¿Qué cambios trae el uso prolongado de los videojuegos en la cuarentena?
Debido a la cuarentena, los juegos online se posicionan como una alternativa para socializar con amigos.
Los videojuegos son una alternativa para socializar en medio de la cuarentena. / Foto: Pexels – Matilda Ajenjo
LatinAmerican Post | Ariel Cipolla
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Internet está salvando la cuarentena. Aunque parece una afirmación bastante drástica, la realidad es que estamos atravesando una situación atípica, en el sentido en que la socialización está cambiando. Como ahora los encuentros entre amigos están prohibidos o no son recomendados, las formas de “pasar el rato” se transforman.
Uno de los medios más usados por los jóvenes son los videojuegos. En este sentido, los títulos en línea, que permiten partidas en vivo con amigos, están siendo realmente exitosos. Por ejemplo, el medio El Gráfico menciona que el Parchís online está siendo un auténtico éxito entre los jugadores, que se reúnen en salas para tener partidas.
Aunque la creciente utilización de los videojuegos como medio de interacción con los seres humanos ya estaba en auge hace bastantes años, la realidad es que hoy parece ser la única opción posible. Esta situación podría traer distintas consecuencias, por lo que decidimos analizar qué cambios están ocurriendo con el apogeo de los juegos online y cómo podría repercutir en el futuro.
Los juegos online como una forma de socialización entre los más jovenes
Aunque muchas personas se divierten y la pasan realmente bien delante de sus pantallas al usar un juego en línea, la comunidad gamer no siempre es tan amigable como parece. Por ejemplo, el medio Líbero de Perú comenta que el League of Legends, uno de los títulos más exitosos del momento, tiene una gran cantidad de jugadores “tóxicos”, que se dedican a perjudicar a los miembros de las partidas.
Entonces, lo que, a priori, debería ser un momento de satisfacción y de disfrute, puede volverse un momento de frustración. Si a esto le sumamos el aburrimiento por el encierro y la necesidad de cumplir con responsabilidades desde casa, parecería ser que los videojuegos no siempre pueden ser ese medio para pasarla bien.
Sin embargo, esos no serían los únicos problemas que podrían ocurrir con la exposición prolongada a los juegos en línea. La web de Ámbito comenta que la pandemia “agrava la situación de la ciberadicción”. O sea, como tenemos más tiempo libre y menos posibilidades de salir al mundo exterior, los recursos virtuales parecen ser la única opción para distendernos.
Otro problema se da también en la idea de la multiplataforma. Anteriormente, la única posibilidad de jugar era a través de las consolas o las computadoras. Sin embargo, hoy tenemos una amplia gama de dispositivos por los cuales podemos estar conectados para tener una experiencia lúdica en línea, sintiéndola bastante cercana gracias a la posibilidad de usar micrófonos e incluso videollamadas.
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O sea, no hay ningún momento en el que “paremos” para dejar de estar conectados. Siempre habrá una aplicación que nos estará esperando para que entremos, o un amigo que buscará que nos unamos a una partida en línea. Incluso estando acostados, que se supone que es un momento para descansar, tenemos una pantalla en frente nuestro, que estará esperando que la usemos para ese propósito. Además, también es curioso que, cuando no estamos jugando, también podemos consumir contenido de ese estilo, como el hecho de mirar vídeos de youtubers que se dedican a realizar streamings de partidas.
En el caso de los niños, la situación es un poco más compleja. Cualquier padre siempre querrá que estén protegidos, pero resulta verdaderamente difícil controlar qué clases de juegos utilizan. Por ejemplo, la web de La Nación menciona que “no es lo mismo que jueguen al FIFA que al Fortnite”, ya que el segundo tiene un componente de violencia que el primero no.
Aunque la responsabilidad parental es importante en estos casos, también lo es saber que los videojuegos pueden ser una excelente alternativa para socializar en tiempos de aislamiento social. Si bien debemos controlar el tiempo que pasamos frente a las pantallas -e incluso el tipo de contenido que consumimos-, la tecnología puede facilitar, a veces, la cercanía virtual con amigos.