Latam Booklook:”Los ingrávidos” de Valeria Luiselli
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La realidad y la ficción se entremezclan en esta narración de un mujer que se afantasma poco a poco y cuya vida se mezcla con de Gilberto Owen, el poeta mexicano
¿De qué se trata?
Hay dos personajes: uno es una mujer, cleptómana y mentirosa, que relata su vida en Nueva York como editora y traductora, y su vida como madre de un hijo mediano y una bebé; otro es el alcohólico y divorciado Gilberto Owen, poeta mexicano del S. XX, que cuenta sobre sus días en Manhattan en los años de la Gran Depresión y sobre sus últimos días en Filadelfia cuando ya se estaba quedando ciego. Todos estos relatos suceden al mismo tiempo, se intercalan, se sobreponen, separados solo por un asterisco.
Con esa estructura, Los ingrávidos (Sexto Piso, 2011) se construye a partir de fragmentos, algunos que tratan sobre anécdotas, otros sobre la escritura, unos son diálogos y casi ninguno de más de una página de extensión. Como dice la protagonista, "Yo tengo una bebé y un niño mediano. No me dejan respirar. Todo lo que escribo es -tiene que ser- de corto aliento. Poco aire". Es como leer entradas pequeñas en un diario, solo que en este caso no son confidencias, sino historias de fantasmas o, mejor, de dos personajes en proceso de afantasmarse.
A medida que se avanza, la mujer y sus relatos sobre sus amantes, sobre sus amigos y la falsificación de un manuscrito van desapareciendo, volviéndose más cortos, mientras se abre lugar la voz de Owen, que es el doble y el fantasma de la mujer. Así, él comienza a hablar sobre Lorca y otros poetas, sobre sus tertulias y experiencias de embraguez. No sabemos nunca si son los manuscritos que la mujer falsifica o si es la vida que ella empieza a vivir en su cabeza entre más afantasmada está. Es una historia que no lo deja a uno en terreno firme, uno flota entre palabras, como un ingrávido.
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¿Quién lo escribió?
Valeria Luiselli creció en el desarraigo, por lo menos geográfico. Su familia se mudo a Wisconsin cuando ella tenía 2 y, de ahí en adelante, su vida fueron continuos desplazamientos por el cargo diplomático de su padre: Korea del sur, Sudáfrica, Costa Rica e India fueron algunos de los lugares donde vivió. Justamente después de este último, donde quedaba el internado donde estudió, decidió irse a México a estudiar filosofía en la UNAM. "Decidí que debía regresar a México y convertirme en mexicana", dijo para The New York Times.
Actualmente, vive entre Nueva York y Ciudad de México. Ha publicado cinco libros, que varían entre novelas y ensayos, o una combinación de ambos. Su último libro, Lost Children Archive, fue escrito originalmente en inglés, otra demostración de que sus pies están no solo entre USA y México, sino también entre dos lenguas. Ha escrito artículos para revistas americanas como The New Yorker o Dazed & Confused y otras del mundo hispano como Letras Libres o Etiqueta. Por último, ha ganado el American Book Award (2018) y el Metropolis Bleu (2016).
Mujeres juntas #MeTooEscritoresMexicanos #Manifiesto
— Valeria Luiselli (@ValeriaLuiselli) 27 de marzo de 2019
¿Lo leo o no?
Sí, lo recomiendo, sin dudarlo. En un mundo en el que las voces son fragmentarias, los episodios cortos y la vida de dos personajes se construye medida que somos testigos de su desaparición, hay dos ideas que le dan mucha solidez literaria a esta novela cuya narración se vuelve cada vez más inmaterial.
Por un lado, Luiselli construye lo que ella llama una novela vertical, es decir, una novela que no se lee con lineas de tiempo cronológicas y organizadas, una que se lee como mirando al cielo en el que suceden muchas cosas a la vez, en distintos tiempos, pero todo entretejido, todo entendible en su lógica distinta. Lo que sorprende es la claridad que deja en el lector de lo que sucede, de quien habla y de cómo se está refiriendo a un tiempo específico. Esto lo hace trayendo a colación objetos, personajes y hasta referencias usadas anteriormente. Así, el manejo de varios tiempos no es confusa, sino que construye la atmósfera precisa para entender cómo alguien se afantasma.
Por otro lado, no solo los personajes desaparecen poco a poco, sino que el lenguaje va perdiendo su materialidad. Inicialmente, los puentes y los detalles de lo que comentan los personajes tiene solidez, se nota el hilo que une sus palabras, la lógica terrenal detrás de ellas. Pero esto se va perdiendo a medida que avanza, las observaciones no se guían por el seguimiento de una idea, sino por fragmentos lanzados en otras páginas, las palabras se vuelven más cortas y con menos sentido, y los límites entre los distintos tiempos se van desdibujando. En esta lógica de la desaparición, no solo somos testigos de cómo los personajes se desintegran, sino también como en sus palabras se vuelven el fantasma del otro. Es decir, no se vuelven la misma persona, sino el mismo espacio vacío, sin cuerpo.
Si quiere experimentar el proceso de ir desapareciendo con los personajes, sin saber dónde se está ni el tiempo en el que se encuentra, este libro puede ser para usted.
LatinAmerican Post | Juan Gabriel Bocanegra
Copy edited by Vanesa López Romero