Cambio radical: Brasil toma un giro hacia la ultraderecha
Tras la victoria de la ultraderecha en las elecciones presidenciales, múltiples factores ayudan a explicar cómo Brasil ha dado un giro político de 180 grados
El polémico Jair Bolsonaro fue elegido presidente de Brasil en uno de los comicios más complejos desde el fin de la dictadura. La democracia más grande de América Latina ha dado un giro de 180 grados que representa un dominio político de la derecha en la región. No obstante, este panorama no se explica fácilmente.
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Según el diario El País de España, Bolsonaro ganó la elección con un 55% de los votos, con casi 11 puntos de ventaja de su rival en la segunda vuelta, Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores, quién acumuló un 44% del apoyo de los votantes. Haddad no parecía ser la figura más indicada para desafiar la creciente popularidad del candidato ultraderechista. Meses antes de la elección del 28 de octubre, las condiciones eran totalmente diferentes. Según la agencia de noticias France 24, Luiz Inácio Lula da Silva, ex presidente que se arrojaba nuevamente a la política, lideraba ampliamente las encuestas sobre Bolsonaro. Todos los pronósticos apuntaban a que en caso de una segunda vuelta presidencial entre Lula y el eventual presidente electo, el líder de izquierda se impondría sin problemas.
Pero el clima político en Brasil no permitió tal escenario. Lula está implicado desde 2016 en el escándalo de Lava Jato, que se trata de una investigación judicial que encontró dineros de la petrolera estatal brasileña Petrobras utilizados como sobornos a políticos de ese país. Según el diario El Tiempo, Lula habría recibido 8 millones de dólares en pagos de conferencias y regalos.
En agosto de este año, el candidato se entregó para cumplir la condena de 12 años por corrupción y lavado de dinero, suceso que calificó de “persecución política”. De esta forma, el camino estaba libre para Jair Bolsonaro, un militar retirado cercano a ideas machistas y homófobas, ferviente defensor de la dictadura y del porte de armas civil.
Habría que echarle la culpa a la izquierda brasileña por los caso de corrupción en los que se vio envuelta del ascenso de un político ultraconservador? Esta puede ser una de las razones, pero no la principal. Al comparar la forma en la que Brasil votó por presidente el pasado 28 de octubre, se encuentra que los sectores más acaudalados escogieron a Bolsonaro (95% de los distritos ricos votaron por él), mientras que los más pobres apoyaron a Haddad (90% de los distritos más empobrecidos lo escogieron), esto según el diario El País.
¿Entonces qué explica la subida de Bolsonaro al poder? Los gobiernos de Lula da Silva, de 2003 a 2010, impulsaron la economía brasileña como nunca antes. Según el diario El Espectador, el crecimiento brasileño se tasaba en 4,1% de crecimiento anual y la reducción del desempleo al 5,7%, el más bajo en la historia. También, 29 millones de personas lograron salir del umbral de la pobreza.
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Todos estos logros se vieron opacados por una fuerte recesión que se presentó durante el gobierno de la destituida Dilma Rousseff. Si bien no se vieron índices de inflación significativos, típicos de situaciones como estas, según el diario Folha de Sao Paulo, lo cierto es que la economía desaceleró a un crecimiento del 3,8% anual y el desempleo alcanzó el 11% de la población. Los sectores productivos sintieron estos golpes y probablemente impulsaron el descontento político con el que se identificaron en las últimas elecciones.
También hay que considerar cómo otras democracias estables han elegido líderes similares a Bolsonaro. En Estados Unidos, con Donald Trump, es el más claro ejemplo de esto. Aunque Latinoamérica es dominada por una política de derecha, con las victorias de Iván Duque en Colombia o Sebastián Piñera en Chile, no se pueden comparar con las condiciones políticas en Brasil.
Lo que queda por delante no se puede predecir, y sólo hay una vaga idea de lo que pueda pasar en los rubros que más preocupan a la oposición brasileña. El medioambiente, la seguridad y la economía serán los medidores más importantes a la hora de analizar cómo Bolsonaro planea dirigir al país. En cuanto a lo social, será más difícil de predecir, y sólo la presión de los brasileños podrá cuidar lo que ya se ha adelantado hasta ahora en esa materia.
LatinAmerican Post | Iván Parada Hernández
Copy edited by Laura Viviana Guevara Muñoz
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