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Costa Rica: 70 años sin ejército

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El país centroamericano cumple 70 años sin fuerzas armadas. ¿Cuáles han sido los efectos de la desmilitarización?

Costa Rica: 70 años sin ejército

El primero de diciembre de 1948, Costa Rica renunció a mantener una fuerza militar permanente y así se ha mantenido hasta el día de hoy. Durante su historia, son pocas la veces que ha tenido que recurrir a la fuerza para resolver conflictos internos e internacionales. Pero, ¿que le ha significado a Costa Rica vivir sin un ejército?

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Antecedentes

El tema en discusión se remonta a la Guerra Civil del 48, un conflicto que se originó con la suspensión de las elecciones presidenciales de dicho año. La guerra enfrentó al Ejército de Liberación Nacional (ELN), encabezado por José Figueres Ferrer, y al oficialismo, que combinó fuerzas tan dispares como el partido Vanguardia Popular -de inclinación comunista- y apoyo del gobierno de Anastasio Somoza García.

El ELN triunfó en 44 días y una vez concluida la guerra, Figueres Ferrer decretó la disolución inmediata del ejército permanente. A través del decreto n.° 749, la Junta Fundadora de la Segunda República declaró “oficialmente disuelto el Ejército Nacional, por considerar suficiente para la seguridad de nuestro país la existencia de un buen cuerpo de policía”.

Solo en una ocasión Costa Rica ha tenido que recurrir a la formación de un ejército. Fue en 1955, cuando el país fue invadido por expatriados apoyados por las dictaduras en Nicaragua, Venezuela y República Dominicana. No obstante, en 1965 fueron enviados 21 policías para apoyar la ocupación estadounidense de República Dominicana tras el asesinato de Trujillo y el golpe de Estado contra Juan Bosch.

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¿Qué efectos hay para Costa Rica el no tener un ejército?

En primera instancia, el principal beneficio para el país es el poder invertir el dinero destinado a la defensa a gran escala en otros sectores de la sociedad. No obstante, tanto Costa Rica como Panamá, ambos sin ejército, gastan más en seguridad y defensa que todos los demás países de Centroamérica.

En cifras concretas, el país en cuestión invirtió 450 millones de dólares en 2018 según el Ministerio de Seguridad Pública de Costa Rica. Con respecto al año anterior, es un aumento de 60 millones. En comparación con las naciones vecinas, solo Panamá supera estos números, pues gasta alrededor de 1300 millones de dólares en seguridad, según el Ministerio de Finanzas de ese país.

En tanto a Guatemala (un gasto de 250 millones de dólares según el medio local El Periódico), Honduras (la misma cifra según el medio local El Tiempo), El Salvador (141 millones de dólares según el Ministerio de Hacienda de ese país) y Nicaragua (84 millones de dólares según el portal Infodefensa), se nota que el gasto militar es mucho menor.

Entonces, los dos países sin ejército de la región tienen un gasto mayor al de sus vecinos militarizados combinados. ¿Se puede hablar de un ahorro efectivo? Es difícil decirlo, aunque sí se puede confiar en que, al no gastar en Ejército y Policía al tiempo, lo recursos del Estado se pudieron reorientar hacia otros sectores de la sociedad.

El expresidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, aseguró en 2017 que “por no gastar en Ejército podemos invertir hasta el 8 % del PIB en Educación y aún más en Salud”, según expresó el Nuevo Diario de Nicaragua.

Costa Rica tiene una mayor inversión en los rubros de educación (4000 millones de dólares) pero no en salud (544 millones de dólares) en comparación a El Salvador (940 mdd y 622 mdd), Honduras (1000 mdd y 590 mdd) y Guatemala (1400 mdd y 776 mdd), respectivamente. Dicho de otra forma, Costa Rica puede invertir en otros sectores, lo que no significa que invierta más que sus vecinos en aspectos sociales.

Por otra parte, la BBC cita un artículo científico titulado “Adiós a las armas: los efectos en el desarrollo de largo plazo de la abolición del ejército de Costa Rica”. En este se afirma que, gracias a la suspensión permanente del ejército, Costa Rica creció en promedio un 2.28% anual frente a un 1.42% proyectado en el mismo periodo en el escenario de haber mantenido las fuerzas militares.

Parece que hay una serie de beneficios para Costa Rica por no tener un ejército permanente, pero, ¿podría hacer frente a una invasión? Desde hace tiempo han habido tensiones con Nicaragua por disputas limítrofes. La más reciente fue en 2011; una invasión por parte del ejército nicaragüense en territorio costarricense que solo se vino a resolver cuatro años después y a través de un fallo de la Corte Internacional de Justicia.

Tanto en este caso como el ya descrito de 1955, muestran que Costa Rica tiene la capacidad de repeler ataques a pequeña escala tanto militar como diplomáticamente. Esto es fundamental en la medida que no supone la necesidad de establecer un ejército. Además, sabiendo que la policía de Costa Rica tiene las funciones de velar por la seguridad de la ciudadanía, deben tener sectores de ella que son entrenados en táctica militar.

Costa Rica se las ha arreglado para crecer como país durante estos 70 años y parece ir en buena dirección. No obstante, no cualquier país podría emular este ejemplo, pues las condiciones de cada cual son distintas entre sí y en algunos contextos son necesarios los ejércitos para el mantenimiento de la estabilidad institucional de los países.

 

LatinAmerican Post | Iván Parada Hernández

Copy edited by Juliana Suárez

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