La novela del Brexit parece no tener fin
El futuro del Reino Unido es incierto y más aún cuando Johnson anunció una recesión del parlamento que duraría alrededor de un mes
Manifestantes pro y anti-Brexit chocan en la Plaza del Parlamento. / Via REUTERS
LatinAmerican Post | Laura Guevara
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La novela del Brexit parece no tener fin. Tras un turbuloso referéndum apoyado por Theresa May, en donde alrededor del 52% de los británicos estuvieron de acuerdo en abandonar la Unión Europea, el Reino Unido comenzó su largo y tormentoso camino para su salida.
La primera víctima que cobró el Brexit fue nada menos que David Cameron, el ex primer ministro, duró en el cargo desde el 2010-2016, quien renunció tras los resultados y quien dejaría el cargo tres meses después para ser sucedido por Theresa May.
May, nombrada como nueva primera ministra, se encaminaba a ser todo lo posible para que el Reino Unido hiciera su salida sí o sí. De hecho, fue ella quien decidió activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa, el cual permite “un punto de no retorno definitivo para un país que desee abandonar la estructura comunitaria de forma oficial”, de acuerdo con EuroNews.
Los principales retos, en ese entonces para May, recaían en el vacío económico que el país iba a dejar tras su salida de la Unión Europea y, por supuesto, la tensión en la frontera con Irlanda, uno de los puntos a tratar más importantes pues con cualquier movimiento en falso la tensión entre las dos Irlandas e Inglaterra podría ocurrir.
Entre reuniones y discusiones acerca del futuro del Brexit, May presentó un borrador sobre los requisitos y acuerdos de la salida de la Unión Europea. El que sería el acuerdo, fue rechazado tres veces, y ahí May comenzó a padecer. La fecha de salida se estipuló para el 29 de marzo, cosa que no sucedió. Después se planteó el 12 de abril como la segunda fecha, que tampoco se cumplió.
May, que seguía con la idea de salir de la Unión Europea a toda costa, no conseguía el apoyo necesario del parlamento, quien votación tras votación seguía oponiéndose a todo lo que la primera ministra propusiera. Tanto fue así, que la segunda víctima del Brexit cayó: Theresa May renunció a su cargo el 7 de junio del 2019.
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La nueva era de Johnson
Con su salida, Boris Johnson, periodista y miembro del Partido Conservador, se posicionó como Primer Ministro del Reino Unido el 24 de julio del 2019. Johnson, conocido por sus excentricidades y a menudo comparado con Donald Trump, ha sido asesorado por Dominic Cummings quien ha sido pieza clave ( el que más ha apoyado) la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
Tras acabarse el receso de verano del parlamento, Johnson realizó su primera obra polémica como Primer Ministro. Alrededor de “21 diputados conservadores fueron expulsados del grupo parlamentario y del partido por aliarse con la oposición e intentar frenar un Brexit sin acuerdo”, de acuerdo con El País.
Lo anterior, debido a que Johnson ha fomentado que para el 31 de octubre el Reino Unido dejará definitivamente la Unión Europea, sea o no sea con acuerdo. Una medida que usó para evitar que los miembros del parlamento protestaran con una salida sin un acuerdo, ya que la mayoría estaría objetando por un ‘Brexit Duro’, en el cual “el Reino Unido saldría de la Unión Europea sin un acuerdo en el proceso de 'divorcio'. De esa manera, el Reino Unido abandonaría el mercado único y la unión aduanera, diseñados para facilitar el comercio entre los miembros de la UE”, como lo explica BBC.
Y lo lograron. Pues, tras una jornada de dos días, la Cámara de los Comunes logró aprobar una ley que delimita los pasos que el Reino Unido tiene que seguir para su próxima reunión con el Consejo Europeo (17 y 18 de octubre).
Además, el viernes, la Cámara de los Lores aprobó otra ley que obligaría a Jhonson a “a solicitar una prórroga del Brexit a la Unión Europea para el 19 de octubre si no logra que se ratifique un acuerdo o un permiso expreso del Parlamento para una salida desordenada del bloque comunitario”, según La Vanguardia. De esta manera, la nueva fecha para efectuar el ‘divorcio’ sería el 31 de enero de 2020.
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Reino Unido: Un futuro incierto
Con las votaciones y los rechazos constantes del Parlamento a las proposiciones de Johnson, pareciera que la historia se repitiera de nuevo. Johnson, partidario de salir de la Unión Europea como sea, ha manifestado que no estaría dispuesto a pedir una nueva prórroga a la organización y que no le importaría si la salida se da sin un acuerdo.
De suceder lo anterior, escenario que ha sido contrarrestado con la ley, aún podría suceder. Lo anterior debido a que la ley contempla que en el Brexit duro se podría dar si el Parlamento lo aprueba. Si ocurre lo anterior, no es un secreto que quién perdería más es el Reino Unido, siendo el sector económico uno de los más afectados.
Según las especulaciones del Fondo Monetario Internacional, se produciría un colapso financiero, donde el dólar y el euro superarían el precio de la libra, por ende esta se devaluaría; las exportaciones caerían (por ejemplo el whiskey); las aerolíneas tendrían que subir sus precios, sumado a la disminución del PIB y el aumento del desempleo.
De igual manera, la economía de Irlanda del Norte está altamente ligada a la del Reino Unido. Standard & Poor's, una agencia de calificación de riesgo, estimó que las exportaciones al Reino Unido equivale al 8.5 por ciento del PIB. Asimismo, una salida si acuerdo podría tener como consecuencia que Irlanda entre en recesión .
Ahora, si Johnson logra crear un acuerdo con el que tanto el Parlamento como la Unión Europea estén de acuerdo, algo que no ha sido posible lograr, el Reino Unido podrá por fin realizar su salida. Algo que hasta el momento no es viable, puesto que si bien la ley recientemente aprobada indica que el primer ministro tiene hasta el 19 de octubre para presentarla, Johnson se ha mostrado reacio ante esta posibilidad.
También está la posibilidad de presentar una tercera prórroga, algo que al primer ministro no alegraría tanto, sin embargo la aprobación de la Unión Europea sería clave. Y, dado las extensiones anteriores, una tercera no sería un problema, y más si la otra opción es una salida sin acuerdo.
Entretanto, el futuro del Reino Unido es incierto, y más aún cuando Johnson anunció una recesión el parlamento que duraría alrededor de un mes,iniciaría el 10 de septiembre y terminaría el 14 de octubre. Asimismo, se espera que este lunes el primer ministro vuelva a llamar a votaciones el adelanto de las elecciones generales anticipadas, para que éstas sucedan el 15 de octubre