Odio: El alto precio de ser migrante en Estados Unidos
La política de tolerancia cero de Donald Trump sobrepasó todos los límites del trato que el presidente ha dado a los migrantes, demostrando con esto el odio que siente hacia ellos
Ni su intención de construir un muro que divida a Estados Unidos de México, ni las deportaciones masivas de ciudadanos latinos, ni las amenazas contra quienes llegan a ese país a buscar refugio y “mejores oportunidades” han sido suficientes para que Trump destile su desprecio. La política de tolerancia cero demuestra que para él no hay barreras que le impidan eliminar todo rastro latino en su territorio. Ni siquiera si ello implica que, como lo ha visto el mundo, los niños sean quienes sufran las consecuencias de su odio.
Las dramáticas imágenes de niños llorando desconsolados, encerrados en jaulas como prisioneros, con la mirada perdida en el horizonte debido a la desesperanza, le han dado la vuelta al mundo y han despertado la indignación de millones de personas que repudian las acciones de Trump y su gobierno. Esa indignación ha generado cierta presión sobre el presidente estadounidense, quien buscando apaciguar los ánimos y las críticas expidió el pasado 20 de junio una orden ejecutiva para detener las separaciones.
Sin embargo, el impacto de esa medida es nulo, porque el daño causado a las familias separadas, especialmente a los niños, ya está hecho. Además, en el fondo la situación no va a cambiar, debido a que la arremetida contra los migrantes continuará.
El repudio contra Trump
Como pocas veces sucede con las determinaciones del gobierno estadounidense, el mundo ha expresado el repudio colectivo a las indignantes e inhumanas acciones de Donald Trump. Desde Unicef hasta el mismo Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, e incluso varios líderes estadounidenses como el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, han manifestado el rechazo a la política de tolerancia cero. Además, han exigido el cese de las acciones emprendidas por Trump.
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“La detención y la separación familiar son experiencias traumáticas que pueden exponer a los niños más vulnerables a la explotación y el abuso, y a generarles un estrés tóxico que, como han demostrado múltiples estudios, puede afectar su desarrollo a largo plazo”, dijo Henrietta Fore, directora ejecutiva de Unicef.
“Los refugiados y los migrantes deberían ser tratados con respeto y dignidad. No se puede traumatizar a los niños separándolos de sus padres”, agregó António Guterres.
“La orden ejecutiva de Trump no es una solución en absoluto, todavía deja abierta la detención a largo plazo de niños inmigrantes, lo que claramente violaría la ley”, sostuvo a su vez el gobernador Cuomo.
A ello se suma la demanda instaurada contra Donald Trump por 10 de los 50 estados que conforman la Unión americana. Según informó el fiscal general de Washington, Bob Ferguson, esta busca cuestionar la constitucionalidad de separar a los niños de sus padres como una “cuestión de rutina” cuando los inmigrantes sean atrapados cruzando a los Estados Unidos ilegalmente, pues constituye una violación del debido proceso.
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¿Qué pasará entonces con Trump y su tolerancia cero a los latinos?
Más allá del rechazo manifestado nacional e internacionalmente, es difícil que esto trascienda a una acción concreta y contundente contra Donald Trump y el gobierno estadounidense. Históricamente y en otras circunstancias, Estados Unidos, junto a otras potencias mundiales, ha impuesto sanciones y arremetido contra otros países como Venezuela, Cuba, Irán, Siria, entre otros. No obstante, cuando se trata de violaciones y abusos cometidos por Estados Unidos, la comunidad internacional se ha quedado corta en hacer lo propio contra ese país. Esto aún con las evidencias conocidas y la gravedad de los hechos, tal como sucede ahora con la separación de niños y padres.
Sin embargo, se debe resaltar que instancias tan altas como la Organización de las Naciones Unidas y varios líderes estadounidenses hayan tenido la vehemencia para rechazar la política de tolerancia cero. Aunque seguramente esto no repercutirá en sanciones explícitas y contundentes contra Trump y su gobierno, sí puede generar un nuevo precedente de acción colectiva ciudadana, como sucedió con el uso de armas por parte de civiles y la misma elección de Trump como presidente de Estados Unidos. Una acción colectiva que no solo cese de una vez y definitivamente los abusos de Trump, sino que permita ejercer efectivo control ciudadano a esta y otras acciones misóginas y perjudiciales de su gobierno.
Latin American Post | Samuel Augusto Gallego Suárez
Organización de las Naciones Unida y varios líderes estadounidenses hayan tenido la vehemencia para rechazar la política de tolerancia cero. Aunque seguramente esto no repercutirá en sanciones explicitas y contundentes contra Trump y su gobierno, sí puede generar un nuevo precedente de acción colectiva ciudadana, como sucedió con el uso de armas por parte de civiles y la misma elección de Trump como presidente de Estados Unidos. Una acción colectiva que no solo cese de una vez y definitivamente los abusos de Trump, sino que permita ejercer efectivo control ciudadano a esta y otras acciones misóginas y perjudiciales de su gobierno.