ANÁLISIS

Ya es hora de que América Latina esté de moda

¿Por qué usamos más gafas de sol en junio si acá no hay verano? Conozca acá lo que pensamos sobre esto

Ya es hora de que América Latina esté de moda

Las casas de diseño de moda dividen el año en dos grandes colecciones: primavera/verano y otoño/invierno. Estas colecciones salen seis meses antes de las estaciones para las que están diseñadas. En ese sentido, en este momento, en el que en Estados Unidos está empezando el otoño, en la New York Fashion Week los diseñadores muestran su colección de primavera/verano 2019.

Así, las firmas están adelantadas a las tendencias, pues son ellas mismas las que marcan el rumbo de la moda. Esto funciona también en las tendencias: las gafas de sol y las líneas de eyewear se piensan para mitad de año, que es cuando Europa y Estados Unidos están en verano. Los abrigos y telas gruesas se manufacturan para fin de año, en invierno. 

Es apenas normal que esto suceda, pues las grandes casas de diseño están instaladas en las tres capitales de la moda: Nueva York, París y Milán. Estas tres ciudades quedan en Estados Unidos y en Europa, que comparten estaciones. Esto, además, demuestra la practicidad y la versatilidad de la moda, pareciera que se adapta a la naturaleza y al clima, más no al revés. ¿Qué pasa entonces con los otros continentes?

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El caso latinoamericano

En América Latina, los países del cono sur tienen las estaciones invertidas. Hay verano en diciembre e invierno en julio. El resto de países no tiene estaciones, dado que se ubican en el trópico. Sin embargo, las tendencias de la moda y las colecciones de las casas de diseño funcionan como funcionan en los países del norte. ¿No es esto una contradicción?

Si la mayor exposición se consigue en Estados Unidos y Europa, tiene sentido que los países latinoamericanos se adapten a los climas cambiantes de las capitales de la moda. Es una buena decisión de mercado si una marca quiere alcanzar un público internacional.

Sin embargo, este escenario ha venido cambiando. La industria textil en América Latina es cada vez más fuerte. En febrero de este año, se reunieron en Medellín los mayores productores textiles en la feria Colombiatex de las Américas, eran alrededor de 550 expositores. No es tampoco un secreto que América Latina tiene una tradición y una cultura textil impresionante.

Desde el tejido oaxaqueño, hasta la ruana boyacense, todas las muestras culturales que América Latina tiene desde la tela demuestran que hay potencial. Tal es el caso también de países africanos como Marruecos o Egipto, con una cultural textil de la que podría beneficiarse el mundo de la moda pero que permanece hasta ahora en el mercado local.

Como si esto fuera poco, hay también cada vez más marcas de moda latinoamericanas que le apuntan a un mercado internacional y que llegan a pasarelas de otros continentes. Y si bien algunos diseñadores independientes locales piensan sus diseños y sus prendas para el público latinoamericano, las grandes casas siguen dividiéndose en las temporadas primavera/verano y otoño/invierno.

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Esto es, en parte, muestra del arribismo de algunas marcas latinoamericanas que pretenden ser marcas europeas. Es también, por otro lado, muestra de la presión que generan las capitales de la moda sobre el resto del mundo. Pero, si ya somos productores de textiles y de diseños, ¿por qué no se ha adaptado el resto del mundo a América Latina? en LatinAmerican Post consideramos que es hora de que las marcas y las casas de diseño latinoamericanas se empoderen y piensen en el mercado latinoamericano.

Esta imposición de las estaciones en la moda latinoamericana no se da solo desde las marcas, sino también desde la forma en la que consumimos ropa. Las publicaciones de moda, las revistas y las vitrinas de los almacenes giran también alrededor de un clima que no es el nuestro. Así, se forma un círculo vicioso en el que como consumimos vestidos de baño en junio, eso es lo que las marcas nos ofrecen, y como eso es lo que las marcas ofrecen, pues es lo que terminamos comprando.

Desde LatinAmerican Post hacemos una invitación a ser indiferentes a estos ciclos de la moda y a consumir según nuestras necesidades. La moda debe ser práctica, debe adaptarse a nuestros cuerpos y a nuestro clima, a nuestra naturaleza, no al revés.  El diseño textil latinoamericano puede renovarse cada seis meses, pues esto es lo que lo hace interesante e inagotable, pero que sea según nuestros intereses. Ya es hora de que América Latina esté de moda.

 

LatinAmerican Post | Juliana Rodríguez Pabón

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