A pesar de los avances y las conquistas logradas, Latinoamérica todavía está lejos de garantizar con plenitud los derechos de la comunidad LGBTI

El 30 de junio y el 1 de julio de 2018 se tienen previstas actividades para celebrar en el mundo el Día Internacional del Orgullo LGBTI que se conmemora el 28 de junio. Como cada año, en esta fecha se enfatiza nuevamente en la lucha que esta comunidad, en diferentes países, lidera para poder vivir sin miedo, sin prejuicios y estigmatización generados por quienes con actos de violencia y persecución, se resisten a aceptar que estas personas también son sujetos con derechos.

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En algunos países de Latinoamérica y el Caribe como Colombia, Argentina, Uruguay, Costa Rica, entre otros, se ha avanzado en el reconocimiento de la comunidad LGBTI frente a temas como el matrimonio y la adopción igualitaria, así como la concesión de derechos civiles. Esto en un marco legal de protección para esta población, como la Ley de identidad de género aprobada en Argentina en 2012 y el enfoque diferencial consignado en el Acuerdo de paz entre el Gobierno colombiano y la ex guerrilla de las FARC.

Sin embargo, la violencia y la discriminación siguen ganando terreno, dejando consecuencias lamentables que se reflejan en las cifras de personas que son asesinadas únicamente por pertenecer a la comunidad LGBTI.

Un reportaje titulado “A nadie le importó”, realizado por el Grupo de Diarios de América (GDA) y publicado en el diario El Tiempo de Colombia, revela el sombrío panorama de la comunidad LGBTI en Latinoamérica. Por ejemplo, el conflicto armado en Colombia es uno de los hechos que más ha victimizado a la comunidad LGBTI, mientras que Brasil es uno de los países del continente que más altas cifras tiene de personas pertenecientes a esta población que han sufrido actos de violencia.

Estos son algunos de los datos revelados por “A nadie le importó”:

• En la última década, los crímenes contra miembros de la comunidad LGBTI aumentaron en 10 países de Latinoamérica. En Brasil hubo 958 crímenes en tres años, y en Colombia 142 personas fueron asesinadas en medio del conflicto armado.
• Hay muchos suicidios que resultan del matoneo y la estigmatización. A juicio de las autoridades, tanto en Colombia como en Argentina, los crímenes contra las personas LGBTI son una realidad que camina invisible en la sociedad.
• En Brasil, 39 personas con identidad sexual diversa se suicidaron en tres años, 286 fueron asesinadas con arma de fuego y 275 con arma blanca. 97 fueron asfixiadas, 28 apedreadas, 10 carbonizadas y 3 envenenadas.
• En Rosario, Argentina, asesinaron a Mónica Ortiz con 7 puñaladas. La mujer trans, de 53 años, fue hallada muerta dentro de su casa en junio de 2016.
• La Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos de El Salvador asegura que los niveles de crueldad ejercidos por los agresores son desproporcionados.

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Por los derechos de la comunidad LGBTI

Son muchas las organizaciones que a lo largo del continente trabajan por las garantías y el reconocimiento de los derechos de la comunidad LGBTI. Su trabajo se realiza en medio de las condiciones adversas propiciadas por los Estados y gobiernos de la región, para evitar que la violencia, la discriminación y la estigmatización sigan al acecho.

El periodista costarricense, Diego Pérez Damasco, documentó el trabajo realizado por dichas organizaciones en torno a la defensa de los derechos de la población LGBTI en Latinoamérica. La documentación está consignada en el libro “Imparables: Radiografía de organizaciones, medios y estado de los derechos de las comunidades LGBTI en América Latina”. Este presenta un monitoreo del estado de los derechos de esta comunidad en 20 países, así como historias sobre medios de comunicación dedicados a la cobertura y visibilización de los temas de diversidad sexual.

“Los movimientos LGBTI en la región hemos ido conquistando derechos y ocupando espacios que apenas en los primeros años 2000 no eran nuestros. Parece que estamos por todos lados, que somos cada vez más fuertes. Eso ha llamado la atención de grupos anti derechos, que rápidamente se han organizado para intentar frenar el avance de la igualdad. Aunque su discurso, astutamente, no incluye un lenguaje explícitamente religioso, son grupos principalmente católicos y evangélicos. Aunque se presentan como “a favor de la familia”, son grupos que se oponen abiertamente al respeto y protección de familias que no sean la caricatura de papá, mamá, hijos y perros”, manifestó el activista y consultor mexicano en temas LGBTI, Enrique Torre Molina.

Más allá de las adversidades y las amenazas que aún enfrenta, la comunidad LGBTI sigue luchando incesantemente por lograr más conquistas, que en el momento actual que vive el mundo son absolutamente necesarias para garantizar la convivencia y la construcción de paz, especialmente en Latinoamérica. 

Latin American Post | Samuel Augusto Gallego Suárez

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