ECONOMÍA

Las malas decisiones que han condenado a Pemex

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La empresa Petróleos Mexicanos ha pasado días dificiles, en este momento se encuentra sobre las cuerdas y ha perdido la confianza de algunos analistas

¿Hacia dónde va Pemex en el panorama del petróleo mundial?

Pemex es la empresa estatal de producción y distribución de petróleo en México, por lo que su importancia no se pone en duda. A 2014, México se ubicaba entre los diez primeros países productores de petróleo en el mundo, siendo uno de los mayores exportadores a Estados Unidos, según datos ofrecidos por la CIA en The World Factbook. Sin embargo, esa no es su situación actual, pues los malos manejos históricos y la dura situación a nivel mundial en la producción de petróleo y todas las actividades relacionadas ha hecho que esta empresa mexicana esté al borde del colapso.

Read in english: The bad decisions that had condemned Pemex

Desde octubre del año pasado, antes incluso de que la comentada bancada de López Obrador, “Juntos Haremos Historia” (los partidos Morena, PT y PES), asumiera el poder en México, la calificadora Fitch Ratings anunció que cambiaría su perspectiva de neutral a negativa para Pemex.

Esto se hizo realidad a principios de este año, pasando la empresa estatal a tener una calificación BBB, y dio aviso de la fuerte crisis que se venía por delante. Si bien la calificación BBB- aún contempla la posibilidad de inversión extranjera, no es aún CCC, la peor calificación, sí da por hecho que Pemex no está en su mejor momento y necesita urgentemente una reestructuración.

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López Obrador y los 'strikes' de Pemex

Como respuesta a esta crisis, el gobierno de López Obrador ha tratado de actuar de manera rápida, aunque sus medidas han sido ampliamente debatidas tanto dentro como fuera de México.

La sede mexicana del banco Citi ha tomado una narrativa interesante frente a este caso: ha llamado “strikes” a diferentes momentos clave donde Pemex, desde su perspectiva, ha tomado decisiones equivocadas. El primero de ellos, el más lejano, ocurrió en agosto del 2018, aún bajo el mandato de Peña Nieto, e involucraba la firma Lewis Energy con Pemex, para invertir en Hidalgo, Coahuila, un proyecto que anunciaba problemas de sustentabilidad y que debía ser analizado de manera más profunda.

Este hecho, sin embargo, no ha tomado tanta relevancia como los dos “strikes” siguientes. El segundo de ellos, según Citi, fue el plan que anunció AMLO para sortear la crisis financiera de Pemex. Este plan incluía una inyección de capital por parte del Estado, reducción fiscal y reestructuración a nivel laboral, de tal manera que Pemex volviera a ser rentable. Para los analistas, este plan resulta insuficiente, pues la deuda que actualmente tiene Pemex sobrepasa por mucho la cantidad que se espera obtener de inversión y reestructuración.

Según El Financiero, en alianza con Bloomberg, la deuda de Pemex alcanza el monto de 3.6 billones de pesos mexicanos, mientras que el “rescate” apenas alcanzaría 41 mil millones de pesos. Ambas cifras astronómicas, pero infortunadamente, la segunda no es suficiente para subsanar la deuda gigante que tiene Pemex.

Las metas de Morena

Como si fuera poco, el tercer “strike” es aún más preocupante que los anteriores. Morena, uno de los partidos que formó la coalición de AMLO, propuso una reforma a la Ley de Petróleos Mexicanos, con el objetivo de retomar el control y la dirección de esta empresa bajo el criterio, básicamente, de López Obrador. De manera sencilla, la reforma busca que el poder se concentre en la figura del director de Pemex, desconociendo el funcionamiento actual del Consejo de Administración, quien es el que toma las decisiones y por donde pasan todos los temas sensibles.

Al darle mayor libertad al director de Pemex, éste podría establecer las directrices de producción y las estrategias anuales de la empresa, tendría la potestad para nombrar y remover cargos administrativos y directivos y, más importante aún, tendría la facultad para incorporar el concepto de soberanía y seguridad energética, lo que llevaría a hacer los cambios que el gobierno considere necesarios para salvaguardar los intereses de los mexicanos.

Es claro que la intención de Morena con esta reforma es la de retomar el control de Pemex y asegurar su producción, así como la de asegurar los intereses de los mexicanos. Sin embargo, esto conduce a un estado de incertidumbre mundial y a un contexto de centralización del poder, donde una mala decisión no tendría contrapeso y terminaría por hundir a Pemex.

El futuro de la empresa mexicana ahora es más incierto de lo que era cuando Fitch anunció el cambio de su calificación y falta ver si las medidas de AMLO surten el efecto que se desea o será un capítulo más en la historia de una empresa mal manejada y sobreexplotada a lo largo del siglo pasado.

 

LatinAmerican Post | Jorge Ovalle

Copy edited by Juliana Suárez

 

 

 

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