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“The Lost Daughter”: complejidades de la maternidad en cine

¿Qué tan complicada es la maternidad? El cine también ha respondido esa interrogante con cientos de películas, y la aclamada “The Lost Daughter” es una de esas.

Fotograma de la película

Foto: Netflix

LatinAmerican Post | Yolanda González Madrid

La maternidad es más complicada de lo que nos enseñaron desde pequeños, pero a la vez es una de las responsabilidades más bonitas de todas. La maternidad cuenta con varias caras y, a lo largo del tiempo, el cine se ha encargado de representarlas de la mejor forma posible. “The Lost Daughter” es uno de los ejemplos más recientes sobre esta temática y su historia ha dejado mucho a la interpretación, al punto de convertirse en una de las películas más aclamadas del año.

Buenas madres, malas madres y madres regulares es lo que suele verse en la gran pantalla, pero “The Lost Daughter” transita por una línea en la que ser una buena madre encuentra un nuevo significado, ya sea con una acción, gesto o reacción que no todos son capaces de percibir a primera instancia. «Soy una madre antinatural», afirma Leda, personaje principal de la cinta, en un momento crucial de la trama y que, a su vez, nos da a entender que la palabra “madre” no la define porque ella es mucho más que eso.

La ópera prima de Maggie Gyllenhaal logra retratar la mirada de una mujer brillante a nivel profesional, pero que a su vez tiene una frágil salud mental. Su historia inicia cuando decide tomar unas vacaciones en una isla griega, en la que más adelante revivirá varios traumas ligados a su propia maternidad cuando conozca a Nina, una mamá joven, y su hija. Entre recuerdos del pasado y vivencias del presente seremos testigos de un cóctel de momentos que mostrarán el arquetipo de la madre sacrificada.

Se trata, pues, de una película enigmática, audaz, sutil e inteligente, y que, a su vez, sabe ser cruda y brutal cuando es necesario. Por una parte nos muestra el perfil de Leda, que se caracteriza -entre tantas- por su resistencia a cuidar a sus hijas cuando joven y la culpa derivada de no hacerlo en el presente. Y por otro a Nina, llena de desesperación, cuestionamientos, cansancio y frustración sobre la maternidad y el rol que debe cumplir como mujer.

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La maternidad representada en el cine

Cuando las madres son representadas en el cine con todos sus matices, excentricidades e individualidades, son de los personajes más cautivadores de la trama. Desde madres divorciadas que lidian solas con problemas, pasando por aquellas que tienen conceptos distintos sobre la maternidad, hasta las valiosas acciones de figuras adoptivas, acá hacemos un pequeño análisis de otras tres películas de esta temática que no puedes dejar de ver.

Madres Paralelas

El nuevo melodrama del cineasta español Pedro Almodóvar podría disputar algún premio Oscar este año. La actuación magistral de Penélope Cruz compagina de gran manera con lo realizado por Milena Smit, regalándonos una historia donde la ternura adereza una producción cinematográfica madura que es capaz de emocionar y conmover a todo el que la vea.

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En esta ocasión conoceremos a Janis (Cruz) y Ana (Smit), dos madres solteras que se conocen en un hospital y que deberán aprender del miedo y el dolor que significa la soledad mientras se está embarazada. Ambas desean parir, pero es el personaje de Penélope quien emana una potencia gigantesca con asombrosos diálogos sobre ser madre. Sin duda alguna, toda una oda a la maternidad por parte de Almodóvar.

Lion

Basada en una historia real. La película trata sobre un niño de cinco años que se perdió en una estación de tren de la India y toda la travesía que tuvo que hacer para regresar a su hogar años después, fue uno de los dramas más emotivos que nos dejó el 2016 gracias al director Garth Davis y las actuaciones de Sunny Pawar y Dev Patel.

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Si bien la trama gira alrededor del joven, el contexto de fondo nos muestra el valioso papel que juegan los progenitores, ya sean de sangre o adoptivos. Nicole Kidman interpreta a una mujer australiana que adopta a Saroo cuando este llega a un orfanato, llevándolo hasta su casa para criarlo con todo el amor del mundo. Ese sentimiento impulsa al protagonista, años después, a emprender un viaje para reencontrarse con su madre biológica, quien lo recibe con la ternura de siempre en un final apoteósico.

Boyhood

¿Por qué este film es uno de los más ambiciosos y grandes del siglo XXI? La respuesta es porque su director, Richard Linklater, tardó 12 años en filmarla. Pero no fue por contratiempos, sino porque optó por usar un solo actor para reflejar la infancia y adolescencia de Mason, el protagonista. Este viaje único y lleno de experiencias nos hace reflexionar sobre el paso del tiempo, la vida familiar y la búsqueda de la identidad.

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De hecho, son varios temas los que se tocan allí, entre los que resaltan la maternidad, responsabilidad y soledad. En este punto aparece Olivia, madre de Mason, quien cumple a la perfección con el rol de ser madre. Criar sola a sus hijos contra viento y marea, lidiando con problemas económicos y personales, y con la esperanza de retomar sus estudios universitarios, nos demuestra que a pesar de que no todo tiene solución lo importante es seguir luchando.

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