia es después de Nicaragua el segundo país latinoamericano que más rechaza esta comunidad. Por su parte, el 14% de la población ecuatoriana encuestada, considera que la homosexualidad debería ser un crimen.   

Datos de The William Instituto y la Fundación Americana para la Prevención del Suicidio, indican que el 44% de la población trans latina en EE.UU. ha intentado suicidarse por no estar conforme con su género. El 45% de estos intentos se produce en una población en edades de los 18 a los 24 años. 

 

Latin American Post | Krishna Jaramillo
Copy edited by Marcela Peñaloza

 

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