5 peligros en la salud de las mujeres
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Factores como la discriminación y violencia sexual presentan algunos de los mayores peligros en la salud de las mujeres
A pesar de que las mujeres tienen mayor esperanza de vida en la mayoría de países, algunos factores sociales se combinan con los sanitarios para que su calidad de vida sea menor. A continuación te presentamos cinco peligros y necesidades que existen hoy en día cuando se trata de la salud de la mujer.
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1. Violencia sexual
De acuerdo con la OMS, factores como la violencia física o sexual por parte de la pareja, matrimonios forzados a edades tempranas o explotación sexual inciden en la salud de las mujeres. Estudios dicen que 1/5 de las mujeres dicen haber sufrido algún tipo de abuso sexual antes de los 15 años, lo que ha derivado en todo tipo de consecuencias en la salud, tanto física como mental. Esto ha hecho que las mujeres tengan alto riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual, embarazos no deseados o abortos, e incluso enfermedades crónicas y depresión.
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2. Infertilidad
El ritmo de vida de la mujer trabajadora de hoy en día puede traer consecuencias en la salud, entre ellas, la infertilidad. Si bien muchas mujeres desean lograr un equilibrio entre la vida profesional y la maternidad, muchas otras han preferido centrarse en lo primero. Según el Centro Médico Imbanaco, “la mujer se impone retos y compromisos, a los que da prioridad y por los cuales va dejando de lado o aplazando otros compromisos, no menos importantes, que afectan su salud, su bienestar y su futuro”.
Sin ser mejor una decisión o la otra, un ritmo de vida con tanta presión como el de una mujer que dedica su vida al trabajo puede llegar a atentar contra la salud. A partir de grandes niveles de estrés, cambios hormonales pueden llegar a afectar los ciclos menstruales. Estos cambios pueden incluso llegar a afectar a tal punto que el sistema de hormonas que posibilitan la ovulación quede bloqueado, aumentando así las tasas de infertilidad.
3. Daños pulmonares
Estos daños se producen más que todo en comunidades en que, a diferencia del punto anterior, el rol de la mujer sigue siendo el de hacerse cargo de la casa. Cuando la cocina es una de las ocupaciones de la mujer, órganos como el pulmón pueden llegar a verse comprometidos. Según la OMS, estar cocinando en fuegos o cocinas tradicionales hace que las mujeres respiren diariamente una mezcla con distintos contaminantes. Derivado de esto, puede dar neumopatía obstructiva crónica. Se estima que casi la mitad de muertes por esta enfermedad están relacionadas con estos humos. Sin embargo, solo el 12% de estas muertes son de hombres.
4. Abuso de alcohol
De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano, las mismas enfermedades se manifiestan de distintas formas en hombres y mujeres. Entre ellas, las enfermedades mentales, cardíacas y de transmisión sexual. Además, destacan de estas diferencias el abuso de alcohol.
Afirman que “si bien los hombres son más propensos a tener dependencia o adicción al alcohol que las mujeres durante sus vidas, los efectos del abuso del alcohol y el alcoholismo son más graves en las mujeres”. Este abuso puede traer consecuencias como un aumento en el riesgo de cáncer de mama, enfermedades cardíacas o enfermedades mentales. Estas últimas dos, por sí mismas, son más graves y más comunes en las mujeres. También puede desarollar síndrome de alcoholismo fetal, una enfermedad en que el afectado es el bebé que nace de una madre que consume alcohol, pues termina por sufrir daños cerebrales y dificultades en el aprendizaje.
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5. Enfoque de género
El enfoque de género es necesario en la salud. Este punto, a diferencia de los anteriores, no habla de una enfermedad en la que mujeres son más vulnerables o no, sino que se centra en la forma de estudiar y concebir la salud mundial. Esto se refiere a que es necesario tomar desde distintos ángulos lo que corresponde a la mujer y al hombre. Actualmente, todo se mete en un mismo paquete, sin darse cuenta que los retos, la calidad de vida, las necesidades, división sexual en el trabajo y acceso a la salud de las mujeres son distintas que las de los hombres.
La mujer hoy en día no es la misma que hace años, sus roles han ido cambiando y la competencia con los hombres ha ido incrementando. De esta manera, de acuerdo con la Revista Española de Salud Pública, ya no es suficiente concebir un enfoque diferencial únicamente cuando se habla de maternidad, sino que es necesario en todos los ámbitos de la salud.
LatinAmerican Post | Juliana Suárez
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