Réquiem por el río Cauca en Colombia
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Empresas Públicas de Medellín, los sepultureros del gran Río Cauca
El desastre social, ambiental y económico que han causado las Empresas Públicas de Medellín (EMP) le harán pasar a la historia como los responsables de uno de los mayores descalabros de la ingeniería en Colombia y en Latinoamérica con afectaciones tan significativas para el ambiente que pasarán décadas o tal vez siglos para que el río Cauca pueda restaurar los ecosistemas circundantes.
Las afectaciones son tan delicadas en lo social que las comunidades se verán obligadas a cambiar las dinámicas culturales; tan profundas en lo económico que el menor de los problemas es que el punto de retorno de inversión de este proyecto no se vislumbra en un corto o mediano plazo. Lo que sí se evidencian son las pérdidas millonarias para una región que se vio asaltada por la mala planificación, pésima ejecución y muy deficiente seguimiento ambiental de la licencia hasta hace muy pocos meses.
¿Por qué es tan grave?
El río Cauca es el segundo río más importante en Colombia dentro de la macro-cuenca Magdalena-Cauca, nace a 1.350 kilómetros de su desembocadura en el río Magdalena y en el punto en el que EPM decidió represarlo, registra caudales de hasta 3.500 M3/seg en épocas de altas precipitaciones. La licencia ambiental otorgada por la Dirección de Licencias Ambientales del entonces Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial, consagra como una de las obligaciones de la empresa constructora del proyecto, garantizar un caudal mínimo ecológico de 450 M3/Seg para permitir la funcionalidad del ecosistema.
Sin embargo, por la cadena de errores e irresponsabilidades de esta empresa, otrora símbolo de eficiencia y transparencia, el caudal será reducido a 50 M3/seg y una disminución del caudal en un 900% menos que el mínimo ecológico significa unas afectaciones ambientales nunca antes vistas en Colombia y dudosamente en el mundo.
La directora del Instituto de Investigaciones y Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt, Brigitte Baptiste Ballera, afirmó en entrevista exclusiva para LatinAmerican Post que “estamos evaluando la situación, nunca nos habíamos enfrentado a una situación como esta y por tanto, es importante, para ser rigurosos, evaluar qué es lo que pasa con los peces y la biodiversidad del río en este preciso momento y hacer un monitoreo muy cuidadoso en los próximos meses porque la perturbación que representa este caudal mínimo no ha sido documentada”.
Por su parte, EPM ha afirmado en una cadena de comunicados que la afectación no es dramática y que entre el viernes y el sábado el río Cauca recuperará su caudal mínimo ecológico restándole importancia a la gravedad del daño ambiental ocasionado por la toma de este tipo de decisiones.
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La empresa desestimó las afectaciones ambientales y sociales en una rueda de prensa en la ciudad de Medellín, además de expresar en un comunicado oficial que “se espera que en aproximadamente 3 días el embalse suba hasta la cota 401 y empiece a funcionar de nuevo el vertedero, con lo cual el caudal del río volverá a la normalidad”, pero ¿volverá a la normalidad?
Según la organización Ríos Vivos, ONG que ha liderado a las comunidades de los municipios afectados por la realización de esta obra, manifestó que “el río no volverá a ser el mismo y nosotros tampoco porque su vida y la fuerza que hoy le arrebataron, los sedimentos que están quedando represados, su abundante caudal, la temperatura de sus aguas y las riberas hidratadas que hoy sufren erosión con tantas fluctuaciones”.
Infortunadamente, las dinámicas ecosistémicas no son una máquina que se puede prender o apagar con un interruptor. El flujo de la vida se ve interrumpido por una empresa que le ha mentido al país, que ha omitido la verdad y ha ocultado situaciones poniendo en riesgo la vida y los bienes de cerca de 200.000 ciudadanos aguas abajo del proyecto. Secar el río Cauca no es igual que llenar o vaciar y volver a llenar una tina en un baño, secar el río Cauca es cometer uno de los más grandes actos de barbarie ambiental, sin precedentes conocidos en el mundo.
EPM argumenta estar tomando estas medidas para proteger la vida de las comunidades asentadas aguas debajo del represamiento del Cauca. Jorge Londoño de la Cuesta, Gernete General de Empresas Públicas de Medellín manifestó que “esta maniobra se cumple, principalmente, con el fin de proteger a las comunidades, una premisa fundamental de todos los pasos que se cumplen en desarrollo del proyecto hidroeléctrico Ituango”.
