¡Empoderemos a las madres adolescentes!
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Las políticas para combatir el embarazo adolescente se han centrado en la prevención, dejando sin herramientas a quienes ya son madres
Según un informe publicado en 2018, llamado ‘El poder de decidir’, hay 62 de cada mil jóvenes que tienen hijos o han estado embarazadas entre los 15 y los 19 años en los países de América Latina. Lo cual pone en la mira al embarazo adolescente, y presenta un reto para las políticas públicas en estos países.
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Es por esto que los Estados han tratado de crear políticas públicas para la reducción de estos altos números de embarazo adolescente. Teniendo en cuenta las principales razones por las que esto sucede, las políticas creadas buscan prevenir estas situaciones, a partir de educación sexual en los colegios y facilitar el acceso a métodos anticonceptivos efectivos.
Por ejemplo, algunas de ellas, como en Chile, hace que las instituciones médicas, tanto públicas como privadas, no solo entreguen anticonceptivos de manera gratuita, sino que tiene que ir acompañado de orientación. Igualmente, se fomenta la educación en colegios.
Sin embargo, la discusión se ha centrado en la prevención y la educación. Mientras que las que ya son madres, quedan a la deriva de un país sin posibilidades, y, menos, para una mamá adolescente.
¿Solo prevención?
Mientras los Estados buscan maneras de prevenir que niñas queden embarazadas, hay 62 de cada mil, en América Latina, que ya lo están. A estas niñas, las que deciden tener a sus hijos, poco a poco se les cierran puertas de su futuro. Por ejemplo, cuando el caso se da en un ambiente de pobreza, generalmente el panorama laboral de la madre se invisibiliza, y debe dedicarse únicamente al hogar.
Aunque el foco está en las políticas públicas de prevención, hay quienes le apuntan a un paso más allá. Las mujeres que ya son madres, necesitan la oportunidad de poder salir adelante, tanto emocional, como laboralmente.
El Banco Mundial tiene un programa en Cartagena, Colombia, que busca empoderar a quienes han sido madres muy jóvenes para que puedan afrontar los retos que deviene serlo. De acuerdo con la página del programa, “la iniciativa brinda a las madres adolescentes las herramientas necesarias para facilitar su entrada en el mercado laboral y para que reciban unos ingresos estable que les permitan mejorar su calidad de vida y la de sus familias”.
Allí mismo, afirma que el reto con estas mujeres es muy alto, no solo por las condiciones de pobreza en las que muchas están, sino porque la cultura de esa región del país resulta ser muy machista, lo que imposibilita la formalización laboral de ellas. Sin embargo, el programa tiene un enfoque integral que permite, no solo asistirlas en términos laborales, sino también ayudarlas en el proceso de maternidad. Es decir, busca ayudarles tanto a largo como a corto plazo.
Paraguay también cuenta con un programa que ayuda a las madres adolescentes a retornar a sus estudios para poder salir adelante en un futuro. El programa Reinserción Escolar de Niñas y Adolescentes en Situación de Embarazo y Maternidad permite crear ambientes en los que puedan ser madres sin dejar de lado la educación, aunque en muchos casos sus familiares o parejas quieren que se dediquen solo a ser madres, por el mismo principio machista anterior. Además, les dan herramientas para entrar al mundo productivo y competitivo.
De acuerdo con El Comercio, los líderes de este programa “reconocieron la ausencia de políticas públicas de parte del Estado paraguayo para atender a niñas y adolescentes embarazadas, y pidieron que las instituciones educativas flexibilicen las condiciones para que las menores puedan continuar sus estudios pese a haber sido madres”.
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El embarazo adolescente…
La mayoría de estos casos se dan por falta de educación o acceso a métodos anticonceptivos y orientación a la hora de iniciar las relaciones sexuales. No obstante, los países le apuntan a facilitar herramientas para poder prevenir. De acuerdo con El Tiempo, “también incide la violencia machista, la falta de educación, principalmente en las escuelas, y los matrimonios o emparejamientos a temprana edad”.
Tener hijos, en muchos casos, se ha convertido en un error, más que en un deseo. Esto, sin contar además, que las jóvenes embarazadas no están preparadas, ni física, ni emocionalmente para traer un bebé al mundo. Un artículo de la Revista Cubana de Psicología dice que los principales riesgos de ser madre adolescente son: “fracaso de las funciones de la adolescencia, fracaso en la continuación de sus estudios o en su preparación para la vida adulta, fracaso para construir una familia estable y fracaso a sostenerse a sí misma, dependiendo de su familia”, imposibilitando así la experiencia de ser madre de una forma integral.
Además de la falta de preparación, ser madre a una edad temprana presenta riesgos en la salud. Al no estar totalmente desarrollado su cuerpo, los riesgos de mortalidad son altos, tanto para ellas como para los bebés. De acuerdo con el Periódico El Punto “no se encuentrar anatómica ni física ni sentimentalmente preparadas (…) no tienen conciencia de lo que es un parto y que puede llevar a complicaciones”.
LatinAmerican Post | Juliana Suárez
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