Las lecciones que le deja la Kings League al fútbol
Con un éxito sin precedentes, la Kings League, proyecto del streamer Ibai Llanos y el exfutbolista Gerard Piqué, llegó para quedarse.
Foto: TW-Kings League
LatinAmerican Post | Juan Felipe Rengifo
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Este fin de semana finalizó la primera temporada de la Kings League. El Final Four se disputó con una asistencia récord de 92.522 espectadores en el estadio Spotify Camp Nou de Barcelona, donde Aniquiladores FC, Troncos FC, Saiyans FC y El Barrio disputaron el título. Este último goleó a Aniquiladores 3-0 y se alzó con la victoria de la gran final.
Más allá del mero resultado deportivo, lo que sucedió en torno a este novedoso torneo invita a hacer un llamado a la reflexión de lo que está sucediendo con los deportes tradicionales, frente al desafío de cautivar a generaciones hiperconectadas. Estas quieren sentirse más involucradas con lo que sucede en un terreno de juego.
Mirar la paja en el ojo ajeno
Lo primero que deben asumir los directivos es que ver de forma despectiva los nuevos formatos digitales es un grave error. Javier Tebas, presidente de La Liga lo catalogó en algún momento como “un circo”, en lo que puede haber similitudes con un acto circense que está entreteniendo a grandes y a chicos. Algo que cada vez le cuesta más trabajo a la competición que él lidera. La preocupación ha sido producir dinero, pero no en brindar un espectáculo más atractivo, con un número de fechas muy amplio y en donde el título siempre lo disputan los mismos equipos.
Más partidos: ¿Una buena decisión?
Con la reelección de Gianni Infantino como máximo dirigente de la FIFA, aparece una de las disyuntivas del fútbol actual. Sus propuestas de cambio se basan en incrementar el número de participantes de los campeonatos mundiales tanto de clubes como de selecciones, lo que sobresaturará los ya apretados calendarios competitivos de los futbolistas. En contraste, las dinámicas de la Kings League se enfocan en torneos cortos de pocos partidos, pero con reglas novedosas que los hacen muy emocionantes.
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Es que la explotación de los futbolistas profesionales es inquietante. Estadísticamente, un jugador que desarrolle su carrera profesional en una liga europea de élite, que llegue a las fases finales de los torneos en que compita, puede disputar en un año 38 partidos del torneo local, 13 de Champions League, 5 partidos de Copa, 2 de Mundial de Clubes, 1 de Supercopa de Europa y 1 de Supercopa local. Es un total de 60 juegos, eso sin contar las fechas FIFA en donde disputan cerca de 12 compromisos y las giras de pretemporada con sus equipos.
Lo anteriormente expuesto va en contra del espectáculo, el ritmo de juego y la dinámica, lo que afecta el tiempo real de juego, algo que también se ha querido modificar, pero que sigue siendo tema de discusión de los entes reguladores del fútbol como la International Board.
Hinchada a un lado, directivos al otro
Algo que dejó claro la Kings League es la estrecha cercanía que había entre jugadores, dueños de los equipos (famosos influencers como DJ Mario, Gerard Romero entre otros) y el público. Horas antes de la jornada final, todos los presidentes de los equipos firmaron artículos en la tienda del Camp Nou y se tomaron fotos con los aficionados, algo que fue muy bien recibido por el público y que los puso en la cima de las tendencias mundiales rápidamente.
En el fútbol actual cada vez se pierde el vínculo entre hinchada y los directivos de sus equipos. Muchos clubes referentes del mundo pertenecen a conglomerados económicos que son ajenos al sentir de la afición por falta de arraigo o de asimilar los valores o elementos culturales. Esto ha abierto una brecha difícil de zanjar y que se viene presentado en distintos países con diferentes culturas.