A lo que las comunidades a través de Ríos Vivos respondieron con contundencia negándose a ser los beneficiarios de las decisiones adoptadas en contra de la ley, de las comunidades y de los recursos naturales. “No intenten convencernos de que somos una prioridad cuando desde hace 10 años nos están desoyendo, desplazando, maltratando, humillando, violando nuestros derechos, mintiendo, persiguiendo, dejándonos sin trabajo, sin alimentos sin tranquilidad y sin vivienda. Nos han robado todo lo que teníamos, nuestra vida y ahora atentan contra un bien natural de toda Colombia. La única manera de proteger realmente la vida en el cañón del río Cauca, el Bajo Cauca y de salvar el río es que desmantelen Hidroituango”.
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Ahora, no sólo las manifestaciones sociales se han hecho sentir al respecto, también científicos e investigadores como el profesor José Iván Mojica, biólogo y curador de las colecciones científicas de peces del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia que asegura que “del frente de la presa hacia abajo no va a haber agua, solo la que se filtre de esta y la que aporten las correntías de los arroyos de la zona”, lo que pondría en riesgo inminente los recursos hidrobiológicos en la zona.
La grave situación que genera la pobre planeación de EPM, coincide con la época comprendida entre diciembre y marzo conocida como “la subienda”, época de bajas precipitaciones en las que ancestralmente los pescadores tenían una ‘subienda’ en la producción pesquera gracias a los bajos niveles de las aguas y por ende el confinamiento de peces en reducidos espacios.
“Los peces salen de la parte baja y remontan los grandes ríos buscando aguas frescas hasta abril –cuando nuevamente crecen las aguas porque comienza a llover– se devuelven y se reproducen antes de llegar a las ciénagas”, complementa Mujica.
La interconexión existente entre los diferentes ecosistemas y la interdependencia de los mismos hace temer por zonas bajas del Cauca y el Magdalena. Al respecto el profesor Mujica considera que “no solo se trata del cauce del Cauca, sino que este le aporta aguas a la ciénaga de Ayapel, La Mojana y las ciénagas de la parte baja del Magdalena, donde va a llegar menos agua, lo que puede desencadenar en una tendencia de las especies a venirse en subienda, a concentrarse en el río, donde precisamente no hay agua”.
Por parte del gobierno nacional, el director de la ANLA (Autoridad Nacional de Licencias Ambientales), Rodrigo Suárez Castaño, en días pasados informó al país sobre la apertura de un Proceso Sancionatorio Ambiental en contra de la empresa EPM por no respetar el caudal mínimo ecológico consagrado en la licencia ambiental.
Sin embargo, el alto funcionario afirmó que “lo que estamos viendo el día de hoy y de lo que fui informado a altas horas de la noche de ayer, es que ante el cierre de la compuerta, vamos a tener un nuevo descenso en el caudal y eso lo que nos lleva es a un agravante frente al sancionatorio que ya está abierto, por lo tanto eso hará parte de la investigación que se desarrolla al interior de la entidad”.
Suárez Castaño resaltó que “a finales de la semana pasada tuvimos una reunión al interior de la ANLA con funcionarios de EPM en la que nos describieron con más detalle el plan de contingencia asociado a los impactos, sin embargo, la información que teníamos era que el cierre de la compuerta se iba a producir a finales de febrero”. El director agregó que “el cierre de la compuerta fue anticipado y fue comunicado apenas el día de ayer, para nosotros fue una sorpresa”, es decir, tan sólo horas antes de que se ejecutara la medida de secar el río Cauca, la empresa le comunicó a las autoridades sobre su proceder.
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La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales espera para el mes de abril, aproximadamente, el informe que está obligado a rendir EPM dentro del Proceso Sancionatorio Ambiental y basado en esa información, procederá la ANLA a imponer las sanciones dentro del marco de leyes y normas ambientales a que diera lugar la conclusión de la investigación.
A pesar del resultado de la investigación y de las sanciones que se desprendan del proceso sancionatorio en el que está incursa Empresas Públicas de Medellín, que van desde millonarias multas hasta el retiro de la licencia ambiental para la operación de Hidroituango. El daño ya está hecho y el restablecimiento de las condiciones ecológicas y ambientales en el río Cauca no lo verán nuestros hijos y probablemente tampoco nuestros nietos gracias a que EPM tiene un slogan: “estamos ahí”.
LatinAmerican Post | Alberto Castaño Camacho
Copy edited by Marcela Peñaloza