Reseña de “El paciente”: Un intenso thriller psicológico sobre un asesino y su terapeuta
Un asesino encierra en su sótano a un destacado terapeuta y le hace una peculiar exigencia, que le ayude a dejar de matar. La serie, disponible en Star +, está protagonizada por Steve Carell. Esta es nuestra reseña de "El paciente".
Foto: Estrella +
LatinAmerican Post | Joshua Radesca
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Un profesional de la psicología podrá ayudar a sus pacientes a comprender aquello que le afecta y guiarlos en el proceso de desarrollar herramientas para lidiar con ello. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando quien recurre a terapia es un asesino que desea dejar de matar? Esta es la idea de la que parte “El paciente” (“The Patient”), una serie cargada de suspenso psicológico que en 10 capítulos, de alrededor de media hora, cuenta la historia de un terapeuta forzado a ayudar a un estrangulador a controlar sus deseos homicidas.
La producción está protagonizada por Steve Carell y Domhnall Gleeson. Entre los dos brindan una interpretación de primer nivel y cargan toda la serie sobre sus hombros. Este es uno de esos títulos que tienen la cualidad de no necesitar un extenso coro de personajes para construir una historia intensa y atrapante. Sin embargo, a medida que avanza se suman nuevos elementos que añaden interesantes capas al relato y el mensaje que construye.
“El paciente” fue estrenada primero en los Estados Unidos y ahora llega al público latinoamericano a través de Star +. Los creadores son Joel Fields y Joe Weisberg, en cuyos trabajos destaca la serie “The Americans”.
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El relato de una terapia forzada
En cuanto a la historia, la serie nos presenta a Alan Strauss (Carell) un profesional de la psicología con una carrera destacada, autor de un libro de notable éxito. Strauss pasa sus días tratando de guiar a sus pacientes a través de los traumas y dilemas que les aquejan. A nivel personal, son varios los temas emocionales que Strauss debe resolver. Se encuentra atravesando el luto por la muerte de su esposa. La relación con su hijo, además, se ha roto paulatinamente luego de que este se convirtiera en judío ortodoxo, lo que hace que ponga en perspectiva su religión e identidad como judío.
Las preocupaciones que deberá afrontar este hombre no harán más que aumentar cuando despierte con un tobillo encadenado a una cama y en un lugar que no conoce. Ante él se presenta uno de sus pacientes, quien le confesará que en realidad es un asesino con un extenso historial de víctimas, y que aquello es su más desesperado intento para conseguir ayuda profesional que le ayude a frenar su deseo de matar.
De este modo darán inicio unas forzadas e inusuales terapias en la que Strauss emplea toda su destreza profesional para comprender el nivel de trastorno de su secuestrador, evitar que continúe matando y que él mismo termine siendo una de sus víctimas.
La serie no solo crea tensión constante al delinear la interacción de estos hombres, también se adentra en temas como la familia e indaga sobre el peso que tienen los vínculos rotos o viciados, tanto en el asesino como en el terapeuta. En la historia hay un doble acto de reflexión a través de dos “terapias” distintas, la de Strauss y su captor, y la que se produce en la interioridad del prisionero, a quien esta situación límite lo empuja a un proceso de introspección en el que encarará temas pendientes y áreas de conflictos.
En definitiva, “El paciente”, es una serie que sabe aprovechar los recursos de los que dispone y construye un viaje narrativo tenso y oscuro, que se vuelve más intenso a medida que evoluciona.