¿Era Karl Lagerfeld el héroe que nos pintan?
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A un mes de la muerte del 'Káiser de la moda', reflexionamos sobre la figura de Karl Lagerfeld en esta industria
Hace ya un mes que falleció Karl Lagerfeld, director creativo de Chanel y genio de la moda. Tras su muerte, las redes se inundaron del lamento de sus musas y modelos. Una semana después, en la semana de la moda de París, pudimos ver su último desfile, en el que sus modelos lloraron y le hicieron un homenaje. Aún hoy, varias semanas después de su muerte, el lamento por su fallecimiento sigue siendo noticia y apareciendo en los medios de moda más prestigiosos. ¿Hasta qué punto es esto una idealización del genio?
Sus aportes a la industria
Karl Lagerfeld tuvo sin duda una de las carreras más prolíficas que pudieran verse en los últimos años en la industria de la moda no solo como diseñador sino también como fotógrafo. Trabajó para distintas casas de diseño como diseñador y director creativo. A principios de su carrera, trabajó para Pierre Balmain, Jean Patou y Chloé. En los setenta lanzó su propia marca, Karl Lagerfeld, en la que trabajó hasta su muerte. Es famoso también por sus colaboraciones con Fendi desde 1967 hasta el día de hoy, en las que ayudó a poner de moda otros materiales que la marca antes de no usaba.
Sin duda se le conoce también por su trabajo con Chanel. Llegó a ser director creativo de esa marca en 1983, una década después del fallecimiento de su fundadora Coco Chanel. La empresa temblaba a falta de un nuevo líder y de una firma que le diera prestigio a la marca sin hacerle perder su esencia. Lagerfeld se las ingenió para, al tiempo que conservaba el estilo y la elegancia característicos de la marca, innovar y hacer diseños disruptivos que volvieran a poner la atención del público y la prensa en la firma de moda.
Con su llegada a la firma, además, los diseños se volvieron exclusivos de Chanel, es decir que no compartían derechos con los distribuidores sino que pertenecían por completo a la firma. Para la década de los noventa ya Chanel había vuelto a estar en la cima de la industria. Karl Lagerfeld, sin duda, era un genio de la moda dado que no solo era un gran diseñador sino que también conocía el negocio.
El Kaiser, además, llevó paralelamente una carrera como fotógrafo. Hacía desde fotografía artística, con la que ganó en 1996 el Premio de Cultura de la Asociación Alemana de Fotografía, hasta fotografía de moda. Así, además de diseñar las colecciones para Chanel, fotografiaba él mismo las prendas y usaba sus fotos para las campañas de la firma. Karl Lagerfeld estaba en todo.
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La otra cara de la moneda
Aunque un genio de la moda, Karl Lagerfeld se hacía famoso también por las polémicas declaraciones que hacía. Toda su figura giraba alrededor de una imagen exclusiva y elitista de la moda. Así, el diseñador y fotógrafo armó un imperio de moda exclusiva y por eso excluyente. Incluso cuando colaboró con marcas de ropa popular como H&M y Falabella, Lagerfeld se encargó de que fueran prendas exclusivas que estuvieran contadas y que no fueran accesibles para todo el mundo.
Esto hizo parte de su genio para los negocios, pues supo cómo hacer deseables sus diseños: dándoles una ilusión de escasez y con esto la ilusión de exclusividad. Exclusividad que de todas maneras no lo detuvo de colaborar con H&M, que aunque popular y accesible, es la reina del fast fashion, que, podría decirse, se para en unos preceptos opuestos a los de marcas de lujo como Chanel.
La figura de Lagerfeld, entonces, está ligada necesariamente a la moda excluyente. Una de sus citas más importantes y que repetía en entrevistas y declaraciones es que "'a la moda' es el estado antes del mal gusto". La forma en la que el Kaiser concebía la industria de la moda pone en evidencia una de sus mayores violencias: es una industria en la que queda manifiesta la lucha de clases y que promueve la diferenciación.
Dice Georg Simmel, filosofo alemán, que "Las modas de la clase alta se diferencian de las de la clase inferior y son abandonadas en el momento en el que esta última empieza a acceder a ellas". Lo mismo opinaba Pierre Bourdieu en sus investigaciones de mitad de siglo (al tiempo en que Lagerfeld empezaba una carrera en la industria de la moda) sobre las bases sociales del gusto. Y de ahí lo "trendy before tacky": Lagerfeld encarnaba esa concepción de la moda que pretende ser exclusiva mediante la exclusión de lo popular, pues en cuanto una tendencia fuera accesible para todo el público, para Lagerfeld se volvía "de mal gusto".
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Esto se suma, además, al hecho de que aunque disruptivo y arriesgado, Lagerfeld era también muy tradicional. En varias ocasiones opinó que nadie quería ver modelos gordas en la pasarela y basta con ver a sus musas y modelos favoritas para ver que se apegaba a un ideal poco realista de belleza. Esto tendría que ver con la misma concepción de exclusividad de la moda de la que hablo antes. Para Lagerfeld, el éxito de una pasarela estaba en mostrar, precisamente, un ideal de belleza, no una imagen 'accesible' de la mujer promedio. Es en parte desde su llegada a la industria que la extrema delgadez de las modelos en la pasarela es percibida como un símbolo de elegancia.
Si bien era un genio innegable, Karl Lagerfeld paraba su genio en preceptos que ahora la industria de la moda sostenible e incluyente quiere desaprender.
LatinAmerican Post | Juliana Rodríguez Pabón
Copy edited by Juliana Suárez