ANÁLISIS

Así enfrentaría los retos económicos de Bogotá el candidato Diego Molano

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Molano se encuentra en pugna para representar al partido Centro Democrático para la alcaldía de la capital colombiana

Así enfrentaría los retos económicos de Bogotá el candidato Diego Molano
Read in english: These are the challenges that Diego Molano would face in Bogotá's city hall

Se define como el candidato de la experiencia, y asegura que es esto lo que lo diferencia entre los precandidatos a la alcaldía de Bogotá en el partido del presidente Iván Duque. Diego Molano desde ya adelanta su agenda para destacarse y poder ganar esta candidatura, que se definirá por medio de una consulta popular y otra al interior del partido. Latin American Post habló con Molano acerca de los retos en materia económica que enfrenta Bogotá, y sobre las soluciones que implementaría si logra ocupar el cargo.

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Al partido Centro Democrático se le continúa escapando la alcaldía de la capital, de hecho, en los más recientes sufragios, Bogotá consistentemente ha votado en su contra, como se evidenció en las elecciones presidenciales del 2018, en dónde la mayoría en Bogotá la consiguió el exalcalde de la ciudad Gustavo Petro.

Molano, de larga trayectoria en el sector público y privado, ocupando cargos importantes en entidades como el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y la Agencia Presidencial para la Acción Social, enfrentaría en su alcaldía el enorme reto de la formalización laboral, además de lo que implica materializar la agenda presidencial del desarrollo de las industrias creativas, la también llamada ‘economía naranja’.

La visión del Centro Democrático, el fortalecimiento de la ‘economía naranja’

Desde su campaña, el presidente Iván Duque ha hecho fuerte hincapié en el fortalecimiento de las industrias culturales y creativas como fuerza de desarrollo económico. Molano se adhiere.

“Nosotros ya estamos comprometidos con la economía naranja, es una visión que tiene el Centro Democrático, y de hecho ya es política pública” aseguró Molano, que en su tiempo como concejal fue ponente de la creación del Fondo de Innovación, Tecnología e Industrias Creativas (FITIC) de la ciudad de Bogotá, que nace con $10 mil millones de pesos para el apoyo a proyectos de emprendimiento en esta área de la economía.

“Bogotá tiene la oportunidad y la capacidad de convertirse en la capital de la economía naranja” declaró Molano. Pero ve un obstáculo, la percepción de que lo cultural no es sostenible en el largo plazo como negocio.

Su propuesta solucionaría esto por medio de la promoción de la economía naranja, que interpreta como la unión del mundo de los negocios con el cultural, permitiendo, con ayudas públicas y privadas, que los creativos desarrollen además competencias empresariales que permitan convertir sus talentos en fuentes de ingreso confiables.

La informalidad, el reto eterno de Bogotá

En la alcaldía en curso, la de Enrique Peñalosa, una de las dicotomías más difíciles de resolver ha tenido que ver con las ventas ambulantes, trabajadores informales que operan desde el espacio público de la ciudad. ¿Formalizarlos o reubicarlos recuperar el espacio público? ¿Qué toma prelación?

Para Molano este también ha sido un problema durante su campaña, pues por un lado los servicios que proveen los vendedores ambulantes son reconocidos y utilizados por la población, lo que no hace preferible su prohibición, pero por otro, su utilización indiscriminada del espacio público trae consigo problemas.

“El problema principal ahora está en los programas de relocalización” asegura Molano.

“Cogen al vendedor ambulante, que tiene derechos adquiridos, como el derecho al trabajo otorgado por la corte constitucional, al que no se puede sacar de su puesto, y cuando lo convencen de la relocalización lo ponen en un edificio de tres pisos en dónde no pasa gente. A los tres días ya está de nuevo en la calle.”

De sus conversaciones con los vendedores ambulantes, Molano asegura haber aprendido tres condiciones para que estos acepten su traslado a espacios regulados por la alcaldía, en dónde no invadan el espacio público: que el traslado sea a un lugar concurrido donde se pueda vender, que la alcaldía les de apoyo mientras se consolidan sus ventas y que se les den condiciones dignas de trabajo.

Molano piensa que lo que hace falta es creatividad en las soluciones a este problema, y propone aprovechar la coyuntura que ofrece la construcción del metro de Bogotá para subsanar la situación.

“Comenzar a hacer relocalizaciones cerca a estaciones, en plazas. Esto funcionó muy bien en la avenida San Victorino. Ahí están todos los vendedores ubicados, venden y de ahí no se han movido. Ahí hay una apuesta importante en la recuperación del espacio público.”

Entre esos dos problemas, Molano tendría sus manos llenas para los cuatro años que contempla una alcaldía. Sin embargo, enfrenta otros en materia de seguridad, de movilidad, de infraestructura y de medio ambiente, pero para los que tendrá que presentar propuestas si quiere ocupar el Palacio de Liévano y darle a su partido el apoyo de la capital.

 

LatinAmerican Post | Pedro Bernal

Copy edited by Vanesa López

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