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Así se convirtió Orlando en la capital mundial del baloncesto

Conozca los detalles de la decisión más difícil para el mejor baloncesto del mundo en su historia.

Jugadores en una cancha de basquetbol.

Orlando se convirtió en la ciudad sede para el final de esta temporada en la NBA. / Fotos: Unsplash – Imágenes de referencia

LatinamericanPost| Onofre Zambrano

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Read in english: How Orlando became the basketball capital of the world

La decisión está tomada. La NBA despliega un dispositivo logístico nunca antes visto para reunir a más de mil personas dentro de una burbuja, sin contacto con el exterior, para jugar básquetbol y terminar una inusual campaña durante 90 días a partir del 31 de julio.

Los motivos por los que se puso la mirada en Disney World es el complejo deportivo que reúne los requisitos ideales para fabricar el escenario apropiado que esquive la pandemia y reanude la Liga.

La NBA es la liga deportiva profesional que más presión tiene para reanudar su campaña puesto que las Grandes Ligas apenas estaban en pretemporada cuando inició la pandemia, la NFL estaba muy lejos de arrancar, y la NHL no tiene la difusión nacional y global de las restantes.

Lo más difícil de todo esto fue decidir si jugar directo los playoffs, o si jugar lo restante de temporada regular con quienes podrían clasificar aún. Por justicia, prevaleció lo segundo. No eran buenas las formas.

 

Lo primero: Control sanitario

Eso sí, todo será bajo una premisa: seguridad sanitaria a través de 15 mil pruebas rápidas, simples y fiables de coronavirus. La orden es que el personal que no presente síntomas de enfermedad no se las practique para evitar reacciones adversas de la población estadounidense que pueda considerarlo un agravio comparativo.

Para garantizar el estricto cumplimiento de los protocolos de seguridad, Tim Bontemps de ESPN confirma que la NBA utilizará agencias locales, estatales y federales de seguridad, así como entes privados contratados para la ocasión y que actuarían fuera del campus.

Los expertos apuntan a pruebas semanales, mientras los radicales prefieren que las pruebas sean diarias. Pero el punto más delicado en esto radica en que la NBA no pueden utilizar pruebas si no hay disponibilidad para la salud pública en hospitales públicos y privados para la gente común y corriente. Aplausos para Adam Silver, comisionado de la NBA, quien manifestó “primero los enfermos, luego nosotros”.

En el caso de los jugadores, la prevención se establecerá en tres fases. La primera, dos semanas en cuarentena en sus ciudades, la segunda con el trabajo individual desde sus casas, y la tercera, ya en los pabellones, dos o tres semanas de entrenamiento grupal.

 

Más pérdidas que ganancias

Lo inevitable es que esta ya es una temporada con pérdidas, por lo que la NBA al igual que la MLB se protege de pérdidas más prolongadas. La no venta de boletos (porque no habrá público en las gradas) más otros rubros propios de una temporada normal indican que las pérdidas sobrepasan los dos billones de dólares.

Las franquicias que seguirán en competencia son los que aún tienen posibilidades matemáticas de jugar la postemporada junto a algunos virtualmente clasificados.

De acuerdo a ESPN, la liga debió desembolsillar más de 150 millones para hacer posible la terminación de la temporada en territorios de Walt Disney. "Sentimos la obligación de nuestro deporte y de la industria de encontrar alguna normalidad pese a que no es nada económico, por el contrario, es sumamente caro", manifestó Silver, a la Revista Time.

En total, quedan por jugar poco más de 100 encuentros de temporada regular más las tradicionales cuatro rondas de playoffs. Los jugadores al menos retendrán más de $600 millones en salario, que también perdían si la temporada se hubiese cancelado.

Tampoco es inédita una situación como esta para la NBA, pues ya vivió similares en 1995, 1996, 1998 y 2011. En el caso de los dos últimos mencionados hubo un recorte de 32 y 16 jornadas de la fase regular, pero un recorte con un impacto negativo como este, jamás había ocurrido desde su nacimiento en 1946.

Lea también: Los favoritos a ganarlo todo en la NBA

¿Por qué Orlando?

Serán 22 los equipos que jugarán el resto de la campaña y a ellos se les debe anexar personal logístico en tres centros de hospedaje diferentes, y encargados de comida, transporte, pruebas diarias de coronavirus, seguridad, soporte médico y por increíble que parezca, entretenimiento.

Un aproximado de 33 días jugando dos partidos en varios pabellones para acabar la liga regular y 55 días más para los playoffs, con un mínimo de fechas libres que permitan un descanso.

El programa establece que se cerrará el perímetro que involucra a los hoteles y demás establecimientos necesarios para la gente sin credenciales de ingreso. Para ello, será habilitado un centro de inteligencia que vigilará las amenazas y puntos de chequeo en beneficio de los autorizados.

El complejo ESPN Wide World of Sports de Disney World cuenta con tres pabellones deportivos y capacidad hotelera en 89 hectáreas. Los pabellones son el HP Field House, y un gimnasio adyacente, ambos con buenos aforos, aunque no necesiten público esta vez. Allí, se han disputado eventos de la WNBA y la JR NBA Global.

En el Visa Center se pueden instalar hasta seis canchas de baloncesto. También está el The Arena, un recinto para gimnasia, pero que es adaptable al baloncesto.

Aparte de estas ventajas, hay otros dos factores de peso en la elección de Orlando. El complejo hotelero que incluye dos muy cercanos al Wide World of Sports y, los vínculos entre Disney World y NBA, y Disney, el emporio comunicacional con ESPN -propiedad del mencionado- y uno de los principales canales con derechos de transmisión de este evento. Todo en familia.

 

Lo no tan positivo

Precisamente es la familia la que más sacrificios tendrá que hacer, porque se desconoce qué impacto puede tener en los jugadores el estar lejos de sus seres queridos por un período tan prolongado de tiempo.

Como era de esperarse, la decisión también ha encontrado críticos dentro del mismo circuito. Son ellos, el ex jugador Patrick Ewing, de 57 años, y los entrenadores Gregg Popovich (71) y Mike D’Antoni (68), contagiados con Covid19, así como el coach asistente de los Toronto Raptors, el italiano Sergio Scariolo.

 

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