Lo que debe tener un buen emprendedor
Escucha este artículo
La iniciativa de crear empresa ha cogido fuerza en América Latina, por lo que acá le presentamos lo que debe hacer un buen emprendedor
Un tema actual en la economía latinoamericana y global en general es el del emprendimiento. Está de moda, sin duda, apostarle a esto. Pero ¿por qué deberíamos hacerlo? ¿cuáles son los riesgos? ¿qué se necesita para ser un buen emprendedor? Todos quisiéramos manejar nuestro tiempo y ser nuestro propio jefe, pero no todo es color de rosas. Emprender también significa arriesgar y tal vez perder. Esto es lo que se debe saber si quiere ser un buen emprendedor.
Según Alison Coleman para Forbes, hay seis habilidades que todo emprendedor debe tener para ser exitoso. Estas van más allá de lo que empresario común debe tener, son más bien cualidades e ideas que deben componer la mentalidad del buen emprendedor.
En primer lugar, afirma que el emprendedor exitoso tiene una buena capacidad de resilencia, es decir, de saber manejar emocionalmente los altibajos que generará empezar una empresa. El buen emprendedor también tendrá agilidad para reaccionar rápido a diversas situaciones, para adaptarse al mercado y para adelantarse a la competencia.
La negociación es la tercera habilidad fundamental según Forbes. Pero ésta no se trata de ganar en los negocios sino de construir relaciones y saber dialogar con personas que tengan opiniones distintas.
La cuarta que para Coleman es fundamental, es la capacidad de solucionar problemas y no encapricharse con su idea inicial. El buen emprendedor es capaz de dejar ir una idea si ve que no funciona. También se debe ser bueno construyendo relaciones, que no quiere decir asistir a eventos de networking, sino más bien establecer relaciones duraderas con clientes y socios.
Por último, el mindfulness es fundamental, pues, en palabras de Coleman, el emprendedor debe lidiar con noches de no dormir, estrés por dinero, lidiar con empleados, con colaboradores externos, etc.
Lea también: La crisis de los commodities: una bendición disfrazada
Si bien se conocen bien los beneficios de ser emprendedor (ser su propio jefe, manejar su propio tiempo, generar empleo y hacer de su idea algo productivo), poco se habla de los riesgos que se corren al empezar una empresa. El discurso del emprendimiento incentiva que todos podamos serlo, pero lo cierto es que se requieren de ciertas aptitudes para lograrlo. En ese sentido, las habilidades enlistadas por Coleman son fundamentales y realistas.
El economista Andrés Mejía Vergnaud, dice que el discurso del emprendimiento debe ser responsable en el sentido en que debe tener en cuenta el tema del fracaso:
“Dice la Small Business Administration que, de todos los nuevos negocios que se crean, solo la mitad logra sobrevivir más allá de los 5 años, y sólo un tercio siguen con vida 10 años después. Para las llamadas "startups", las empresas que se están creando por montones en lo que parece una gran fiebre, hay estimaciones que apuntan a un 90% de tasa de fracaso. Y hay un dato en particular que llama la atención: de acuerdo con un sondeo hecho a "emprendedores" sobre las causas del fracaso de sus startups, la mayoría (42%) citan falta de necesidad en el mercado: crearon algo que no le interesó al mercado, que no tuvo demanda”.
De esta manera, también se debe, no solo saber lidiar con el fracasom sino no darlo por sentado. El buen emprendedor es, también, un estudioso del mercado, creando así un producto que tenga demanda.
Para Mejía, no puede incentivarse que todo el mundo pueda emprender, pues ésta sería una falacia. Si bien es claro que el empresario es una ficha clave dentro del mercado, no puede negarse que al emprender se corren riesgos y se necesitan ciertas aptitudes específicas.
En el caso de América Latina en particular, se debe tener en cuenta otra cosa: la visibilización de la relación laboral. De acuerdo con La Siniestra, este sería otro punto a revisar para los emprendedores:
“Como no hay empleador ni trabajador, no hay una obligación legal, solo un mínimo de decencia y mucha buena energía y buena voluntad. Así, no hace falta que el empleador corra con los costos fijos y variables que implica la creación de su empresa y la posibilidad de lucrarse con ella, sino que basta con que “genere” empleos, sin importar el tipo de empleo que este sea”.
Esta sería una problemática de los emprendimientos en Colombia y en América Latina, donde el fenómeno de las empresas emergentes es relativamente nuevo y la legislación sobre este tipo de contratación aun no es clara.
Los beneficios de ser emprendedor son muy claros, y en América Latina hay aun un mercado amplio para abrir empresa. Jóvenes y viejos deben apostarle a emprender dado que la empresa es un pilar importante de nuestra economía y genera empleo e innova. Sin embargo, se deben tener en cuenta lo que se necesita, y ser realista a la hora de emprender.
Es importante la consciencia de la posibilidad de fracaso, las habilidades para ser exitoso y el tipo de empleo que se está generando. Sin duda, parte de ser un buen emprendedor, es ser responsable y justo con sus trabajadores, además de creativo, paciente e innovador.
LatinAmerican Post | Equipo Editorial