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Crisis en Bolivia: ¿realmente hubo golpe de estado?

El debate desde que Evo Morales anunció su renuncia como presidente de Bolivia ha girado alrededor de si las causas constituyeron o no un golpe de Estado. 

Grupo de policías durante las marchas en Santa Cruz, Bolivia.

Grupo de policías durante las marchas en Santa Cruz, Bolivia. / Foto: EFE

LatinAmerican Post | Juliana Suárez

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Según el ex presidente, la oposición lo obligó a renunciar, atribuyendo un ataque contínuo que llevó a un golpe de Estado. Como respuesta al denominado golpe, no solo Morales sino también quien era su vice presidente y varios miembros del gabinete también renunciaron. El sustento principal de su argumento es que las Fuerzas Armadas se fueron en contra de él en los momentos antes a su renuncia. Desde entonces, miembros policiales han estado en las calles rebelándose en contra de su gobierno.

Pero al otro lado de la ecuación está la oposición, algunos sectores políticos, la ciudadanía e incluso esa parte de las Fuerzas Armadas que se volteó en contra, quienes no aceptan que haya sido un golpe de Estado, o que la vida del exmandatario corra peligro. Se remiten a denunciar el fraude de las elecciones del 20 de octubre, basándose también en que la OEA afirmó que había habido “irregularidades”, y se remontan también a 2016 cuando ganó un referéndum que debía impedir que Morales se lanzara a un nuevo mandato, pero éste igual lo volvió a hacer.

En los días que sucedieron al anuncio de Morales, primero se especuló que su avión se dirigía a Argentina en busca de asilo. Después se conoció que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, le daría asilo político, por lo que durante los primeros días de la semana se supo que el mandatario de origen indígena había llegado a México.

Después de la noticia de Evo, la vice presidenta segunda del Senado, Jeanine Áñez, se posesionó como presidenta. Áñez, de oposición, llega con el aval del Tribunal Constitucional y el apoyo de los partidos opositores. Por el contrario, los partidos afines al gobierno, especialmente el Movimiento Al Socialismo (MAS), partido de Morales, rechazan esta sucesión. Como acto de protesta, los diputados de la Cámara, que son mayoría afín a Morales, se abstuvieron de votar. Esta autoproclamación se da de una manera similar a la de Juan Guiadó en Venezuela, pues la falta de legitimidad del gobierno permite a la oposición tomar el poder mientras hay unas elecciones.

Lea también: Crisis en Bolivia: Evo Morales renuncia

Áñez afirmó que realizarán votaciones lo más pronto posible para conocer quién será el próximo presidente de Bolivia. El partido del anterior gobierno, MAS, utiliza esta autoproclamación como otro de los argumentos para asegurar que hubo un golpe de Estado. Por lo mismo, aseguran que su autoproclamación es inconstitucional.

Tan solo 24 horas después de aterrizar en México, Evo Morales afirmó que estaba listo para volver a Bolivia y su intención es llegar al diálogo con todos los sectores para que no continue la crisis en el país. En conversación con El País, el expresidente aseguró que tuvo que renunciar pues desde el 21 de octubre, día siguiente a las elecciones, comenzó el golpe de Estado con la falsa acusación de que había habido fraude.

“Mi pedido es que haya un diálogo nacional, donde estén los comités cívicos, las fuerzas políticas, la derecha, donde estén los movimientos sociales, el Estado, el Gobierno. Si Álvaro [García Linera – quien era su vicepresidente] y yo hemos renunciado es para pacificar, para que no sigan con violencia”, afirmó Morales a El País.

 

 

A pesar de lo que puede verse como una derrota para MAS y para Morales, el ‘escándalo’ adjudicado a un golpe de Estado fortalece aún más su partido y la izquierda boliviana, que tiene muchos adeptos. En ese sentido, dice el sociólogo Fernando Mayorga para BBC, “se vuelve más relevante, porque es una víctima. Su imagen crece, sobre todo internacionalmente. Su defensa se convierte en una causa para sus seguidores”.

Lo cierto es que Morales y Bolivia han estado en el centro de las miradas los últimos días, e importantes e internacionales medios como The Guardian y The Economist han hablado del presunto golpe de Estado. Entre esta discusión ha surgido un factor más importante y es la necesidad de centrarse en el pueblo de Bolivia, que desde las elecciones ha estado más dividido que nunca. Protestas en contra y a favor del Evo se han tomado las calles durante días.

Durante estas manifestaciones, según la organización Human Rights Watch (HRW), al menos tres personas han muertos y cientos más están heridos o arrestados. En medio de estas acciones, ha habido denuncias por el uso excesivo de la fuerza, un hecho que ha terminado por ser perjudicial en las manifestaciones en todas partes del mundo.

Ante la incertidumbre que permea actualmente en Bolivia, Jose Miguel Vivanco, director para las Américas de HRW, dijo que “en medio de la crisis política y social en Bolivia, la OEA debe continuar su rol de líder”.

La OEA, después de su auditoría para verificar el posible fraude en las elecciones, en el que determinó que había "irregularidades", ha mostrado el apoyo a la actual presidenta Áñez para que se realicen unas elecciones legítimas. El Secretario General, Luis Almagro, afirmó que habrá una misión de la OEA en Bolivia para asegurarlo.

 

 

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