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De refugiada a futbolista profesional: la increíble historia de Nadia Nadim

La nacida en Afganistán, actualmente en el PSG, ha construido una carrera en el fútbol con mucho esfuerzo y talento.

Nadia Nadim

No es fácil nacer en Afganistán, principalmente para las mujeres, quienes han visto como sus derechos se han limitado radicalmente. Foto: IG-nadi9nadim

LatinAmerican Post | Theoscar Mogollón González

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Read in english: From refugee to professional footballer: the incredible story of Nadia Nadim

El mundo del fútbol está lleno de historias emocionantes, de lucha, constancia, y sobre todo de superación. Hay orígenes difíciles de digerir, pero que gracias a un vuelco de 180 grados terminan siendo un motivo de impulso hacia un mejor presente. Justamente, la vida de Nadia Nadim ha estado marcada por eso, obstáculos que debió superar para llegar a convertirse en todo un ejemplo de inspiración para niñas, niños y adultos.

No es fácil nacer en Afganistán, principalmente para las mujeres, quienes han visto como sus derechos se han limitado radicalmente. Un 2 de enero de 1988, en la ciudad de Herat, comenzaba la historia de Nadia, la segunda de cinco hermanas, que tuvo que vivir en carne propia el terror de una guerra civil. Sus primeros años de infancia fueron felices, donde incluso llegó a conocer por primera vez un balón de fútbol gracias a su padre, según relató en una entrevista a EFE. Pero lo peor estaba por venir.

Con el estallido de la guerra que condujo a los talibanes al poder de Afganistán en 1996, la pequeña Nadia de 8 años debió lidiar con el asesinato de su padre, un General del Ejército, a manos de los rebeldes. El inicio del conflicto, el olor a cuerpos quemados, el silbido de los misiles, así como esa sensación de no sentirse segura, pasó a convertirse en el día a día de esas seis mujeres. La única opción que había era huir a como diera lugar, y eso hicieron.

Dinamarca, la tierra de las segundas oportunidades

Salir de una nación en guerra no es fácil, sea en el continente que sea. Nadia ya contaba con 11 años cuando ella, su madre y hermanas se embarcaron en esa peligrosa misión. Pagaron a un traficante de personas para viajar de Kabul hasta Pakistán en un minibús. Desde allí pusieron rumbo a Italia, con pasaportes falsos, para finalmente llegar hasta Dinamarca escondidas en el interior de un camión. Toda una odisea que tuvo un camino con final esperanzador.

«Ningún menor debería pasar por esto, pero así es la vida. En ese momento no podía hacer nada, aunque ahora me siento feliz por haber tenido una segunda oportunidad y haber superado ese trauma gracias a mi fuerza mental». – Nadia Nadim

La adaptación en el país nórdico fue complicada, pues antes de conseguir el asilo debieron pasar varios meses en distintos campos de refugiados. Estando allí fue cuando visualizó  por primera vez a niñas practicando fútbol, en un terreno cerca del campamento. Al verlas supo instantáneamente que eso era lo que quería hacer, y no se detuvo hasta conseguir sus primeras oportunidades. Tiempo después, Nadia se destacó del resto por su talento, fantasía con el balón y sobre todo por su perseverancia.

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Su estilo de juego, un tanto similar a la magia de los brasileños de la época, la ayudó bastante, pero también le trajo reproches de individualismo que le hacían algunos entrenadores. Paso a paso fue completando sus etapas, marcando goles y trabajando el triple por su condición de inmigrante. Con 18 años cumplió su sueño de convertirse en futbolista profesional al debutar con el IK Skovbakken, equipo donde estuvo durante seis temporadas antes fichar por el Fortuna Hjørring en 2012.

Una carrera en ascenso

Con dos títulos en el bolsillo con el Hjørring, Nadia dio el salto a la liga estadounidense en 2014. Durante su estancia en Norteamérica, la delantera vistió los colores de dos clubes: el Sky Blue FC y el Portland Thorns FC. Posteriormente se trasladó hasta Inglaterra para tener una breve pasantía con el Manchester City antes de firmar con el París Saint-Germain, equipo donde actualmente milita. 

Sumado a todo esto, el momento más importante y emotivo de su carrera lo vivió al debutar con la Selección Nacional de Dinamarca, convirtiéndose así en la primera futbolista profesional en representar al país como nacionalizada. El encuentro, que se realizó el 23 de agosto del 2009, finalizó con derrota 1-0 ante Finlandia y donde la danesa-afgana jugó los últimos 18 minutos. "Soy una mezcla de dos culturas, de dos países, tengo a los dos en mí, lo reflejo en la manera en la que pienso. No soy 100 % afgana, ni 100 % danesa", explica Nadia, quien tiene impresas en sus botines las banderas de Dinamarca y Afganistán, así como el lema vini, vidi, vinci.

«Conozco el valor de ayudar a una persona cuando no tiene esperanzas. Soy un recordatorio andante de eso. Toda la ayuda que me brindaron en mi vida me convirtió en la persona que soy hoy. Así que realmente quiero ofrecer esta ayuda». – Nadia Nadim en una entrevista a The Guardian

Pero la exitosa carrera de esta mujer luchadora no solo se encuentra en una cancha. A sus 33 años, Nadia está cerca de culminar sus estudios en Medicina con especialidad en cirugía reconstructiva, una profesión que estará ejerciendo cuando se retire del fútbol. Además, ya ha confesado que su intención es trabajar con Médicos Sin Fronteras en países como Afganistán y ser "la última esperanza de alguien".

Por si fuera poco, Nadia es de las pocas personas que tiene la capacidad de hablar hasta nueve idiomas. Asimismo, la UNESCO la escogió en 2019 como embajadora en favor de la educación para las niñas y las mujeres. Su increíble historia es motivo de inspiración para muchas chicas, quienes ven en ella el vivo ejemplo de que es posible cumplir los sueños que parecen inalcanzables. "A cualquier lugar que vaya, no importa el ambiente que me rodee, lo voy a conquistar", asegura con determinación.

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