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Colombia: Los poderes especiales de los que depende Gustavo Petro

Con la llegada del primer progresista a la presidencia de Colombia, sus detractores tienen serias dudas sobre el rumbo que tomará el país durante cuatro años. Uno de los hechos que incrementa la incertidumbre ha sido la serie de “superpoderes” que se le han dado a Gustavo Petro para cumplir lo prometido en campaña.

gustavo petro

Foto: Samantha Power – USAID

LatinAmerican Post | David García Pedraza

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Gustavo Petro llegó hace seis meses a la presidencia de Colombia, acabando con la tradición de 200 años de gobernantes de derecha (o de partidos tradicionales). Con el voto de confianza de más de once millones de personas, Petro se hizo con el cargo más importante y poderoso de la nación andina. No obstante, las promesas que divulgó en medio de su campaña política parece ser que no son tan fáciles de cumplir, por lo cual ha expresado su deseo y permiso de obtener "superpoderes".

Estos poderes especiales que está requiriendo Petro son, en gran medida, para llevar a cabo el Plan Nacional de Desarrollo (PND), que no es más que la ruta que llevará el gobierno, y el país, durante los tres años y medio que le quedan para dar cumplimiento a los proyectos con los cuales se comprometió a llevar a cabo. Junto a este plan, también se encuentra la discutida reforma a la salud, la creación del Ministerio de la Igualdad y la reforma tributaria.

¿Qué son los "superpoderes" y por qué el PND de Petro depende de ellos?

En Colombia, los poderes especiales, o superpoderes, son un mecanismo amparado por la Constitución Política que puede ser utilizado por el presidente para crear y ratificar leyes sin que estas se debatan en el poder Legislativo para su aprobación. Se emplea para ganar tiempo en momentos de inestabilidad política o para cumplir con las necesidades populares de carácter urgente.

Para que un presidente sea merecedor de estos poderes especiales, debe consultar al parlamento de la nación y conseguir el aval de la mayoría de congresistas. Cabe aclarar que esta "libertad política" tiene una duración de seis meses. Llegando a fin de este término, el Congreso puede analizar con detenimiento cada ley decretada por el presidente y modificarla o anularla de acuerdo a la votación del órgano estatal.

Debido a la álgida situación en la que vive Colombia, con la post-pandemia, el alza del dólar, la devaluación del peso colombiano, la inflación y la ola invernal, el Gobierno de Gustavo Petro considera que necesita que los superpoderes se le aprueben para realizar su PND. El ejecutivo precisa de las reformas que proponen Petro y su gobierno para hacerle frente a estas situaciones, o al menos, es lo que se espera.

¿Cuáles son los poderes especiales que está requiriendo Petro?

De los más de 20 superpoderes que ha pedido Gustavo Petro, seis se encuentran en la Reforma a la Salud, 14 en el Plan de Desarrollo Nacional y una ya ha sido aprobada: la creación del ministerio de la Igualdad para fomentar la equidad en el territorio nacional.

La gran mayoría de estas, 21 facultades especiales, son de carácter administrativo y de manejo de recursos públicos para cumplir lo que se ha venido redactando en las reformas que por estos días entrarán en debate parlamentario. Algunas de estas son:

  • Modificación del presupuesto nacional con el fin de financiar nuevos gastos que se presenten al momento de poner en marcha el PND.
  • Creación de fondos de cuenta con o sin personería jurídica con el fin de que el presidente decida cómo y de qué manera disponer de estos recursos públicos.
  • Adquisición de edificaciones con el fin de prestar servicios a la ciudadanía, como el Hospital San Juan de Dios en Bogotá.
  • Regulación de los usos alternativos de la coca y el cannabis.
  • Modificación de la estructura de gobierno sin que pase a discusión en el Congreso.
  • Expediciones de decretos judiciales para regular “las condiciones especiales de reclusión” de miembros de comunidades indígenas.

Estos poderes especiales encierran los grandes pilares de la sociedad colombiana, incrustándose en procesos judiciales, adjudicaciones de infraestructura, movimiento de dineros públicos, cambio en la estructura de gobierno, lo que hace pensar que este será el inicio de un cambio profundo que ha requerido el país desde su creación como nación.

Lo que viene si se aprueba o se rechaza la petición presidencial

En el caso de que se apruebe este requerimiento, que son 20 superpoderes, finalmente Petro tendrá la potestad de utilizar todos los permisos que se le confirieron desde el Legislativo, sin extralimitarse en sus funciones, además de tener solamente seis meses para aprovechar esta ventaja y desarrollar su Plan lo máximo posible.

En el caso de que se rechace esta petición, el presidente junto con la coalición política del "Pacto Histórico" deberán modificar los artículos necesarios para que varios partidos políticos se unan a su colectivo y voten a favor de las leyes que desde el gobierno se pretenden ejecutar. No obstante, esto requeriría más tiempo para deliberar, con lo cual la situación del país no cuenta dada la necesidad de solucionar problemas urgentes para la nación sudamericana.

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Las manifestaciones a favor y en contra del gobierno de Petro durante la semana pasada en Colombia y algunos consulados en Norteamérica y Europa reflejan la división política y social a la cual esta nación está acostumbrada desde su creación en el siglo XIX. Tanto así que los superpoderes que está pidiendo el presidente puede que se conviertan en un método para que la misma sociedad presione al Legislativo para aprobarlos o rechazarlos y así desarrollar una nueva disparidad en la opinión pública.

La oposición política, al no tener grandes victorias en su escritorio, ha recurrido a la población para que se movilice en contra del gobierno. Por su parte, el oficialismo también ha recurrido a la sociedad para demostrar el apoyo y la fe que se tiene del posible cambio que se promete. Este cambio que, al parecer, depende de unos superpoderes que si se aprueban y no se ejecutan de una buena forma, puede que se conviertan en el talón de Aquiles para Petro y su coalición, y terminen dándole la razón a una pequeña pero poderosa oposición.

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