Reseña de “Smile”: una paradoja terrorífica

Parker Finn es el director del momento. A pesar de que lanzó su primer largometraje con “Smile”, ya goza de un amplio reconocimiento por los amantes del terror. Más allá del ingenio del director, la película es un éxito por la manera en que, estratégicamente, planteó su llamativa campaña de marketing.

Después del lanzamiento del cortometraje “Laura Hasn’t Slept”, Finn estrena esta película que mezcla el terror con algo de trauma psicológico. Sosie Bacon, que ya ha tenido papeles en producciones importantes como “13 Reasons Why” o “Las Chicas Manson”, es la encargada de protagonizar el filme de terror más esperado del año.

¿De qué va “Smile”?

Rose (Sosie) es una psiquiatra que, motivada por un trauma del pasado, trabaja en la sala de urgencias de psiquiatría en un hospital. Toda la vida ella ha logrado sobrellevar este cargo con cierta normalidad, hasta que una paciente llamada Laura (Caitlin Stasey) le habla de cómo un ente se apodera de extraños y conocidos para hacerles sonreír. Todo esto le afecta a ella desde que vio cómo su profesor se suicidaba.

Mientras la afectada va contando su problema, Rose atestigua cómo Laura se suicida en frente de ella. Después del extraño suceso, otro paciente evoca la sonrisa de Laura y le deja claro que ella es la siguiente en la lista. A partir de ahí, ese ente empieza a aparecérsele a Rose entre conocidos y extraños, por lo que busca cómo combatir dicha maldición.

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La sonrisa como paradoja

Sonreír es el gesto más genuino del gusto con cualquier situación. Por eso, también es la máscara más efectiva para quienes tienen un mundo desfigurado o derrumbado en su interior. Muchas personas toman este gesto como terapia para superar sus problemas, pero no basta con ello. “Smile” juega con esa metáfora y le quita lo romántico a la sonrisa dejando entrever que, así como sonreír puede ser señal de bienestar, también puede ser una maldición.

El principal acierto del filme radica en la paradoja que presenta, por eso ya la crítica perfila “Smile” como la mejor película de terror de este 2022. Probablemente, si alguien piensa en la sonrisa como contagiosa, pocas personas se van a imaginar que el contagio será una maldición que los condene a la muerte. El virus risueño también se propaga porque el gesto en sí es pegajoso en la vida real.

Marketing para morir de risa

Nunca la expresión “morir de la risa” fue tan literal como con esta película. Por eso, la campaña de marketing fue igual o mejor que el filme mismo. Primero llamó la atención en partidos de ‘prime time’ de béisbol en los Estados Unidos con actores de sonrisa macabra, que llevaban una camiseta verde y el título de la película. La estrategia sirvió porque en primera instancia se viralizó.

Pero no fue la única estrategia. En España los asistentes al estreno podían enfrentarse a la sonrisa de algunos actores. Muchos otros fueron perturbados por los cúmulos de sonrisas macabras en las salas de cine momentos previos a que se proyectara.

Otra estrategia tuvo lugar en Australia. Allá hicieron presencia en el metro subterráneo y las calles para que un grupo de sonrientes macabros llamaran la atención de las personas. Incluso llegaron a ingresar a oficinas. Obviamente, las personas no fueron indiferentes: unos reaccionaban con una sonrisa y otros quedaban algo impactados ante lo que veían.

Este éxito en el marketing fue fundamental para que “Smile” tuviera una taquilla de 22 millones de dólares en su primera semana. Además, sirvió para que una ópera prima captara el interés de un público que ahora espera con ansias un segundo trabajo de Parker Finn.