El tapabocas que se adapta al ejercicio y a la polución usando inteligencia artificial
Unos investigadores desarrollaron un tapabocas que se adapta al ejercicio cambiando el tamaño de sus poros
Un respirador dinámico cambia el tamaño de sus poros en respuesta a las condiciones cambiantes, facilitando la respiración del usuario; unos tubos transparentes conectan la máscara a un dispositivo portátil que se comunica con un ordenador. Foto: Adaptado de ACS Nano 2021, DOI: 10.1021 / acsnano.1c06204
LatinAmerican Post| Juan Manuel Londoño
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Read in english: The Mask That Adapts To Exercise And Pollution Using Artificial Intelligence
La COVID-19 ha generado varias dificultades para los deportistas, tanto profesionales como aquellos que solo quieren hacer ejercicio. Los deportes en equipo se han vuelto una imposibilidad para muchos, pero quizá la incomodidad más grande para los atletas es tener que usar tapabocas al aire libre.
Como sabemos, usar tapabocas es esencial para impedir la transmisión del virus, pero puede resultar incomodo cuando estamos sudando e hiperventilando. Nos puede dar una sensación de calor, humedad y de “mal aliento”, que es difícil de superar. Muchas personas incluso afirman que no “pueden respirar” cuando hacen ejercicio con tapabocas.
Esta situación ha llevado a varios mitos, como que usar tapabocas durante el ejercicio impide la circulación de oxígeno en el cuerpo. De acuerdo a un estudio del International Journal of Environmental Research and Public Health, esto no podría estar más alejado de la verdad. "Nuestros hallazgos indican que las personas pueden usar máscaras faciales durante el ejercicio intenso sin efectos perjudiciales sobre el rendimiento y con un impacto mínimo en la oxigenación de la sangre y los músculos", afirmaron. Sin embargo, por la incomodidad del uso de tapabocas, su impopularidad entre los deportistas persiste.
Es por eso que miembros de la American Chemical Society desarrollaron un tapabocas que puede modular el tamaño de sus poros en respuesta a condiciones cambiantes, como el ejercicio o la polución. El tapabocas tiene un filtro de aire dinámico con microporos que se expanden cuando se estira el filtro, lo que permite que pase más aire.
De acuerdo a los investigadores: “Se logró un gran aumento en la transpirabilidad del filtro, que estaba hecho de nanofibras electrohiladas, con solo una pérdida de aproximadamente un 6% en la eficiencia de filtración.”
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Lo más interesante del asunto es que el tapabocas usa inteligencia artificial para funcionar. “El dispositivo se comunica de forma inalámbrica con una computadora externa que ejecuta un software de inteligencia artificial (IA) que reacciona a las partículas en el aire, así como a los cambios en los patrones respiratorios del usuario durante el ejercicio”, afirman los investigadores.
En las pruebas, el dispositivo funcionó correctamente. Como se supone que debería ser, generó un aumento de sus poros menor cuando se usaba en aire contaminado que en comparación al aire libre. También se adaptó a las características respiratorias de cada persona que lo uso, algo que los investigadores esperan poder utilizar en el futuro para poder crear tapabocas personalizados.
Esta investigación tiene gran importancia, incluso en un futuro sin la COVID-19, pues la contaminación del aire en las ciudades es un problema que nos afecta a todos. Países con poblaciones de millones de personas como India y China tienen indicadores de material particulado que son calificados como “Malsanos” por la Organización Mundial de la Salud. El uso de tapabocas que no sean incómodos y que se adapten a varias condiciones será esencial en el futuro.