¿Será este 2023 el año de la recuperación o el fin de las criptomonedas?
Si algo marcó el 2022 fue la crisis y la caída del valor del Bitcoin. ¿Será este 2023 el año de recuperación de las criptomonedas o su caída final?
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Latinamerican Post | Santiago Gómez Hernández
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Hace algunos años, el Bitcoin se convirtió en el símbolo del poder de las criptomonedas. Una divisa virtual, sin control de un banco central y que permitía el comercio libre entre personas se vendía como la utopía de los libertarios (aunque también para algunos criminales que apreciaban la irrastrabiliad del bien). Hasta El Salvador compró gran parte de su reserva nacional en Bitcoins. Sin embargo, lo que en noviembre de 2021 costaba más de 64 mil dólares, a finales de 2022 solo tenía una precio de menos de 17 mil.
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El Bitcoin fue la primera moneda digital internacional que estaba respaldada de la tecnología de blockchain. El público en general se entusiasmó tanto con esta nueva tecnología que hizo que el valor de esta aumentara como si viajara en un cohete. Sin embargo, la moneda nunca estuvo respaldada con nada, y eso sugería que el valor siempre iba a depender de la burbuja que se cree al rededor de esta. Entre más gente le dé valor al bien, más costará, pero nunca tendrá un respaldo real que pueda responder a ese valor. Ni respaldo ni institución.
Esto no ocurrió esporádicamente. El mercado fue perdiendo la confianza en estos activos. Pasó de ser una moneda con la que podrías comprar un Tesla, a un motivo de incertidumbre para sus inversores. No por nada hoy se considera una inversión de alto riesgo, más no como un bien estable en el cual podrías comprar como forma de ahorro o de acumulación de riqueza. Casos de hackeos y robo de billeteras virtuales o de estafas (sin poder rastrear) terminó llenando de dudas a los compradores.
Sin embargo, el mayor golpe que sufrió, puede ser el ocurrido con el desplome de la empresa FTX. Esta corporación se dedicaba a la compra venta de criptomonedas, especialmente Bitcoin. El despilfarro del dinero de los inversores, terminó de dar la estocada final a una empresa que recogía los ahorros de (posiblemente) cientos de miles de microinversores. Esto por eso ha abierto la puerta a una posible legislación que limite y regule las cripto. Aunque aún esto es especulación.
Hoy, los grandes inversores de Bitcoin, defienden su utilidad y piensan en mantener y no vender. Finalmente, ese es el actuar normal de los inversores. Saben que vender hoy significaría pérdidas millonarias, mientras que mantener el bien, esperando a una nueva subida y posterior recuperación puede ser la mejor estrategia.
Una luz de esperanza
Sin embargo, pese a las grandes denuncias que tienen las criptomonedas, en especial Bitcoin, hay quienes confían en una relativa recuperación. Si es verdad es sano dejar de creer que las “cripto” están hechas para hacer ricos a sus inversores, no necesariamente están destinadas al completo fracaso.
Puede que al final, el futuro de las cripto dejará de ser lo que hoy es: un modelo piramidal en el que los inversores antiguos se benefician de los nuevos. Puede que en el futuro (no necesariamente el 2023), las cripto (no necesariamente Bitcoin) será una divisa más, parecida al dólar o el euro. Que te sirva para poder ahorrar en un país con hiperinflación (como Venezuela) en el que tus ahorros en bolívares son inservibles. O para transferir dinero a modo de remesas sin tener que pagar a intermediarios o sanciones de países, como para la gente en Irán o Rusia, los ciudadanos de a pie que dependen del dinero del exterior.
Más amigable con el medio ambiente
Es que, incluso, la excesiva cantidad de electricidad necesaria para “minar” Bitcoins había sido un problema climático. Entonces, mucha gente incluso descartaba el uso o la proliferación de las cripto debido a que para obtener Bitcoins, era necesario resolver fórmulas matemáticas casi imposibles para sostener el Blockchain. Para eso, muchos inversionistas compraban decenas de computadores super potentes y se dedicaban a descifrar estas fórmulas, la que lo lograra primero, se quedaba con el premio. Esto representaba una alta contaminación. Incluso, se especula que la energía que consume la industria de las criptomonedas, es equiparable a la de un país como Argentina.
Precisamente, un cambio que da esperanza al futuro de las cripto viene de la mano de Etherium, otra famosa criptomoneda que recientemente anunció un cambio en la forma en que se “mina”. Ya no será necesario que varios computadores compitan para resolver complejas operaciones matemáticas, sino que ahora solo se premio por “Proof of stake”, que se asemeja a invertir una pequeña suma para comprobar una pequeña parte de los datos y luego se premia a una computadora. Ya no es necesario que compitan. Esto termina en una reducción del gasto de energía.
No obstante, no es seguro que estas grandes soluciones lleguen en el 2023. Lo que sí, es que los desastres de FTX, o el de Terra Luna o las cientos de estafas, harán que este año que inicia se mantenga una cautela dentro del mercado, donde es posible que los precios de las cripto no lleguen a los récords antes vistos.