Abstención: otro problema para Venezuela
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Las elecciones pasadas no dejan un panorama muy alentador, pues la tasa de abstención fue una de las más altas. ¿A qué se debe?
A una semana de haberse realizado las elecciones concejales en Venezuela, el panorama no parece haber cambiado. Según el reporte oficial del Consejo Nacional, el Partido Socialista de Venezuela obtuvo 142 plazas disponibles en cargos lista adjudicables y 449 plazas en cargos nominales disponibles. ¿El resultado? Más del 90% de las cámaras legislativas están a cargo del partido de Nicolás Maduro.
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Pero, ¿por qué sucede esto en un país que está atravesando una de las peores crisis de su historia? Bien, uno de los principales factores radica en que las elecciones se presentó un 27% de participación, lo que representa un 72% de abstención las votaciones pasadas.
Esa cifra tan alta, representa el miedo y la desesperanza que sienten los venezolanos por el gobierno que constantemente siente un delirio de persecución, afirmando que siempre buscan la manera para derrocarlo. No cabe duda, que la baja participación viene del descontento y desconfianza del pueblo venezolano.
La manipulación del gobierno ante los resultados de las elecciones; la censura y la inhabilitación para que los partidos opositores puedan subir y hacer parte del rama judicial y legislativa; sumado a la crisis que cada día empeora y que según el FMI en 2019 llegará con una inflación de 10.000.000, representan algunos motivos importantes.
Sin embargo, pareciese que la fórmula chavista de presionar a sus seguidores no funcionara. Ese 72% no solo representa a la oposición venezolana sino a los chavistas, que parecieran despertar y que poco a poco comienzan a notar que la escasez de los alimentos, de los insumos básicos, de las medicinas o de realizar largas filas para conseguirlos no es una situación normal de un país que anteriormente vivía en la gloria.
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Por otro lado, no es fácil tampoco para la oposición. Este año, me atrevo a decir, fue uno de sus años más críticos. Llevan más de 10 años tratando de bajar del poder al chavismo y no le han dado un golpe contundente. Menos aún les ha servido, la Mesa de la Unidad Democrática, una coalición de los partidos políticos que representan la oposición, pero que no parece ir por buen camino.
No es un año fácil para lo venezolanos, quienes tienen que elegir entre un partido autoritario que les da más desgracias que gracias, o una oposición débil, flagelada que parece no tener ni rumbo ni fuerza clara. Ahora, pareciera que los organismos internacionales como la OEA y la Unión Europea o países como Estados Unidos, fueran verdaderamente la oposición. Son ellos quienes rechazan las elecciones, critican al gobierno, denuncian la violación de derechos humanos.
Que Maduro los escuche o les preste atención, es otra cosa. Pero lo que sí es cierto, es que tal vez, las denuncias presentadas, las acusaciones y sanciones a políticos a favor del chavismo sean una forma de abrir los ojos y abrir paso a una Venezuela democrática, con eso las próximas elecciones que sean realizadas el número de participación supere al de abstención.
LatinAmerican Post | Laura Viviana Guevara Muñoz
* La opinión del redactor no representa la del medio