Venezuela: ¿podría haber una intervención militar?
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Si se da una intervención en Venezuela, ¿estaríamos ante un escenario de vacío en las normas del Derecho Internacional que permite disfrazar una intervención militar?
Guaidó se encuentra entre la espada y la pared. Por un lado, menciona que "tiene las cartas sobre la mesa" refiriéndose a una posible intervención militar: Por otro lado, la Comunidad Internacional ha reiterado que no se intervendrá militarmente. Sin embargo, al evidenciarse lo necesario de una intervención, ¿estaríamos ante un escenario de vacío en las normas del Derecho Internacional que permita disfrazar una intervención militar?
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Las cartas de Guaidó
Recientemente Juan Guaidó expresó vía Twitter que se veía en la necesidad de «poner todas las cartas sobre la mesa», a lo que se refiere evidentemente a una intervención militar, sea o no por Estados Unidos. Aun así, este escenario queda cada vez más alejado de lo que podría realmente ocurrir ya que se ha debatido dos veces en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en reuniones de la Organización de Estados Americanos (OEA) e incluso en la última reunión de Grupo de Lima que se realizó en Bogotá donde estuvo presente Juan Guaidó.
Esto crea una gran incoveniente en muchas personas que anhelan una intervención militar puesto que no existe alguna otra alternativa viable y rápida para hacer esto. Yo personalmente la veo como la opción más conveniente, pero lamentablemente cada día va desapareciendo más esa idea porque traería más problemas internacionales de los que hoy día tiene Venezuela.
No obstante, comenta el profesor Juan Carlos Sosa, escritor, profesor universitario y abogado venezolano, en su curso Energizando Ideas, cuál podría ser el «disfraz perfecto» para esta intervención. En un sentido técnico no sería una intervención militar, pues de la forma que lo plantea el profesor Sosa sería un asunto de cooperación bilateral entre ambos países, que serviría para salvarnos del Derecho Internacional Público; que nos permitiría actuar rápido, sin burocracia ni diplomacia interminable.
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Explica el profesor que sería seis pasos a seguir para lograrlo:
1. Juan Guaidó debe firmar un acuerdo con la DEA, en que autorice su penetración en territorio venezolano para capturar a los miembros del Cartel de los Soles, encabezado por Maduro y Cabello. Dicha acción, se logra en un solo día y provocaría el inmediato apoyo de los 4 componentes de las Fuerzas Armadas.
2. Dichas fuerzas de seguridad del Estado desean apoyar a Juan Guaidó, pero están imposibilitados de pronunciarse mientras los líderes del Cartel de los Soles se mantengan en los comandos. Habiendo capturado a esos líderes, se liberarían las Fuerzas Armadas y así tendría paso libre para apoyar al Presidente Legítimo.
3. Para lograr este apoyo, es conveniente que el Presidente Interino designe a la brevedad posible un Estado Mayor Conjunto, integrado por militares que tengan estas 3 características: dignidad, honestidad a toda prueba y competencia, que, según explica el profesor, ya están ubicados.
4. Tan pronto como sean capturados los líderes del Cartel de los Soles, dicho Estado Mayor Conjunto debe asumir el mando material de las Fuerzas Armadas, convirtiéndose en sus genuinos líderes, y deberán ser obedecidos.
5. Para garantizar la paz y control de elementos subversivos (colectivos, milicias, células terroristas, narco-guerrillas), el Presidente Interino debe firmar un acuerdo bilateral de asistencia militar con Estados Unidos, que permitiría la instalación de bases militares en Venezuela con el plan denominado "Plan Venezuela".
6. Dicho "Plan Venezuela", tal y como funcionó el "Plan Colombia", permitirá recibir asistencia militar contínua, que facilitará el trabajo porsterior de la DEA y también le dará fuerza a nuestros militares para combatir exitosamente y mantener a raya a los grupos subversivos.
El profesor concluye con que la aplicación de esta estrategia garantiza tres puntos importantes internacionalmente: primero, no tener que pedirle permiso a la Comunidad Internacional; segundo, evitar caer en trampas del Derecho Internacional y su eterna burocracia; tercero, no ser rechazdo por la Comunidad Internacional puesto que sería inmoral que algún país se oponga a combatir el narcotráfico y el terrorismo. En últimas, al ser tema de Seguridad Nacional Bilateral, tanto Estados Unidos como Venezuela pueden pactar sus términos a voluntad, lo que le garantizaría a Trump el apoyo unánime del Congreso de los Estados Unidos y de la opinión pública mundial. Todo esto sin violar ningún principio del Derecho Internacional y actuando de manera rápida.
LatinAmerican Post | Enmanuel Benavides