Perspectiva del poder adquisitivo y los salarios para 2023: impactados por la inflación

Al escenario de incertidumbre económica internacional, se le suma el aumento de la inflación, la persistencia de los efectos de la pandemia, la guerra entre Rusia y Ucrania y la crisis global de energía. Estos factores han sido determinantes en las diferentes dinámicas que se están viviendo en la actualidad y que han contribuido al deterioro del mercado laboral y a la fuerte caída de los salarios en varios países.

Según el último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la crisis está reduciendo el poder adquisitivo de la clase media que afecta especialmente a los hogares de bajos ingresos. La guerra en Ucrania aumenta las presiones inflacionarias al elevar los precios de la energía y de los alimentos y esto repercute en las clases menos favorecidas. Esto se debe a que esos hogares destinan gran parte de sus ingresos a adquirir bienes y servicios esenciales, que suelen ser los que presentan mayor incremento en los precios.

Al respecto, el Fondo Monetario Internacional (FMI), presentó un estudio sobre “Perspectivas Económicas de las Américas”, en el que también advierte sobre las condiciones inflacionarias y los efectos rezagados del endurecimiento monetario. Si bien es una situación que se está viviendo a nivel mundial, las economías menos desarrolladas son las más afectadas, dentro de los cuales podemos situar a varios países de Latinoamérica.

La inflación en América Latina se mantendrá elevada por algún tiempo, según las proyecciones. Frente a este panorama, el FMI indica que “las autoridades monetarias deben evitar un relajamiento prematuro, tienen que mantener el curso y estar preparadas para actuar sin demora si se producen nuevos shocks de inflación”.  Así mismo, se proyecta el crecimiento de la región será del 3,5 %, unos cuatro puntos menos que en 2021; pero la mayor caída será para el 2023, cuando algunos países entrarán en recesión.

Impacto en los salarios y en el poder adquisitivo de las personas

El aumento en los costos de vida y la inflación ha depreciado el valor de los salarios reales. Esto a su vez reduce el poder adquisitivo de la clase media y golpea en mayor medida a los grupos de ingresos bajos, que además desde la pandemia se han llevado la peor parte. De acuerdo con el informe de la OIT, los salarios mensuales a nivel mundial disminuyeron en términos reales un -0,9% en el primer semestre de 2022. Lo cual evidencia que no se han ajustado lo suficiente para compensar el aumento en los costos de vida.

En América Latina en particular, la situación no es favorable. En el 2021, el crecimiento salarial se situó en valores negativos del -1,4% y del -1,7 por ciento en el primer semestre de 2022. Otro de los temas que se pone en discusión es el del trabajo informal. Se calcula que entre el 50 y el 80% de los salarios recuperados en el 2022 en la región, están en el marco de la informalidad. Debido a las tendencias económicas actuales, se estima que el problema de la economía informal se intensifique.

Medidas ante la crisis

Para sobrellevar esta situación, el informe resalta que es clave estimular la productividad en las zonas más afectadas para generar crecimiento y lograr que las economías sean más resilientes. “El crecimiento de la productividad es un importante factor que condiciona el crecimiento del salario real”, afirma OIT.

Así mismo, los ajustes del salario mínimo conforme a los retos que impone el escenario económico actual ayudarían a mejorar considerablemente el nivel de vida de la población con ingresos bajos. “El hecho de que el 90 por ciento de los Estados Miembros de la OIT cuenten con sistemas de salario mínimo pone de relieve la importancia de este mecanismo como herramienta de justicia social”. Esto debe ir de la mano de un verdadero diálogo social, en el cual todos los niveles sociales y los diferentes sectores vean representadas sus necesidades ante la crisis y de esta manera reforzar el capital humano. 

Otras medidas de compensación son aquellas que van dirigidas a grupos específicos de la sociedad, como, por ejemplo, las ayudas o subsidios que dan los gobiernos a los hogares de bajos ingresos, la reducción de impuestos, entre otros. Finalmente, y ante la incertidumbre de un contexto internacional desfavorable, el organismo precisa que se deben seguir generando estrategias para perseverar los esfuerzos de financiación mundial y a la movilización de recursos destinados a avanzar en la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.