Todo lo que debes saber de la cabecita de tu bebé
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Al nacer, el cráneo de tu bebé está formado por seis huesos que se unen entre sí gracias a tejidos elásticos, fibrosos y fuertes que van soldando los huesos poco a poco
Es lógico que al nacer los huesos de tu bebé no estén soldados, pues su cabeza, y con ella su cerebro, tienen que crecer. Por el contrario, su cabecita tiene unos puntos blandos, conocidos como fontanelas, que cumplen con un papel fundamental.
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De acuerdo con el Diario bebés y más, además de permitir que la cabeza vaya creciendo sin problemas, gracias a las fontanelas la cabeza puede comprimirse a la hora del nacimiento, pasando por el canal del parto sin dañar el cerebro.
La fontanela que los padres notan más es la que se encuentra en la parte superior y frontal del cráneo, conocida popularmente como "la mollera". Esta se cierra entre los 7 y los 19 meses de edad y es la que más cuidados requiere.
A menudo los padres se preocupan mucho si el bebé se da un golpe en esa área de la cabeza, pero lo que no saben es que la membrana que cubre la mollera es extremadamente dura y difícil de penetrar.
Lo que si es cierto, según el diario padres e hijos, es que la mollera refleja de forma indirecta la presión intracraneana y el estado de hidratación del bebé. Por ejemplo, si un bebé tiene vómito o diarrea puede perder líquidos y deshidratarse y es por eso que la mollera se puede caer o hundirse.
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Existen, además, mitos alrededor de la misma: el más común es que al “soplar” la mollera del bebé, éste no se privará durante el llanto, lo que es falso y no ayuda en absoluto.
Otro mito consiste en masajear la mollera para que no se abombe o se cierre, lo cual no sirve ni es recomendable porque puede provocar que la fontanela se cierre antes de tiempo
De acuerdo con Baby Center, los bebés tienen más espacios como éste en la parte de atrás del cráneo y a los lados de la cabecita. La de la parte posterior se cierra generalmente entre el primer y el tercer mes después del nacimiento, mientras que los espacios de los lados, ubicados a la altura de la sien, se cierran alrededor de los 6 meses después del parto.
La única manera de saber si las fontanelas se están cerrando adecuada y correctamente es midiendo el volumen encefálico o por medio de radiografías y tomografías del cráneo. Un tamaño anormalmente grande o chico de la fontanela pueden ser el reflejo de una enfermedad, al igual que un cierre muy temprano o muy tardío, por lo que ante cualquier caso o duda se debe consultar de inmediato al médico pediatra.
LatinAmerican Post | Luisa Báez
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