ANÁLISIS

¿Por qué las personas se vuelven vegetarianas?

No es solo dejar de comer carne, es un revolcón de la vida por completo que impactará tu mundo interior y exterior.

Verduras exhibidas en un supermercado.

Verduras exhibidas en un supermercado. / Foto: Unsplash – Imagen de referencia

LatinAmerican Post | Natalia Isaza

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Read in english: Why do people become vegetarian?

Hay tres razones principales por las cuales las personas adoptan esta dieta sin proteína animal (hablando solo de esta, sin tener en cuenta los múltiples tipos de vegetarianismos que existen), lo pueden hacer por una cuestión de salud, también por un proceso espiritual o por cuidado al medio ambiente, o simplemente por las tres. No vengo aquí pretendiendo volver vegetariana a toda persona que me lea, pero si quiero compartirles y generar conciencia acerca de todos los beneficios y las contribuciones positivas que trae consigo el llevar este estilo de vida, tanto individualmente, para el propio cuerpo, como colectivamente para el mundo. 

Voy a empezar hablando de la cuestión de salud, que es una de las mayores  razones por las que las personas adoptan esta dieta. Empecemos por entender que simplemente muchas personas pueden ser intolerantes a la carne, reflejándose en hinchazón del estómago, diarrea, estreñimiento, cansancio constante, halitosis y pérdida de masa muscular. Por otro lado, está el hecho de buscar mantener más y mejor energía, disminuyéndole trabajo innecesario al cuerpo, debido a lo pesada que es la carne para nuestro sistema digestivo.

La carne permanece alrededor de cuatro horas en el estómago, mientras que las frutas, las verduras y los granos duran solo una. Debemos tener en cuenta que en nuestro intestino la carne puede durar hasta 3 días en salir, lo que quiere decir, que todo ese tiempo nuestro cuerpo está gastando energía en digerir dicho alimento. Energía que podría estar siendo utilizada en otra actividad si simplemente ingiriéramos alimentos de más fácil digestión. 

Ahora bien, están aquellas personas que deciden tomar dicha decisión por un proceso espiritual. La premisa básica y central es la No violencia, que trae consigo el no dañar a ningún animal, es decir, no consumir ningún animal muerto, pero también no aportar a su sacrificio o muerte violenta. ¿Muy fácil de entender, cierto? Pero a la hora de llevarlo a cabo es más complejo, teniendo en cuenta que muchos espacios sociales giran alrededor de la carne, como lo es un BBQ, una picada entre amigos o familiares, etc.

Otro de los aspectos, que a mi personalmente se me ha dificultado un poco más, es el hecho de que no hacerle daño a ningún animal, los engloba a todos. Eso también incluye a los zancudos, las cucarachas y demás animales con los cuales nuestra primera reacción por costumbre es aplastarlos. Es difícil desaprender esas conductas, pero no imposible.

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Por último, está el hecho de irnos más allá de nuestro propio cuerpo, el reflexionar acerca de todo el proceso que trae consigo el llevar un plato de carne a la mesa. La producción, por ejemplo, de una hamburguesa de cuarto de libra, requiere de 1.650 litros de agua. Un recurso que comercializamos como si no fuera a acabarse jamás y como si no fuera indispensable para vivir. Como este, hay muchos otros recursos que se gastan en la producción de carne y que por sí solos podrían alimentar a una mayor cantidad de ciudadanos.

Las personas usualmente comienzan este proceso por una de las tres razones mencionadas, pero claramente están contribuyendo a las tres, a veces sin pensarlo o reflexionarlo. Las consecuencias que trae consigo una dieta vegetariana son más positivas que negativas, aunque constantemente suele ser difícil por el contexto en el que nos desarrollamos.

Cuando se decide vivir en consciencia es un poco más complejo que vivir en la ignorancia o el importaculismo, como se dice por ahí, porque nos empezamos a cuestionar acciones y hábitos que estaban muy arraigados en nosotros desde pequeños y que continuamente la misma sociedad nos está recalcando. A veces se puede sentir como nadar a contracorriente, sin embargo, si los porqués de la decisión están muy claros y son fuertes para cada persona que tome la decisión, este cambio de vida será sencillo. De esta forma se reafirma la premisa de que dichas acciones obedecen a un propósito mayor, teniendo en cuenta que no es solo dejar de comer carne, es un revolcón de la vida por completo que impactará tu mundo interior y exterior.

 

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