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Imran Khan: el deportista que conquistó la presidencia de Pakistán

La ex estrella del críquet se convierte en Presidente de su país en unos comicios bajo la sombra del fraude

Imran Khan: el deportista que conquistó la presidencia de Pakistán

Corría el año 1992 y en la ciudad australiana de Melbourne se jugaba la final de la Copa Mundial de Críquet, entre Inglaterra –país donde nació este deporte- y Pakistán, país de la Commonwealth (Mancomunidad de Naciones). La nación asiática conquistó, contra todo pronóstico, su primer y único título mundial.

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Este triunfo es considerado todavía hoy como el mayor éxito del deporte pakistaní y todos recuerdan quien fue el principal protagonista: Imran Khan. En aquel Mundial, Khan tenía ya 39 años y tras esa cita tenía decidida su retirada después de 16 años en el combinado nacional. Un broche de oro para el ídolo de más de 200 millones de compatriotas.

Una vez finalizada su carrera deportiva, Khan se dedicó a la filantropía aprovechando su gran reconocimiento internacional. Se convirtió en Representante Especial de UNICEF para los deportes, abrió el primer y único hospital contra el cáncer en Pakistán, así como colegios y una fundación con su nombre.

Por aquella época, Imran Khan también destacaba por su fama de playboy, ya que era habitual verlo en fiestas en los lugares más exclusivos del mundo, desde la Costa Azul a Beverly Hills. Nacido en Lahore (capital cultural del país) en el seno de una familia pastún de clase alta, estudió en los mejores colegios de Pakistán y Reino Unido, por lo que siempre lo tuvo todo para llevar una vida tranquila.

Sin embargo, la ex estrella siempre mantuvo intacta su vena política y en 1996 fundó su propio partido, el Movimiento para la Justicia de Pakistán (PTI), de corte centrista, y empezó a trabajar en su carrera hacia la presidencia del país.

Una de las principales motivaciones de Khan para llevar las riendas de Pakistán es acabar con la recurrente corrupción que ha afectado a esta nación durante décadas. Precisamente de eso de lo que le acusa la Liga Musulmana, la formación que hasta ahora gobernaba y gran perdedora de los comicios.

Son muchas las voces que acusan a Khan de que los resultados obtenidos han sido amañados con la ayuda del Ejército, posiblemente la institución más poderosa del país, y que el exjugador de críquet ha sabido ponerse de su lado.

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Khan prometió abrir una investigación para demostrar que ganó limpiamente en las urnas, mientras dicho proceso se lleva a cabo el nuevo Primer Ministro se ha centrado en recordar sus propuestas de campaña, que son tan bienintencionadas como populistas.

En su discurso, tras la victoria, insistió en la necesidad de crear un “nuevo Pakistán” que “ayude a prosperar a los más débiles”. Khan ha trabajado principalmente en atraer a los más jóvenes prometiendo 10 millones de empleos, 5 millones de viviendas a precios ventajosos y mano dura con los corruptos.

Sin embargo, el nuevo Presidente tampoco se quiso alejar de los sectores religiosos más conservadores, asegurando que defenderá las estrictas leyes sobre la blasfemia que rigen en el país, y que todavía contemplan la pena de muerte para aquellos que osen profanar el nombre de Mahoma.

Khan parece así apartarse de la ostentosa vida que había llevado en los últimos 25 años para centrarse en cumplir una serie de promesas que, de momento, no son más que eso.

LatinAmerican Post | José María González
Copy edited by Marcela Peñaloza

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