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Francia: las protestas invaden al país

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Tras tres semanas de intensas protestas, Macron poco a poco cede. Sin embargo, ¿será suficiente?

Francia: las protestas invaden al país

Desde mediados de noviembre, las calles de Francia se han llenado de manifestantes, muchos apoyando al grupo denominado “chalecos amarillos”. ¿La razón? La decisión del presidente de aumentar el precio del combustible.  Según Emmanuel Macron el alza de los precios se justificaba en razones ambientales “pues debía cumplir con los pactos a nivel europeo”, como lo afirma Sipse.

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Sin embargo, las explicaciones no rindieron fruto y cada vez más franceses se unieron a la marcha. De las tres grandes manifestaciones que ocurrieron, la primera dejó 117 personas detenidas; la segunda 130 y la tercera 400. Además en esta última 12 periodistas del medio RT quedaron heridas, como lo afirma el mismo medio.

Ante las constantes agresiones por parte de los manifestantes, el miércoles 5 de diciembre, Macron decidió anular la tasa de combustibles para el 2019. Además de eso pidió a los manifestantes, sindicatos y policías un poco de calma. Sin embargo, esta calma parece que no llegará pronto. A la manifestación, incitada por los “chalecos amarillos” se le ha unido el sector estudiantil, el sector camionero, y la asociación agraria más grande del país.

Los “Chalecos Amarillos”

No cabe duda que ellos fueron los que iniciaron la ola de protestas. Y por curioso que parezca, la unión de estas personas surgió mediante una petición en la página web Change.org. Ahí, mediante firmas, pedían que no se subiera el precio del combustible. Desde ese momento, se crearon grupos de Facebook en donde las distintas marchas fueron convocadas, como lo indica El Confidencial.

Sin embargo, y a pesar de las masiva respuesta y participación, los “chalecos amarillos” no tienen una ideología clara y parece que muchos estuvieran dispersos dentro del movimiento. Son muchos individuos dentro de un movimiento, cuyo central objetivo era protestar por el nuevo precio de los combustibles.

A pesar de esto, no cabe duda que, los chalecos amarillos, fueron una parte importante dentro de las manifestaciones y que mediante estas, diferentes sectores también tuvieron el coraje para expresar su descontento con un gobierno, que pareciera no tener un rumbo fijo.

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Las nuevas manifestaciones

Además, de los “chalecos amarillos”, los estudiantes también marcharon protestando por la aplicación de un nuevo sistema de acceso a la universidad y las reformas al bachillerato. Además, cerraron colegios, marcharon al compás de un estribillo: “Macron dimisión” y exigieron la renuncia del Ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer.

También, los diferentes sindicatos camioneros protestan por la reducción de tasas a las horas extra “convocaron marchas el domingo por la noche y pidieron reunirse con la ministra de Transportes, Elisabeth Borne”, como lo afirma Excelcior. Asimismo,  los sectores agrarios más importantes del país, se unieron a las manifestaciones.

¿Y Macrón?

Desde que el presidente Emmanuel Macron, llegó del G20 no ha salido de su residencia y se ha negado a hablar públicamente sobre las protestas, como lo menciona EFE. Desde que asumió la presidencia en mayo de 2017 la popularidad de Macron ha ido en picada.

Esto se ve reflejado en la encuesta realizada por el diario francés Le Figaro, donde el 83% de los franceses aprueban lo realizado por los “chalecos amarillos” y un 76% piden que el presidente les dé explicaciones convincentes. Por otro lado, en el mes de noviembre y de acuerdo a una encuesta realizada por la firma IFOP, solo el 25% aprueba la gestión.

Sumado a esto, se encuentra el hecho de que para algunos, Macron es el “presidente de los ricos”, pues sus propuestas benefician más al sector empresarial que a la población francesa.

¿Qué pasará ahora?

A pesar de tratar de calmar las aguas con el anuncio de que no iba a haber alzas en el combustible, lo cierto es que esta es una de las peores crisis que ha tenido el país. Tanto así que ha sido comparada con la sucedida en mayo del 68.

Además de esto, muestra a un Macron poco preparado para manejar al país. Muchos, inclusive lo han comparado con Napoleón Bonaparte, quién se hacía llamar emperador de los franceses, “El método bonapartista que tuvo éxito al principio para lanzar sus reformas ya no es adecuado", afirmó Philippe Moreau-Chevrolet, a AFP.

No cabe duda, que la presencia de Macron frente a un Francia caótica es necesaria. Tendrá que dejar de lado los intereses que planteó en su campaña para escuchar al pueblo, y así evitar una guerra civil.

 

LatinAmerican Post | Laura Viviana Guevara Muñoz

Copy edited by Vanesa López Romero 

 

 

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