DEPORTES

Batalla Superliga contra UEFA, un antes y después en el fútbol europeo

Desde el Tribunal de Justicia de la Unión Europea comenzó la lucha por el poder entre los dos frentes, una situación inédita que, más allá del resultado, cambiará el orden en el balompié del viejo continente como en su momento lo hizo la Ley Bosman.

Logotipo de la 'Superliga' y 'UEFA'

Foto: LatinAmerican Post

LatinAmerican Post | Onofre Zambrano

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Read in english: Superliga War Against UEFA, A Before and After in European Soccer

La pugna apenas empieza. Hace 15 meses, en abril de 2021, un proyecto denominado Superliga fracasó en su lanzamiento, pero dejó claro que no se quedaría en un intento. Ahora, la compañía que forman 12 de los clubes más poderosos de Europa ha vuelto a ser noticia tras llevar el caso ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea en Luxemburgo.

Al ente organizador de la Champions League, la Unión Europea de Fútbol Asociado (UEFA), le espera una dura batalla legal que podría desembocar en el cambio más radical para el elitesco balompié del viejo continente en más de 25 años. Jueces de 15 de los 27 estados miembros ya escucharon los argumentos, con la mayoría de esos gobiernos nacionales apoyando a la UEFA.

El grupo de poderosos clubes, encabezados por Real Madrid, Barcelona y Juventus, acusan al organismo regente del fútbol europeo de excederse en el control de las competiciones lo cual quebranta la legislación europea. La UEFA, a su vez, alega que es protectora del deporte al gestionar los torneos con una estructura de pirámide que asegura una competición abierta, pero ¿quién tiene la razón?

Desde la Ley Bosman

El fútbol europeo no estaba en una situación de tan alto impacto desde la Ley Bosman, una sentencia de derecho comunitario dictada por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea el 15 de diciembre de 1995 tras una demanda del ex futbolista belga Jean Marc Bosman que alegaba libertad de acción a su club al finalizar su contrato, forzando a la Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol (UEFA) a cambiar varias de sus normas.

Desde entonces, los futbolistas europeos tienen libertad para ejercer su profesión en cualquier estado de la Unión Europea, siendo ilegal el pago de indemnizaciones por traspaso de jugadores, por tanto, cualquier ciudadano de la Unión Europea puede ejercer su profesión sin restricción.

El impacto de esta sentencia en las ligas europeas no fue inmediato, pero conforme pasaron los años, los jugadores de diferentes países comenzaron a negociar contratos con clubes europeos, y como es lógico, los clubes con más dinero se quedan con los mejores jugadores, realidad que se vive en la actualidad con entidades como Manchester City, Chelsea o Paris Saint Germain principalmente, además de los tres mencionados anteriormente, entre otros.

Por ello, la propuesta de la Superliga será la determinación legal más anticipado desde el Caso Bosman. Como ven, aquel fallo revolucionó el sistema de transferencias e hizo disparar los salarios de las estrellas, acelerando la brecha económica entre los clubes ricos y el resto. Desde la década de los 90, los clubes han amenazado con nuevos torneos como mecanismo de presión a la UEFA y a su competición bandera: la Champions League.

Tiempo de espera

El caso Bosman demoró casi cinco años en recibir el fallo, por lo que el tema de la Superliga y UEFA no será emitido este año y no afectará a los equipos demandantes que compiten en los tradicionales torneos de la UEFA que iniciarán en septiembre. Diez de ellos se encuentran en la fase de grupos de la Champions League, mientras que Manchester United y Arsenal se clasificaron a la Europa League.

Pero parece que esta situación no continuará por mucho tiempo pues estos clubes quieren apartarse de la UEFA para organizar su propia competición, la cual se regiría por el modelo de las ligas profesionales de Estados Unidos, Y es que, desde su génesis, el proyecto de la Superliga ha quebrantado el acuerdo de trabajo que la Asociación de Clubes de Europa firmó con la UEFA, así como el estatuto que impide "grupos prohibidos" de clubes en un torneo no autorizado.

El tiempo de espera en la sentencia, permitirá a los clubes creadores afinar la estrategia para mejorar las condiciones que tienen con la UEFA y que a simple vista lucen bastante favorables con más plazas, cuatro en total para Inglaterra, España, Italia y Alemania más un reparto de premios que les beneficia sobre el resto como, por ejemplo, mayor número de partidos a partir del 2024.

Cuatro mil millones de euros -como inversión de adelanto- recibió la Superliga de parte del banco JP Morgan, superior a lo que ofrece La Champions League, la cual reparte dos mil millones de euros en premios entre 32 clubes, mientras que en esta nueva competición la repartición sería solo entre 20 equipos, los 15 socios de manera sempiterna y los restantes cinco que serían invitados cada año de acuerdo a rendimiento y otros condicionantes.

“Renovarse o morir”

El padre de la idea, el presidente del Real Madrid Florentino Pérez, fue tajante sobre el propósito de la iniciativa. "No es una competición nueva, sino que se busca que los pocos partidos competitivos que hay en Champions sean más numerosos. El fútbol es una renovación continúa y es renovarse o morir", explicaba Pérez a Cadena Ser. La Superliga está representada por la European Superleague Company, S.L.

Para el dirigente este es un tema que "hay que hablarlo, con diálogo, como ha hecho siempre el Real Madrid. Santiago Bernabéu trabajó mucho por crear la Copa de Europa”, y antes de finalizar dejó un mensaje para Alexander Ceferin, presidente de la UEFA. "Me ha felicitado por la nueva Champions que ganó el Madrid, pero no he hablado con él sobre la Superliga en estos días y eso es algo pendiente".

Lo que se dirime en Luxemburgo es si el rupturista proyecto que aún sostienen en primera línea Real Madrid, Barça y Juventus —los restantes nueve clubes renunciaron públicamente pero no han firmado su salida—, realmente violenta las directrices del desarrollo del deporte en la Unión Europea, como defienden UEFA y FIFA, o si son las dos organizaciones, las que incurren en monopolio y abuso de posición como organizadores de las competiciones internacionales.

La Superliga asegura que tendrán más en cuenta los criterios deportivos para poder participar, aunque aún no lo han hecho público en ese nuevo formato más aperturista, pero la UEFA ha sido más contundente y estableció un marco regulador que podría influir en los procesos en España y Luxemburgo, y que se interpreta como un apretón de manos a las autoridades europeas para poder erigirse como el guardián de las competiciones internacionales de clubes europeos.

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