Premier League: una superioridad esperada, pero que debe mantenerse
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Lo logrado por el fútbol inglés en esta temporada de la UEFA no sorprende, pero exige que se sostenga en el tiempo
Yo lo vengo diciendo hace tiempo: la mejor liga de Europa es la Premier League de Inglaterra, más allá de que en la última década el dominio de la Liga de España en Champions League y Europa League ha sido notable. ¿Por qué lo pienso? Porque hay aspectos más allá de lo deportivo, como el mercadeo, la logística y la rentabilidad, que son los que sientan las bases de un campeonato y que hace que tarde o temprano ese proyecto tenga resultados.
Read in english: Premier League: an expected superiority, but one that must be maintained
Y es precisamente lo último que digo lo que considero se está reflejando en este 2019 en la Premier League, que ha arrasado con Europa, al colocar al Arsenal y el Chelsea en la final de la Europa League y a Liverpool y Tottenham en el partido decisivo de la Champions League. Un logro inédito en la historia de competiciones europeas desde que solo están estos dos torneos y que ni siquiera España con el dominio de Sevilla en la UEL y del Real Madrid en la UCL había podido establecer.
Mucha gente respetada en el entorno fútbol, principalmente periodistas internacionales, aseguran que, en Inglaterra, la cultura es algo distinta al resto de las otras principales ligas del viejo continente como España, Italia y Francia, quizá siendo Alemania la más parecida. ¿En qué sentido? Los clubes ingleses les interesa más ganar la Liga doméstica que la competición europea y, de hecho, mucho se repitió que este año 18-19 la Premier era el objetivo principal del Liverpool, lo que ya no pudo ser.
Yo digo o, mejor dicho, pregunto: ¿quiénes somos nosotros para criticar esta cultura, conducta o forma de pensar? Cada liga y cada club es libre de priorizar los objetivos como más le guste. Ahora, tampoco estamos diciendo que, por esa manera de ver el fútbol, antes Inglaterra no dominaba Europa como este año y ahora sí. No, es más profundo, pues se trata de procesos. Hoy clubes como Liverpool, Manchester City y Tottenham cuentan con períodos largos con entrenadores top y una identidad de juego que no posee ningún otro equipo en el viejo continente.
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Las claves del éxito
Al acostumbrado marketing, principalmente hacia el continente asiático (más que para el Latinoamericano), la Premier League se refuerza con árbitros de primer nivel (no es tan común ver polémicas como en España, por ejemplo) y eso que aún no ha llegado el VAR. Su exigente calendario, el único que no se detiene jamás en diciembre, es un trampolín para las ganancias en derechos televisivos y altos índices de audiencia, sobre todo cuando el resto de las ligas están descansando.
La llegada de técnicos extranjeros, con fundamentos y trayectorias de respeto, han insertado nuevas influencias y estilos de juego, lo que ha minimizado un poco el juego aéreo y físico para darle más espacio al juego a ras de piso y la tenencia de la pelota. Jürgen Klopp, Pep Guardiola y Mauricio Pochettino lo han logrado y por eso hoy sus equipos dominan la mejor liga del mundo y destacan con frecuencia en Europa. En menor medida, entrenadores exitosos, pero quizá no con el prestigio de los anteriormente mencionados, como Unai Emery y Maurizio Sarri, al menos, han alcanzado en su primer año ambos la final de la Europa League con sus actuales equipos.
Hay inversión, hay mercadeo, cada vez más los mejores jugadores, con excepción de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, quieren ir más a la Premier League: Eden Hazard, Mohamed Salah, Sergio Agüero, Kevin De Bruyne, Pierre Emerick Aubameyang, Gonzalo Higuaín y Paul Pogba son algunos ejemplos de ello. También están los técnicos ya nombrados y hay que aclarar que no han perdido su esencia de fortaleza física y mental, ahora más equilibrada, lo que les da el traje necesario para hoy ser superiores a los dos grandes monstruos: Real Madrid y Barcelona. Claro que no puede haber conformismo y el objetivo ahora será extender ese dominio en el tiempo.
Conclusiones
España lo logró, pero, más allá de procesos sistemáticos, creo que fue basado en que 'merengues' y andaluces armaron equipos de época con un gen ganador infalible y que suelen ser irrepetibles. Sevilla ganó en 2014, 15, y 16, y Real Madrid en 2016, 17 y 18. No podemos asegurar que Inglaterra repetirá algo así, ni hablar de volver a colocar cuatro finalistas en los próximos tiempos, pero sin duda deben apuntar a eso, porque cuentan con todas las herramientas. Liverpool y City, sobre todo, tienen el potencial para marcar una nueva era.
Después de esta gran gesta, el mundo fútbol no le perdonará no colocar a sus equipos en las fases finales de Champions o, peor aún, volver a esperar siete años para quedarse con la máxima gloria europea. Así lo vemos.
LatinAmerican Post | Onofre Zambrano