Latin American Fashion Summit: transformación de la moda
La Latin American Fashion Summit en Colombia dejó en evidencia uno de los más importantes cambios de la moda al juntarse con el mundo digital: los influenciadores.
Conversatorio durante el LAFS con Carolina Herrera y Carmen Busquets. / Foto: instagram.com/latinamericanfashionsummit
LatinAmerican Post | Juliana Suárez
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Del 12 al 16 de noviembre se llevó a cabo la Latin American Fashion Summit, un evento que, además de ser una muestra de moda juvenil, urbana y totalmente adaptable el mundo de hoy en día, fue un acercamiento y ejemplo de la transformación actual de ese lujoso mundo en la era digital.
No es un secreto que el mundo digital está transformando los distintos sectores de la sociedad, desde la política hasta el entretenimiento. En ese cambio, las empresas, figuras públicas y organizaciones –toda la sociedad– se han tenido que adaptar a las plataformas que ahora resultan ser una herramienta esencial para llegar al público. El mundo de la moda no ha sido la excepción y, por el contrario, ha sido uno de los sectores que más le ha sacado provecho a los contenidos digitales.
En esa ecuación, los influenciadores han tenido un rol principal, incluso haciendo que la labor mediática del periodismo de moda emerja a ciertos tipos de contenido que ellos no pueden desempeñar, pero quitándole protagonismo a viejos roles. Siendo así, algunas marcas y eventos han sacado provecho de este cambio que permite llevar la moda, incluso las marcas de lujo, a cualquier persona que solo deba tener acceso a internet. Los espectadores ahora viven las semanas de la moda y las últimas tendencias desde la comodidad de su hogar a través de creadores de contenido que permiten crear un vínculo entre la moda y el usuario.
Este evento, LAFS por sus iniciales, tuvo su segunda edición en Cartagena, Colombia. Durante los días del evento, diseñadores e importantes figuras en los medios y la industria de la moda se reunieron a hablar en páneles sobre distintos temas que conciernen no solo a la moda en general, sino las necesidades específicas de la región.
Moda sustentable, la importancia de la celebración cultural, inclusión y empoderamiento del talento local fueron algunos de los temas más importantes teniendo en cuenta el momento en que se vive, donde el fast-fashion y la apropiación cultural están teniendo un giro en torno a la responsabilidad tanto del productor como el usuario.
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Importantes figuras globales hicieron parte como Francisco Costa, el brasileño y antiguo director creativo de Calvin Klein, y Carolina Herrera, diseñadora venezolana y directora de la casa de moda que lleva el mismo nombre. Por su parte, eventos, cenas, y noches de gala también estuvieron presentes en la ciudad más turística y glamorosa de Colombia. Diseñadores colombianos como Silvia Tcherassi y Esteban Cortázar hicieron parte de la agenda.
Pero más allá de que el evento buscaba impulsar el mercado latinoamericano destacando desde los más reconocidos diseñadores hasta pequeñas marcas que empiezan a llegar al mercado, en el evento destacó también ese importante rol del influenciador. Muchos de los asistentes hacían parte de este sector de la moda, en donde las redes sociales juegan un papel fundamental.
La cobertura, al fin y al cabo, no llegó a los apasionados por la moda únicamente gracias a grandes medios tradicionales como Vogue, sino los mismos asistentes fueron los encargados de destacar lo más importante. Teniendo en cuenta esta presencia digital y fashionista, el Street Fashion (moda callejera), lo que en eventos como estos es considerado como las prendas más vistas en los asistentes, y no en las pasarelas, tuvo un componente esencial. Este acercamiento a la moda deja ver que la industria no es solo para las modelos ni es un imaginario inalcanzable, sino que por el contrario ha dejado de ser un lujo y es material y alcanzable.
Por lo mismo, la convención no solo tenía grandes diseñadores, sino que las pequeñas empresas y exponentes que apenas empiezan a buscar su lugar en la moda también pudieron destacar. Para ello, había un pabellón en una locación del Centro Histórico de la ciudad, donde marcas podían mostrar sus productos y todos los asistentes podían acudir durante los días del evento.
Casa 1537 fue el lugar donde esto ocurrió, pero es no fue todo. Precisamente gracias al transformación de esta industria a un mundo más asequible para todos, el evento también contó con espacios de networking para que emprendedores y diferentes sectores de la moda pudieran tener espacios para conocerse y crecer en conjunto, aprovechando el apoyo por ser de la misma región. Así, el empoderamiento latinoamericano no solo estuvo presente desde las charlas y páneles sino también en cada uno de los asistentes.