DEPORTES

Fútbol femenino en Latinoamérica, entre luces y sombras

Las futbolistas colombianas participan en la Copa América Femenina con la incertidumbre de si jugarán o no un torneo local en el segundo semestre del año. ¿Cómo está el panorama en el resto de Latinoamérica?.

Jugadoras de la selección Colombia

Foto: IG-linda__caicedo11

LatinAmerican Post | Theoscar Mogollón González

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Read in english: Women’s Soccer in Latin America, Between Lights and Shadows

A día de hoy, Colombia vive una de las paradojas más grandes en su historia futbolística. Es que si bien están albergando por primera vez una Copa América Femenina, la fiesta que eso significa se está viendo opacada por la incertidumbre alrededor de la posibilidad de no tener un torneo local para disputar en el segundo semestre del año. ¿Qué ejemplo le están dando los directivos al resto de Latinoamérica?

En el inicio del torneo, las futbolistas colombianas hicieron un gesto de protesta previo al partido contra Paraguay, alzando sus puños exigiendo que se respete el fútbol femenino en Colombia con una liga duradera y de garantías. El motivo, como viene pasando en todo el continente, pasa por el poco apoyo e interés de los clubes para organizar un torneo similar al masculino, alegando que no cuentan con los recursos económicos para financiar su participación.

A raíz de este inconveniente, el presidente de la División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor), Fernando Jaramillo, mantiene su decisión de organizar un torneo en el segundo semestre del año, siempre y cuando todos los clubes estén de acuerdo. No obstante, la liga en cuestión sería de menor duración (la anterior duró cuatro meses) y la campeona no recibiría ningún premio. Todo esto, a su vez, se debe a que la Copa Libertadores Femenina se realizará en octubre y ya Colombia tiene sus representantes.

Por su parte, vale mencionar que ante la dificultad de organizar un torneo femenino con garantías, la Dimayor expresó en un comunicado que designaron a cuatro representantes para solicitarle a la Federación Colombiana de Fútbol que sea ella la encargada de la logística y puesta en marcha de la liga. Ciertamente, cuesta creer cómo el fútbol femenil colombiano vive entre luces, gracias a la Copa América, y sombras, por la incertidumbre de un campeonato que luce poco viable.

¿Y el resto del fútbol femenino en Latinoamérica?

Para nadie es un secreto que el fútbol femenino está avanzando en el continente, aunque siga estando bastante lejos de la élite. De hecho, Brasil y México cuentan con las ligas más profesionales de Latinoamérica, cuyo modelo busca apegarse al que está aplicando Estados Unidos. Pero, ¿qué tienen de diferente esos dos países con el resto?

Con una cultura rica en fútbol, Brasil se desarrolló en solitario en el ámbito femenil y eso lo llevó a convertirse en la potencia mundial que es actualmente. Sus futbolistas no solo compiten en una liga profesional, sino que además gozan de tener todo lo necesario para ser deportistas de alto rendimiento. Incluso, los clubes tienen el poder económico para ofrecerles un salario que ronda los 252 dólares, aunque algunas jugadoras de renombre pueden llegar a cobrar hasta USD 8000, según pública el medio Mundo Pelota.

A la par de ellas está México, cuya liga sigue atrayendo a propios y extraños. Y es que la apuesta por el fútbol femenino mexicano se está haciendo notar, y clubes como el Pachuca han hecho inversiones fuertes para revalorizar el torneo. Un punto a resaltar este año ha sido la contratación de la española Jenni Hermoso, desde el FC Barcelona, sin menospreciar las llegadas de las colombianas Isabella Echeverri y Natalia Gaitán o la nigeriana Uchenna Kanu.

Por su parte, en Argentina se están viendo los resultados de aquella protesta de hace cuatro años que convirtió a sus jugadoras en símbolo de lucha en el fútbol femenino sudamericano. Actualmente, su torneo cuenta con 21 clubes que ya son capaces de garantizarle a sus protagonistas un vestuario e indumentarias propias, además de un contrato profesional. Vale mencionar que el salario es de los más altos del continente con $330 aproximadamente.

En cuanto a países como Chile y Ecuador, sus respectivas ligas se encuentran activas desde marzo y con la participación de 15 y 16 clubes, respectivamente. A su vez, en Paraguay y Perú comparten un campeonato casi similar con 13 equipos, jugándose desde febrero y abril. Mientras tanto, el certamen femenino en Uruguay recién finalizó en mayo tras iniciarse en septiembre del 2021. Todos ellos tienen en común el cumplir con los requisitos mínimos para sacar adelante torneos entre luces y sombras.

Por último, Venezuela se ha caracterizado por contar con una de las mejores generaciones de jugadoras en la última década, a pesar de que su liga ha tenido más bajos que altos. No obstante, tras la llegada de la italiana Pamela Conti a la selección nacional, el torneo local que comenzó en mayo busca revalorizarse poco a poco con el apoyo de fanáticos, prensa e instituciones. Si bien el camino es largo, siguen estando hasta dos escalones por encima de Bolivia, cuya liga no es estable, su duración es muy corta, carece de competitividad y no tiene el apoyo de clubes ni de la Federación Boliviana de Fútbol.

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